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EN LA I VUELTA DE 1935 y V VUELTA DE 1945

Murcia-Granada, o viceversa, las etapas que duraban más de 12 horas sobre la bicicleta

Ciudadanía - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 4 de Septiembre de 2022
Una espectacular crónica de aquellas etapas de los tiempos heroicos del ciclismo, por Gabriel Pozo Felguera, plagado de anécdotas y curiosidades que no te puedes perder, con un especial al primer gran corredor de Granada, Joaquín Bailón. En homenaje a la llegada de la Vuelta a Sierra Nevada.
Fotografía publicada por AS (13 de mayo de 1935) con la meta de Granada a la altura de la Cruz Blanca.
Fotografía publicada por AS (13 de mayo de 1935) con la meta de Granada a la altura de la Cruz Blanca.
  • Joaquín Bailón fue el primer y único granadino en participar en tres Vueltas (1935, 1936 y 1945); no tenía equipo y los granadinos organizaron una colecta para esponsorizarlo

Hoy acaba en Sierra Nevada una de las etapas más duras de la Vuelta Ciclista a España: 148,1 kilómetros, con una duración estimada de 4,30 horas. Es de categoría especial (a 2.502 metros).  Pero para duras, largas y tiempo sufriendo sobre una bici, las que se corrieron en 1935 y 1945, entre Murcia y Granada: fueron larguísimas, con nada menos que 285 kilómetros, por caminos de tierra la mayoría de tramos y con mal tiempo. Los routiers, como se les llamaba entonces, tardaron nada menos que 11 horas, 15 minutos y 55 segundos en completar el trayecto en la primera Vuelta, y más de 12 horas en la edición de 1945.  El tramo entre Granada y Murcia (o viceversa) ha sido una de las etapas de mayor duración en la historia de la Vuelta. En el pequeño pelotón de los primeros años de Vuelta a España se mezcló el primer y único granadino en participar en la carrera nacional: Joaquín Bailón Morales. Tenía poco más de veinte años cuando debutó en 1935; aguantó con los campeones fogueados del Tour y el Giro y consiguió finalizar en el puesto 22º. En la II Vuelta subió al 16º. En su tercera participación no consiguió finalizar.

El periódico madrileño Informaciones decidió organizar la primera Vuelta Ciclista a España en la primavera de 1935. A imagen de cómo lo venían haciendo L’Auto en Francia y El Corriere en Italia desde décadas atrás. Pronto se sumaron la mayoría de periódicos de la capital y el joven semanario deportivo AS. Se diseñó un recorrido de 3.425 kilómetros, repartidos en 14 etapas larguísimas. Con tres días de descanso en medio. Salieron de Madrid para recorrer la zona Norte; bajaron por el valle del Ebro hasta Barcelona; siguieron por el litoral hasta Murcia; enfilaron hacia Granada, Sevilla, Cáceres, Zamora y regresar de nuevo hasta la meta de Madrid. La fecha de inicio fue el 29 de abril, con salida de la Plaza de Atocha, y regreso de nuevo a la capital el día de San Isidro.

I Vuelta a España. 3.425 kilómetros, 14 etapas larguísimas. De Granada a Murcia, 285 kms., tardaron 11 horas y 15 minutos. AS

Los organizadores establecieron el límite de inscripciones en 50 participantes (33 españoles y 17 extranjeros). La mayoría de extranjeros eran ciclistas experimentados, de entre treinta y cuarenta años, muchos de ellos ganadores del Tour, Giro y Vuelta a Suiza. Entre los españoles sólo destacaba el navarro-catalán Mariano Cañardo. Y entre todos aquellos monstruos del pedal se apuntó un joven y desconocido granadino llamado Joaquín Bailón Morales. Apenas rebasaba los veinte años de edad.

La etapa más larga de la Vuelta 1935

La etapa de Murcia-Granada era la décima de la ruta. Sobre el trazado no era la más larga, sino la segunda. La más larga, con 310 kilómetros, fue la de Zaragoza-Barcelona; pero su trazado en continúa bajada y con viento favorable hizo que los corredores la cubriesen en 9 horas y 52 minutos. Una minucia. Aunque la mayoría de días los ciclistas sufrían tiempos parecidos sobre sus sillines.

