La decena de ‘milagros’ de la Virgen de Fátima en su visita a Granada de 1949
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Una comisión médica de la Real Academia de Medicina estudió inexplicables curaciones durante el recorrido de la imagen por la capital
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La Virgen Blanca traída en 1951 estuvo recorriendo la provincia durante cuatro meses; surgieron bastantes ermitas y capillas para su veneración
Balbino Santos Olivera (1887-1953) llegó como nuevo arzobispo de Granada el 7 de marzo de 1947. Era leonés de nacimiento y formación. Había estado de obispo de Málaga durante la década anterior. Demostró ser un gran devoto de la Virgen de Fátima. En Málaga ya había introducido procesiones con la imagen de la virgen de Cova de Iria, de escasa tradición todavía en España.
Los dictadores Franco y Salazar pasearon la imagen de Fátima por sus dominios; la idea consistía claramente en una recristianización de españoles y portugueses ante el avance del comunismo en el Este de Europa. La prensa del momento no cesaba de publicar supuestos milagros y curaciones por donde había pasado la imagen
Sus dos primeros años de presencia en Granada coincidieron con una campaña de fomento al culto de Fátima en pueblos y ciudades de España y Portugal. Los dictadores Franco y Salazar pasearon la imagen de Fátima por sus dominios; la idea consistía claramente en una recristianización de españoles y portugueses ante el avance del comunismo en el Este de Europa. La prensa del momento no cesaba de publicar supuestos milagros y curaciones por donde había pasado la imagen.
Uno de aquellos reflejos de Fátima en tierras andaluzas tuvo lugar el 31 de julio de 1947 en una barriada de Oria (Almería). La niña de 14 años Ginesa Simón Cassanova dijo haber recibido una aparición cuando se encontraba en la Fuente de los Cerricos. Iba a hacer milagros en su siguiente aparición, del 10 de agosto. En Oria se congregaron unas 5.000 personas en busca de su milagro, pero ni se repitió la aparición ni hubo curaciones de desahuciados.
Aquella idea recristianizadora parecía copiada de siglos atrás por el rey Fernando III, el Santo, y el arzobispo toledano Rodrigo Jiménez de Rada en las zonas de Al-Andalus que iban conquistando a los almohades. En 1222 habían comenzado por traerse una imagen mariana de estilo gótico leonés, de las llamadas arzoneras por su pequeño tamaño, y hacerla aparecer en una encina de Cortes (Alcaraz), donde un pastor la había hallado en una oquedad. Allí debió estar escondida la imagen, supuestamente bizantina, desde que en 711 habían llegado los musulmanes. Las apariciones de imágenes se irían sucediendo en toda Sierra Morena en los años siguientes: Virgen de Luciana en Terrinches; Virgen de Mairena en Puebla del Príncipe; Virgen de la Cabeza en Andújar (1227); Virgen de Luna en los Pedroches… y la Virgen del Rocío unos años más tarde por parte de Alfonso X el Sabio, en cuanto conquistó el bajo Guadalquivir.
Recibimiento y estancia apoteósicos
La imagen de la Virgen de Fátima fue recibida en Loja, el 1 de octubre de 1949. Una enorme caravana de personas, ciclistas, carros y coches siguieron su recorrido por los pueblos donde iba pasando. La primera misa tuvo lugar en el Mesón del Arroyo. Ya en Santa Fe, el recibimiento se engrosó con la presencia del arzobispo y primeras autoridades provinciales. Comenzaban cinco días de vértigo por los lugares más representativos de Granada. En el balcón del Ayuntamiento de Santa Fe fue donde el prelado Balbino Santos propuso la reconquista espiritual de Granada.
El alcalde Gallego Burín se dirigió a su gente con un breve discurso en el que recordó que la miseria seguía presente entre los granadinos, sobre todo por los daños causados en las recientes inundaciones; pidió ayuda a la Virgen de Fátima para superar la desesperada situación de la ciudad
Cientos de camiones de todos los lugares de la provincia descargaban a personas en las afueras de la capital. Todo el mundo quería estar lo más cerca posible de la imagen milagrosa. Iba iluminada con unos reflectores; a sus pies se posaron unas palomas blancas que nunca levantaron vuelo ante el gentío. En Puerta Real y alrededores, ya anochecido, la muchedumbre se apiñaba por todas las calles laterales. El alcalde Gallego Burín se dirigió a su gente con un breve discurso en el que recordó que la miseria seguía presente entre los granadinos, sobre todo por los daños causados en las recientes inundaciones; pidió ayuda a la Virgen de Fátima para superar la desesperada situación de la ciudad. La imagen quedó depositada en la iglesia del Sagrario durante la noche; por allí pasaron miles de personas a participar en los rezos y a rozar sus manos con algún enser personal con el que llevarse su porción de gracia divina.
