'Él Mató a un Policía Motorizado se asoman al synth pop'
Puede que esto sorprenda a muchas personas que me lean en España, pero Él Mató a un Policía Motorizado son uno de los grupos de indie rock en español más escuchados del mundo. Los de La Plata, Argentina, fueron pioneros del género en un país donde el rock había estado dominado por otros sonidos, desde el progresivo de los setenta al rock rolinga de los noventa. En el nuevo contexto creado por el auge de internet como forma de consumo musical y el cierre de cientos de salas de conciertos en Buenos Aires tras la tragedia del incendio en República Cromañón, se creó una nueva escena cuyo sonido bebía de los grupos alternativos estadounidenses de los ochenta y noventa. Este quinteto resultó ser la banda más destacada y longeva surgida en esos años. Su enorme talento compositivo, su exquisito gusto para los arreglos y la poderosa voz y elegantes letras de Santiago Barrionuevo les han convertido en uno de los grupos de rock alternativo más queridos, no solo en su país sino en toda Latinoamérica y España.
Para crear el sucesor de 'La Síntesis O'konor', han vuelto a Sonic Ranch, pero han cambiado bastante las fuentes de inspiración musical. Súper Terror, que es como finalmente se llama este LP, suena bastante a synth pop ochentero, un giro algo inesperado que no les sale nada mal
Aunque llevan casi dos décadas editando música, su último disco de estudio ha resultado ser el más icónico. Grabado en el mítico estudio texano Sonic Ranch, La Síntesis O'konor (2017) es una obra maestra que contiene varias de sus canciones más queridas, como “El tesoro” o “La noche eterna”, verdaderas obras de orfebrería pop con sutiles toques psicodélicos y un delicioso poso melancólico. Desde entonces, habían editado un disco de caras B, descartes y reinterpretaciones de canciones de aquel álbum, La otra dimensión (2019), y una nueva banda sonora para el reestreno de la mítica serie de televisión Okupas, que llevó por título Unas vacaciones raras (2021), consiguiendo un Grammy Latino al mejor álbum de rock por este último trabajo. En pocas palabras: Él Mató llega a la veintena en su mejor momento. Para crear el sucesor de La Síntesis O'konor, han vuelto a Sonic Ranch, pero han cambiado bastante las fuentes de inspiración musical. Súper Terror, que es como finalmente se llama este LP, suena bastante a synth pop ochentero, un giro algo inesperado que no les sale nada mal.
“Un segundo plan” nos da la bienvenida al álbum con un bajo trotón, una caja de ritmos enérgica y una guitarra potente, que le dan al conjunto mucha épica
“Un segundo plan” nos da la bienvenida al álbum con un bajo trotón, una caja de ritmos enérgica y una guitarra potente, que le dan al conjunto mucha épica. La voz de Santiago es tan efectiva como siempre mientras canta sobre la desorientación vital de ver “cómo todo se termina” y sobre el deseo de encontrar un nuevo significado a la vida en un estribillo estupendo: “Quiero saber adónde ir/Quiero saber a quién seguir/Todo lo que me importa no existe más/Quiero saber por quién morir”. Los arreglos de la canción no paran de acumularse y crecer hasta llegar a un último estribillo expansivo y eufórico, tan alejado de la agridulce tristeza de los clásicos antes citados. Pero ese tono no tarda en volver: “Medalla de oro”, el segundo corte y uno de los singles, tiene una estética mucho más dream pop, con sus guitarras bañadas en reverb, su órgano y sus toques de slide guitar en el estribillo, y transmite toda la esperanzada desolación de sus mejores temas, especialmente en su magnífico puente (“hay una luz que arrasa con todo”).
El tono cambia nuevamente en la divertida “Diamante roto”, con su ritmo animado y ese estribillo que primero ralentiza la canción y después estalla y se llena de color
El tono cambia nuevamente en la divertida “Diamante roto”, con su ritmo animado y ese estribillo que primero ralentiza la canción y después estalla y se llena de color. “Tantas cosas buenas”, por su parte, es de nuevo synth pop puro, gracias a las texturas de ese bajo sintético pulsante y los platillos de caja de ritmos. Es una pena que la guitarra distorsionada que suena en el canal izquierdo en varios momentos resulte tan irritante. De hecho debo decir que, aunque hay más canciones de gran calidad que aparecen a lo largo del tracklist, a partir de este punto empiezan a intercalarse con momentos menos inspirados. “El universo”, por ejemplo, es una sencilla y solemne canción al piano con una buena letra, pero en la que, a diferencia de otros temas breves y redondos de Él Mató, echo de menos algo más de desarrollo. “Moderato”, a su vez, suena muy bien, pero es una canción relativamente menor para el talento de estos cinco, con un estribillo algo indiferente y un puente más bien soso.
En cambio, otros cortes de esta segunda mitad del álbum sí que despliegan las grandes virtudes de los argentinos
De todas formas el punto más bajo del álbum lo marca claramente “Voy a disparar al aire”. No solo es una canción muy plana con un estribillo mediocre, sino que además el normalmente intachable gusto del grupo para la producción aquí les falla. La voz de Santiago suena demasiado lejana, las guitarras distorsionadas de los estribillos son horrendas, y el puente instrumental ofrece un solo de guitarra muy poco imaginativo. Además, en este tema sucede algo que en el resto del álbum evitan: la producción electrónica parece quitarle la vida a la música, haciendo que suene estéril y agarrotada. En cambio, otros cortes de esta segunda mitad del álbum sí que despliegan las grandes virtudes de los argentinos. “Coronado” sigue una progresión magnífica, pletórica, y tiene uno de esos pareados indelebles que Santiago acostumbra a sacarse de la manga: “Atacar con una piedra afilada/Esa no es la forma de saludar”. “El número mágico” tiene una percusión muy dinámica, su estribillo derrocha estilo y las guitarras suenan especialmente bien en su segunda mitad, muy libres y coloridas.
En los mejores momentos, la magia de su música sigue atrapando, transportándote a otro lugar y deleitándote con sus inspiradas melodías y esas instrumentaciones tan cuidadas
En cambio, el cierre con “Profeta de fuego” es algo decepcionante. Es una pena que terminen el disco con una canción algo desnortada, cuyas distintas partes no se complementan y que culmina en un estribillo falto de garra. No obstante, Súper Terror es realmente un buen álbum que consigue llevar el sonido clásico de Él Mató en una dirección nueva e interesante, con más éxito del que yo, al menos, habría imaginado. En los mejores momentos, la magia de su música sigue atrapando, transportándote a otro lugar y deleitándote con sus inspiradas melodías y esas instrumentaciones tan cuidadas. Que de vez en cuando haya un tema más mediocre no les quita el mérito que tiene esa capacidad de tocar el cielo. No hay muchos grupos indie en el mundo hispanohablante con esa habilidad.