La salida desde Murcia estaba prevista a las cuatro y media de la mañana. Pero se retrasó dos horas. Con las primeras luces de la mañana partió la caravana multicolor de 31 corredores supervivientes, dos docenas de vehículos y un camión con repuestos

La salida desde Murcia estaba prevista a las cuatro y media de la mañana. Pero se retrasó dos horas. Con las primeras luces de la mañana partió la caravana multicolor de 31 corredores supervivientes, dos docenas de vehículos y un camión con repuestos. Casi una docena de fotógrafos y periodistas madrileños la siguieron en todo momento, parando en cualquier lugar donde había un teléfono o telégrafo para ir informando a sus medios. Los diarios locales y las radios (donde las hubiere) solían informar a los ciudadanos mediante carteles en sus fachadas. En el caso de Granada, el periódico El Defensor iba escribiendo en una pizarra en la calle Reyes Católicos la marcha del acontecimiento; el diario Ideal instaló su pizarra en Puerta Real. Ambos periódicos habían enviado a sus periodistas deportivos a esperar la carrera en el límite de la provincia, más allá de Cúllar. Radio Granada leía en las pizarras de los periódicos. La proximidad a los pueblos era anunciada con lanzamiento de cohetes unos kilómetros antes.

Grupo de 50 ciclistas en la salida de la Plaza de Atocha de Madrid, 29 de abril. Bailón aparece en el centro de la foto, con BH sobre su pecho. AS

Todas las crónicas de periódicos de aquel acontecimiento coinciden en señalar que fue una etapa aburridísima durante 270 kilómetros; los 31 corredores corrieron agrupados en pelotón; paraban a beber en las fuentes; a avituallarse; el estado de la carretera era más propio de caminos rurales, a pesar de que siguieron la carretera nacional 342. La marcha media se fijó en poco más de 25,5 kilómetros/hora. La organización había previsto que se tardarían alrededor de nueve horas, algo menos que la de Zaragoza-Barcelona (bastante más larga); pero nadie tuvo en cuenta que el trayecto desde Murcia (43 metros sobre el mar) hasta Granada va en continua ascensión, con rampas continuadas hasta subir a Los Vélez, subida al altiplano de Diezma (1.100 metros) y Puerto de la Mora (a 1.350 metros). Para empeorar la situación, nada más pasar Guadix empezó a llover y no cesó durante los casi sesenta kilómetros de caminillo que había hasta la capital. Un verdadero lodazal.

Bailón cuando subía en cabeza por Puerto Lobo.

Tras infinidad de pinchazos, por fin la bajada del Puerto de la Mora hasta Huétor Santillán les permitió alcanzar por vez primera los 60 kilómetros/hora. Ahí se abrieron las hostilidades y ya no cesaron hasta la meta

Tras infinidad de pinchazos, por fin la bajada del Puerto de la Mora hasta Huétor Santillán les permitió alcanzar por vez primera los 60 kilómetros/hora. Ahí se abrieron las hostilidades y ya no cesaron hasta la meta. Realmente fue una etapa que tuvo poco más de quince kilómetros de disputa entre los corredores. El joven granadino coronó primero Puerto Lobo, quería ganar en su pueblo.  Aquel día 10 de mayo que llegó por primera vez la Vuelta a Granada fue prácticamente declarado festivo en la provincia; decían las crónicas que en Baza se había comido con dos horas de retraso, ya que todas las mujeres estuvieron en la calle esperando a que pasaran los corredores; en Guadix estaba todo el mundo en la Avenida de la Estación. En Granada fue la apoteosis: desde el límite de El Fargue la gente se agolpó en los arcenes para ver pasar a los ciclistas. La muchedumbre apenas dejaba sitio libre en los lugares estrechos; todos querían ver de cerca y tocar a los corredores. La prensa cifró en más de 50.000 los granadinos que se echaron a la calle a ver la carrera. Y lo peor de todo es que venían con dos horas y pico de retraso, estaba lloviendo y anochecía.

La entrada a la ciudad se organizó por la Avenida de Murcia, Cardenal Parrado, Avenida Doctor Olóriz y Avenida de la República (actual Constitución). La línea de meta se estableció en la Cruz Blanca. Al lado mismo de la tribuna de autoridades (Por cierto, la tribuna se vino abajo cuando estaban entregando los premios, pero apenas hubo rasguños).

