'Otro tren que pasa'
Nos perdemos las mejores. Tenemos la oportunidad perfecta para regular el precio del mercado de la electricidad y los carburantes y, sin embargo, el PSOE prefiere que les sigamos pagando la fiesta entre todos a las empresas que especulan con servicios básicos.
Por lo que, a estas alturas de la película, si hubiera un giro de guion y el gobierno obligara a las empresas de electricidad a no cobrar precios abusivos por bienes de los que no podemos prescindir, ni siquiera a los que ondeaban banderas de España en la huelga de camiones les parecería mal
Con un escenario de varios focos de huelga en el sector del transporte, la pesca y la agricultura; con más de tres millones de parados; con la factura de la luz batiendo récords históricos (pagamos la escandalosa cifra de un 80% más que el año pasado), y una inflación acumulada en el mes de marzo de 9,8% (la tasa más elevada desde 1985, según datos de el Economista), ¿quién se iba a oponer a una limitación de los precios en las eléctricas? Dirán ustedes “esa me la sé: los de siempre”. Sí, claro, los que si unos dicen “blanco” los otros van a decir “negro” con independencia de lo que se esté discutiendo no iban a cambiar la tradición, pero no me refiero a los que van en coches oficiales, sino al común de los españoles, a quienes ponen la planta del pie en contacto con el suelo por el que andan. A estos no poder llenar el frigorífico o calentar sus hogares los sitúa en el mismo barco. Por lo que, a estas alturas de la película, si hubiera un giro de guion y el gobierno obligara a las empresas de electricidad a no cobrar precios abusivos por bienes de los que no podemos prescindir, ni siquiera a los que ondeaban banderas de España en la huelga de camiones les parecería mal.
No obstante, si algo deberíamos haber aprendido de esta guerra es que, cuanto menos tengamos que depender de otros países para nuestro abastecimiento, mejor
Si hablamos del problema de la subida de precios de la luz es anterior a la guerra entre Rusia y Ucrania, por lo que su reversión depende directamente de las soluciones a medio y largo plazo que el Estado sea capaz de ofrecer. Las medidas propuestas por Sánchez y aceptadas por Bruselas en la ya denominada “excepción ibérica” son un primer paso. Un paso inexcusable para evitar la gran injusticia que supone pagar todo el consumo de acuerdo a la fuente de producción más cara. Todavía habrá que ver cómo y cuándo se concretan estas medidas, si es que llegan a materializarse. No obstante, si algo deberíamos haber aprendido de esta guerra es que, cuanto menos tengamos que depender de otros países para nuestro abastecimiento, mejor. Máxime si esos países son inestables o de valores democráticos cuestionables. Sin embargo, lo que el gobierno de Sánchez parece haber sacado en claro es que hay que aumentar el presupuesto de Defensa.
En torno a tres tercios de la energía que se consume en España proviene del exterior. Históricamente el mayor proveedor de gas para el país ha sido Argelia, aunque, desde el pasado mes de enero, EEUU se estrena en dicho papel. ¿Entienden ya el cambio de posición de Sánchez con respecto al Sáhara?
En torno a tres tercios de la energía que se consume en España proviene del exterior. Históricamente el mayor proveedor de gas para el país ha sido Argelia, aunque, desde el pasado mes de enero, EEUU se estrena en dicho papel. ¿Entienden ya el cambio de posición de Sánchez con respecto al Sáhara? Por lo que al petróleo respecta, importamos crudo de diez países, estando Nigeria, México y Libia a la cabeza. La respuesta a por qué se han disparado los precios de la gasolina en España a raíz de la Guerra, si Rusia ostenta el octavo puesto en nuestra dependencia del petróleo, es algo que solo esos expertos que salen en videoconferencia por la tele podrán aclarar.
Lo que sí podemos entender es que proponer una bonificación de 20 céntimos por litro de combustible a todos los consumidores supone un regalo trampa, pues se interviene sobre los bolsillos de todos los contribuyentes (independientemente de la renta de estos y sin aplicar ninguna proporcionalidad en el pago de impuestos) para que productoras y distribuidoras sigan obteniendo sus grandes márgenes de beneficios. Una vez más, esta crisis se la pagamos todos. Desde luego, la izquierda tiene que reconocerle algo al PSOE: nunca defrauda en el objetivo de defraudar.