La extinción de la EASP ataca a un corazón de la sanidad pública andaluza
El golpe a la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) es un paso decisivo, hasta ahora inédito, del proceso de desmantelamiento de la sanidad pública del PP al atacar por primera vez a una institución sanitaria referencia en el mundo, acreditada como organismo colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, por su prestigio internacional, otras comunidades trataron de imitar, como el ejemplo a seguir.
La estrategia de poner en el punto de mira a la sanidad pública -como Isabel Díaz Ayuso, en Madrid, a la que imita, desde la moderación-, ya lo ha dejado meridianamente claro con hechos
Primero, por el Gobierno andaluz de derechas, -de PP y Ciudadanos, con el apoyo parlamentario de la extrema derecha- y, desde hace dos años, ya con la mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno Bonilla, la estrategia de poner en el punto de mira a la sanidad pública -como Isabel Díaz Ayuso, en Madrid, a la que imita, desde la moderación-, ya lo ha dejado meridianamente claro con hechos, criticados con dureza por sindicatos, partidos de la oposición y la ciudadanía que, en la provincia de Granada, protagoniza protestas habituales, la última, en Loja.
La sanidad pública sufre como nunca antes en Andalucía
La sanidad pública sufre como nunca antes en Andalucía. Con la decidida apuesta por la privada, a la que beneficia con contratos millonarios, los despidos de profesionales sanitarios o contratos en precario que, como en el caso de Enfermería, como denuncia su Colegio, eligen otros destinos, mejor retribuidos y en donde se sienten mejor considerados, la congelación de las bolsas, el abandono de los centros de salud de municipios, ser cada año la última comunidad en presupuesto de salud por habitante o el plan de refuerzo de verano, del que solo sabemos que será “terrible”, en palabra de la consejera Catalina García, en su crítica continua al Gobierno por la falta de médicos. La excusa tras la que parapeta la nefasta gestión.
Pero la agresión a la EASP y la Fundación Progreso y Salud que, al cambiar sus estatutos y señas de identidad las extingue de facto al ser absorbidas por el Instituto de Salud de Andalucía (ISA), supone un avance desconocido en la estrategia de mermar a la sanidad para todas y todos los andaluces
Pero la agresión a la EASP y la Fundación Progreso y Salud que, al cambiar sus estatutos y señas de identidad las extingue de facto al ser absorbidas por el Instituto de Salud de Andalucía (ISA), supone un avance desconocido en la estrategia de mermar a la sanidad para todas y todos los andaluces.
Porque la Escuela, desde su creación en 1985, y hasta que empezó a languidecer con llegada del PP al poder andaluz y el nombramiento de Blanca Fernández Capel, como su directora gerente en 2019, cumplió con creces su labor de promover la Salud Pública, con estudios y actividades destinadas a mejorar la salud, prolongar la vida y mejorar la calidad de vida mediante la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y otras formas de intervención sanitaria. Con la implicación de la sociedad, con la modélica Escuela de Pacientes, como referencia.
La Escuela ha marcado muchas líneas de trabajo en el ámbito de trabajo de la Salud Pública y de la gestión sanitaria en Andalucía, además de en los ministerios de Sanidad y en muchas comunidades autónomas
La Escuela ha marcado muchas líneas de trabajo en el ámbito de trabajo de la Salud Pública y de la gestión sanitaria en Andalucía, además de en los ministerios de Sanidad y en muchas comunidades autónomas. Ha sido referencia en América Latina. Y deja, tras de sí, programas pioneros de incalculable valor, como el Programa Experimental de Prescripción de Estupefacientes en Andalucía (PEPSA).
En estos cinco años el PP ha ido socavando poco a poco los cimientos de lo que fue la gran EASP, que el primer Gobierno de derechas de Moreno Bonilla quiso laminar de golpe en enero de 2020
En estos cinco años el PP ha ido socavando poco a poco los cimientos de lo que fue la gran EASP, que el primer Gobierno de derechas de Moreno Bonilla quiso laminar de golpe en enero de 2020, con una primera Proposición de Ley del entonces portavoz parlamentario popular, José Antonio Nieto, y ahora consejero de Justicia, que se frenó por la movilización ciudadana, y el miedo que le entró a Ciudadanos.
Un mes más tarde, el Parlamento andaluz instó al Gobierno de derechas no solo a que la sede de esta institución siga en Granada -que obtuvo el apoyo unánime de los cinco grupos de entonces, sino también a “garantizar que la EASP siga manteniendo su identidad, con las características normativas, orgánicas y funcionales actuales”. El Pleno acordó la iniciativa socialista con los votos del PSOE-A y Adelante Andalucía, el rechazo de Vox y las abstenciones del PP y Ciudadanos (Cs).
El Gobierno de Moreno Bonilla incumple de manera flagrante lo que emana del Parlamento andaluz
El Gobierno de Moreno Bonilla incumple de manera flagrante lo que emana del Parlamento andaluz. Hasta en el Congreso de los Diputados se aprobó una propuesta también socialista que reconocía y consideraba “imprescindible” la labor de la Escuela, en diciembre de 2020. Pero si hasta en el propio Parlamento, expertos alertaron de las consecuencias adversas que conllevaba extinguir la Escuela.