Uno de los corredores que aparecen es Bailón, según las crónicas de la época, cuando el pelotón atravesaba Baza.
Max Bulla y Mariano Cañardo cuando pasaban por el Mirador de San Cristóbal. En la izquierda, Bailón, entrega las flores recibidas en la Virgen de la Angustia.

La etapa Murcia-Granada se cerró con una duración de 11 horas 15 minutos y 55 segundos para el ganador, que fue Max Bulla. Este hombre venía con un Tour ganado y una vuelta a Suiza

La etapa Murcia-Granada se cerró con una duración de 11 horas 15 minutos y 55 segundos para el ganador, que fue Max Bulla. Este hombre venía con un Tour ganado y una vuelta a Suiza. El último clasificado de la etapa fue el español Manuel Ruiz Trillo, a nueve minutos del ganador. Pero sin duda los más aclamados, reclamados y nombrados en las pancartas fueron el primer español clasificado (Mariano Cañardo) y el corredor local Joaquín Bailón. El favorito de los granadinos, Cañardo, tuvo la mala suerte de que se le bloqueó la cadena cuando bajaba por la Plaza de Toros y llegó en quinto lugar, sin posibilidades de medirse al sprint con Bulla, Adam, Bachero y Amberg, que formaban el quinteto escapado. J. Bailón no descendía a tumba abierta, entró octavo, con un minuto de retraso.

Los cinco escapados, bajando por las curvas embarradas de la Golilla de Cartuja. TORRES MOLINA

La zona de meta y el amplio bulevar se convirtieron en una masa informe de gente que no dejaba caminar ni descansar a nadie. A ello se sumaba la larga fila de coches de prensa y comerciales, que todo el mundo quería tocar e incluso subir. Las casas de coches Plymouth y Dodge traían una exposición de sus modelos; incluso las fábricas de bicicletas Orbea y BH también hacían lo propio.

Los periodistas tenían que salir corriendo en busca de las oficinas de teléfonos y telégrafos para enviar sus crónicas a sus medios

Los periodistas tenían que salir corriendo en busca de las oficinas de teléfonos y telégrafos para enviar sus crónicas a sus medios. Los fotógrafos solían acudir a algún laboratorio local para revelar sus placas y enviar positivos en el tren expreso de la noche a Madrid. En el caso de Granada, a todos ellos les positivó sus placas el laboratorio de Manuel Torres Molina, que era el más potente y relacionado con la prensa en aquel momento. Torres Molina trabajaba como fotógrafo para el periódico local Ideal, además de para ABC, Mundo Gráfico y agencias de Madrid y Barcelona. Las malas condiciones climatológicas, la lluvia de la tarde y la oscuridad de la tardía llegada impidieron que la cobertura gráfica de aquella primera etapa en Granada luciera como debía en los medios de comunicación. Solamente Ideal publicó varias fotos; un par de días más tarde lo hicieron AS e informaciones; también Mundo Gráfico prestó alguna atención. El Defensor, periódico decano de Granada, no tenía tecnología para publicar fotos. Pero, por lo general, no ha quedado para la historia una buena cobertura gráfica de aquella épica etapa.

Joaquín Bailón, primer granadino en la Vuelta

Joaquín Bailón Morales nació en la Acera de Canasteros. Muy cerca de donde estuvo situada la meta de la primera Vuelta llegada a Granada en 1935. Los granadinos lo llevaron en hombros junto a su madre. Después, con los ramos de flores que le regalaron, buena parte de la chiquillería de la ciudad lo acompañó a la Basílica de la Virgen de las Angustias a depositarlas y darle las gracias por seguir de una pieza (Se cayó en Zaragoza y traía lesiones).

El joven Joaquín Bailón, con el ramo de flores como primer andaluz clasificado, antes de ir a la Virgen de las Angustias. TORRES MOLINA/MUNDO GRÁFICO.

El joven Bailón hizo 123 horas y 25 minutos. La velocidad media del ganador Vuelta 1935 fue de 28,1 km./hora

Tenía motivos para hacerlo. Aquel casi niño de poco más de veinte años había sobrevivido a una durísima Vuelta a España, comandada por los corredores profesionales extranjeros. De hecho, nueve de los diez primeros clasificados fueron extranjeros, con sólo Cañardo en segunda posición. Bailón consiguió completar las cuatro durísimas etapas que quedaban hasta Madrid; acabó en 22º posición de entre los 29 que llegaron vivos a la capital. Aquella primera Vuelta la ganó el belga Gustav Deloor, con 120 horas y 7 segundos en el sillín. El maillot de líder era color naranja. Permaneció ese tiempo encaramado en el asiento de cuero de una bicicleta de hierro que pesaba dieciséis kilos, llevaba tres bidones de agua y él dos tubulares liados al pecho para reparar los continuos pinchazos. El joven Bailón hizo 123 horas y 25 minutos. La velocidad media del ganador Vuelta 1935 fue de 28,1 km./hora.

A partir de aquella gesta, Joaquín Bailón se convirtió en un héroe deportivo en su tierra. Pero no tenía detrás ningún equipo ni marca comercial que lo esponsorizara; BH le había dado una bicicleta a cambio de poner su marca en el maillot

A partir de aquella gesta, Joaquín Bailón se convirtió en un héroe deportivo en su tierra. Pero no tenía detrás ningún equipo ni marca comercial que lo esponsorizara; BH le había dado una bicicleta a cambio de poner su marca en el maillot. Intentaba sobrevivir con los premios que conseguía en las carreras. En la zona de Granada y Andalucía solía ganar bastante, pero cuando salía a competir fuera debía codearse con corredores más experimentados y casi profesionales. De ahí que aquel día 10 de mayo de 1935 surgiera un movimiento de simpatía y solidaridad hacia este corredor paupérrimo: la Unión Velocipédica Granadina hizo un llamamiento a los granadinos para que hiciesen aportaciones para poder enviarlo a correr a las grandes carreras. Una especie de crowdfunding actual o patrocinio colectivo. La verdad es que aquella iniciativa funcionó; fueron miles las personas que aportaron dinero para sostener a Joaquín Bailón. El periodista José Luis Entrala, en su libro sobre la Historia del Deporte Granadino, recuerda cómo su abuelo y su padre aportaron 2 y 5 pesetas, respectivamente, para que el corredor pudiese ir a competir al País Vasco.

Nota que publicó la prensa solicitando ayuda para el prometedor ciclista.

Joaquín Bailón pudo dedicarse, a partir de aquella primera Vuelta 1935, al ciclismo en exclusiva

Joaquín Bailón pudo dedicarse, a partir de aquella primera Vuelta 1935, al ciclismo en exclusiva. En las siguientes fiestas de otoño de Granada, el 23 de septiembre, demostró que era el mejor corredor de la provincia ganando la carrera de la Virgen de las Angustias; consistió en una vuelta hasta Alhama-Loja y regreso, en la que empleó 4 h. 55 m. y sacó diez minutos al segundo clasificado.

El 28 de octubre de 1935 quedó segundo en el Premio Ciudad de Málaga. El 3 de noviembre participó en el II Trofeo Guiseris de La Castellana, que clausuraba la temporada, con una carrera de 150 kms. entre Madrid y Buitrago de Lozoya. A Bailón le clasificaban en el grupo de corredores de primera categoría (semiprofesionales). También solía correr todas las ediciones de la Subida a los Puertos de Madrid.

Su nombre se barajó para formar parte del equipo español que acudiría al Tour. Estuvo toda la primavera corriendo critériums en el País Vasco. Hasta que en mayo de 1936 volvió a inscribirse en la II Vuelta a España

En la temporada de 1936 se vio su mejoría ya al codearse con corredores de la categoría de Berrendero en el Criterium de Ases del Retiro. Su nombre se barajó para formar parte del equipo español que acudiría al Tour. Estuvo toda la primavera corriendo critériums en el País Vasco. Hasta que en mayo de 1936 volvió a inscribirse en la II Vuelta a España. En este caso ya fueron 21 etapas (4.364 kms.).  La II Vuelta también la ganó Gustav Delloor; Joaquín Bailón quedó 16º en la general, a 2 h y 7 m. del vencedor. El chico prometía. También la II Vuelta contó con final y salida de etapas en Granada (Málaga-Granada, de 132 kms.; y Granada-Almería, de 185 kms.)