Del maltrato a la Escuela, en este diario se ha informado al detalle. Desde que la mayoría absoluta del PP aprobara el pasado 12 de junio la Ley de creación del ISA y certificó la conversión de la EASP en un mero satélite de la nueva agencia administrativa, las redes sociales se han llenaron de quejas y lamentos. Y de duras críticas, que prosiguen.
El empecinamiento del PP con la Escuela, sin argumentos a su favor que lo justifiquen, desprende tufo ideológico e insensato de cargarse lo que fue un organismo modélico, de inspiración socialista, justamente para proteger y prevenir la Salud Pública de la ciudadanía, lo que no defiende el modelo del PP, que bien que lleva a cabo esta Junta absoluta
Una de ellas en X, merece ser resaltada: “Mi más profunda admiración por la trayectoria de la EASP y sus trabajadores y mi más profundo desprecio por los verdugos ideologizados de la preciada institución”. Lo afirma Armando Peruga, doctor en Salud Pública, uno de los altos directivos de la OMS, donde permaneció 25 años.
Porque el reconocido experto da en la diana. El empecinamiento del PP con la Escuela, sin argumentos a su favor que lo justifiquen, desprende tufo ideológico e insensato de cargarse lo que fue un organismo modélico, de inspiración socialista, justamente para proteger y prevenir la Salud Pública de la ciudadanía, lo que no defiende el modelo del PP, que bien que lleva a cabo esta Junta absoluta.
Poner fin, siempre desde la moderación, claro, a una institución que por principio defiende la sanidad pública andaluza, concepto antagónico del Gobierno de Moreno Bonilla que, bajo sus mandatos, se disparan los seguros privados.
El PP y Moreno Bonilla lo tenían muy claro desde el principio: derribar, en un acto sin precedentes, un organismo que interfiere en política sanitaria, pisoteando razones, prestigio, apoyos. Tal es su ansia
El PP y Moreno Bonilla lo tenían muy claro desde el principio: derribar, en un acto sin precedentes, un organismo que interfiere en política sanitaria, pisoteando razones, prestigio, apoyos. Tal es su ansia.
¿Con qué aval Moreno Bonilla pretende para Granada la Agencia Estatal de Salud Pública?
El presidente de la Junta, su Gobierno, el PP y sus satélites provinciales iniciaron el camino para que Granada, y hasta en la EASP, sea la sede de la Agencia Estatal de Salud Pública.
La polémica se centró en Granada, pero nadie reparó entonces ni ahora que, en un proceso de descentralización de agencias estatales puesto en marcha por el Gobierno, es difícil entender que, pese a merecimientos, todas se fueran a ubicar en Andalucía, beneficiada, en Sevilla, por la Agencia Espacial Española
Venía precedido por el fiasco de no lograr Granada la sede de la deseada Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA), que el Gobierno andaluz, el PP y sus satélites provinciales, espoleados por sus medios afines, convirtieron en un gran escándalo y en durísimos ataques contra el Gobierno, que eligió a A Coruña, que aún, de vez en cuando, siguen y siguen, dentro del paquete de agravios del ejecutivo de España hacia Granada, Andalucía…
Nadie dudó y ahora tampoco de la valía y liderazgo de la UGR en este campo, como en otros, pero Granada y la Junta no ofrecieron, por más que se empeñen, lo que A Coruña y la Xunta, que por cierto ya contaba con un programa autonómico de IA, que la Junta no pudo completar, ni las ventajas a los empleados de la AESIA, que por más empeño en que se insista, no eran ni tantos, ni cambiaría radicalmente la ciudad, como le ha ocurrido a Sevilla, tras ser elegida la sede de la Agencia Espacial Española, en un proceso similar.
Proceso de descentralización, por cierto, inverso al de la Junta de Andalucía, que ha quitado autonomía de decisión ahora a la EASP y antes al Parque de las Ciencias, Cetursa, la Alhambra, o la extinción del Centro de Documentación Musical de Andalucía
La polémica se centró en Granada, pero nadie reparó entonces ni ahora que, en un proceso de descentralización de agencias estatales puesto en marcha por el Gobierno, es difícil entender que, pese a merecimientos, todas se fueran a ubicar en Andalucía, beneficiada, en Sevilla, por la Agencia Espacial Española.
Proceso de descentralización, por cierto, inverso al de la Junta de Andalucía, que ha quitado autonomía de decisión ahora a la EASP y antes al Parque de las Ciencias, Cetursa, la Alhambra, o la extinción del Centro de Documentación Musical de Andalucía.
Así que, en respuesta al desengaño de la AESIA, la Junta reclama para Granada la Agencia Estatal de Salud Pública. Que ojalá caiga, aunque la competencia es mayúscula, para empezar, por mejores sanidades públicas.
Moreno Bonilla, en un ejercicio de hipocresía, busca un merecimiento que él y su Gobierno han dinamitado desde la base
Muy bien. ¿Pero qué aval presenta el Gobierno de mayoría absoluta del PP para ello, cuando ha desmantelado la sanidad pública y ha ninguneado a la Escuela?
Moreno Bonilla, en un ejercicio de hipocresía, busca un merecimiento que él y su Gobierno han dinamitado desde la base.
Así se crea otro agravio para buscar réditos electorales.