Quedaban lejos las fiestas del Corpus de 1929 y 1931 cuando, siendo un juvenil, ya despuntaba con sus sonadas victorias. Incluso quedó primero en la primera gran carrera organizada el 1º de Mayo de 1931, una marcha entre Granada-Campillo de Arenas-Granada, con los tres antiguos puertos de Zegrí, Onítar y Carretero.

Portada que dedicó Ideal al ídolo local el día que llegó a la meta de Granada en la I Vuelta a España.
Minientrevista que publicó El Defensor de Joaquín Bailón.

Las etapas de 1945, aún más duras

Pero nada más acabar la II Vuelta a España, la guerra civil frustró todas las competiciones deportivas en nuestro país. El joven Bailón era de marcada tendencia izquierdista. Muy señalado por su ideología. Consiguió salir vivo de la contienda y pasar un tanto desapercibido a ojos de los tribunales militares. Pero su estrella ­­-por la falta de apoyos de una sociedad granadina, marcadamente de derechas al acabar la guerra- empezó a declinar. En el retorno de la III Vuelta a España, la de 1941, no pudo presentarse. En parte porque también había quedado mermado física y moralmente como perdedor de la guerra.

El joven Bailón era de marcada tendencia izquierdista. Muy señalado por su ideología. Consiguió salir vivo de la contienda y pasar un tanto desapercibido a ojos de los tribunales militares

A pesar de todo, le vino bien la ausencia de Vuelta hasta 1945. Ese año la organizó el periódico Ya. Se alargó a 19 etapas, con la aparición del maillot rojo para el líder. Se introdujo una contrarreloj y sólo tres etapas superaron los 280 kilómetros en un solo día. Se hizo un recorrido casi inverso al de diez años antes, de manera que hubo larguísimas etapas entre Sevilla-Granada y Granada-Murcia. Bailón se apuntó y la corrió como individual por tercera vez; consiguió acabar segundo en la etapa de Salamanca a Cáceres, tras el líder indiscutible Delio Rodríguez.

Bailón entró en octavo puesto en la meta de Granada, V edición de la Vuelta, situada en el mismo lugar que en 1935 (pero ahora la calle se llamaba Calvo Sotelo).
El dibujante Miranda también dedicó su caricatura diaria a lo ocurrido en la Vuelta (Ideal, 16 de mayo de 1945).

La cuarta etapa de 1945 acabó en Granada, con Bailón en octavo lugar. Pero ya Granada no recordaba a Bailón con tanto cariño como una década antes

La cuarta etapa de 1945 acabó en Granada, con Bailón en octavo lugar; el ganador había sacado una ventaja al segundo de 27 minutos; estuvo más de nueve horas en la bici para recorrer 251 kilómetros. Pero ya Granada no recordaba a Bailón con tanto cariño como una década antes. La siguiente etapa, la Granada-Murcia, se prolongó aún más que la de diez años antes: salieron a las seis y media de la mañana y el primero (Joaquín Olmos) cruzó la meta de Murcia tras 12 horas 5 minutos y 4 segundos de pedaleo.

Los nuevos organizadores también incluyeron la etapa Barcelona-Zaragoza, de 306 kilómetros. En esta ocasión se encontraron con un cierzo fuerte que les llevó a batir el récord de la Vuelta: tardaron nada menos que 13 horas 7 minutos y 44 segundos.

Aquello fue demasiado para Bailón; no consiguió acabar los 3.700 kilómetros y 19 etapas de la III Vuelta; sólo llegaron a meta el 51% de los competidores (26), todos españoles, menos dos portugueses.

Joaquín Bailón, el primer ciclista gregario granadino en la Vuelta (siempre sin equipo y por libre) falleció a finales del siglo XX, casi olvidado y sin reconocimiento por el mundo del ciclismo de Granada

Joaquín Bailón permaneció activo en el ciclismo hasta el año 1949, pero ya nunca más volvió a participar en la Vuelta a España. Empezaba a vislumbrarse el futuro de las nuevas hornadas de ciclistas granadinos, los Jiménez Quiles y hermanos Galera empezaban a correr en juveniles.

Joaquín Bailón, el primer ciclista gregario granadino en la Vuelta (siempre sin equipo y por libre) falleció a finales del siglo XX, casi olvidado y sin reconocimiento por el mundo del ciclismo de Granada.