Pero sin duda el día apoteósico fue el siguiente, el 2 de octubre, en la multitudinaria misa en el paseo de la Bomba. Los dos periódicos locales cifraron en 60.000 personas los asistentes. En la zona más próxima al altar situaron alrededor de un millar de enfermos y desahuciados de la medicina oficial.
¡Milagro, milagro!
En el momento en que el arzobispo procedía a la consagración, desde varios puntos de la multitud comenzaron a surgir voces de ¡milagro, milagro! La gente miraba hacia donde estaban los enfermos, tendidos en camillas o sentados, atendidos por religiosas y soldados de la Cruz Roja. Se empezaba a hablar de curaciones espontáneas de algunos, de mejorías más considerables en otros y de verdaderos milagros.
El caso que más llamaba la atención fue el de la religiosa María Márquez Benavides (Sor María de Nazaret), confundadora y superiora de las Siervas del Evangelio. La enfermedad de aquella mujer consistía en debilidad en los huesos y una flebitis aguda en la pierna izquierda, arrastrada desde medio año atrás, que le impedía moverse o que le fuese tocada. Al instante se levantó de la camilla sin ayuda ninguna y se puso en pie sin problemas.
Minutos después hubo otro supuesto milagro en la persona de Antonio Álvarez Pérez
Minutos después hubo otro supuesto milagro en la persona de Antonio Álvarez Pérez. Este hombre estaba ingresado en el Hospital de San Juan de Dios con fractura de cuello de fémur. Se levantó al instante, con las muletas en alto, y se dirigió andando hasta el altar, donde se arrodilló.
Sor María de Nazaret en el momento de levantarse curada de su flebitis. Debajo, en una foto a principios de los años ochenta. IDEAL y SIERVAS DEL EVANGELIO
Y continuaron las curaciones espontáneas entre el asombro de la muchedumbre y ya sin atender a la misa que dirigía el arzobispo desde el escenario. Siguieron Isabel de la Torre Puig, asegurando su curación de manera milagrosa; Isabel Granados Martín, a la que le desapareció de repente un tumor blanco de la rodilla que le impedía andar… Los periódicos de Granada y alguno de tirada nacional reprodujeron los días siguientes fotografías de todos ellos andando y arrodillándose ante el altar.
Al día siguiente de la misa de la Bomba, el doctor Manuel Garrido visitó a Sor María de Nazaret en su residencia del Callejón de Nevot. La mejoría de la flebitis era más que evidente; calificó la curación como inexplicable y francamente prodigiosa
El arzobispo, ante tanta euforia y gritos de ¡milagro, milagro!, pidió calma y tranquilidad. Los milagros eran asuntos muy serios que había que estudiar con detenimiento. Pero era evidente que la euforia y el entusiasmo de los granadinos estaban actuando como bálsamo medicinal. Al día siguiente de la misa de la Bomba, el doctor Manuel Garrido visitó a Sor María de Nazaret en su residencia del Callejón de Nevot. La mejoría de la flebitis era más que evidente; calificó la curación como inexplicable y francamente prodigiosa. La casa de las Siervas del Evangelio se convirtió durante los días siguientes en un centro de peregrinación del vecindario.
El caso de Isabel de la Torre fue por el mismo camino. Tenía 37 años y llevaba enferma desde los 32. Hacía más de un año que estaba postrada en una cama, sin poder moverse, tras haber sido intervenida por el doctor Enrique Hernández. Misteriosamente, durante la misa de la Bomba se levantó y comenzó a andar. Y continuó andando toda la tarde y días siguientes, hasta que abandonó el Hospital de San Juan de Dios donde permanecía inmóvil desde muchos meses atrás. María García Moreno, con el mal del Pott y tuberculosis en la columna, consiguió andar ayudada por dos monjas.
Poco a poco se fueron conociendo manifestaciones de mejorías inexplicables que habían ocurrido durante la misa. Como la del niño de Iznalloz José Bastida Morales, de 12 años; era cojo por rotura de una cadera al caer de un caballo. Mientras asistía a misa, notó un hormigueo en la pierna y empezó a andar con mayor soltura de lo que lo había hecho hasta entonces. Éste también había sido operado por el doctor Enrique Hernández López. Incluso un sordomudo habló: Manuel Maguat Arit.
El caso de Encarnación Ruiz Gámez, de Gabia, no fue tan aireado durante la misa. Pero al finalizar, se dirigió a los médicos de Cruz Roja para comunicarles que había comenzado a andar sin la necesidad de utilizar muletas, como lo venía haciendo hasta entonces
El caso de Encarnación Ruiz Gámez, de Gabia, no fue tan aireado durante la misa. Pero al finalizar, se dirigió a los médicos de Cruz Roja para comunicarles que había comenzado a andar sin la necesidad de utilizar muletas, como lo venía haciendo hasta entonces. El médico del pueblo, Francisco Martín Sierra, confirmó a los medios de comunicación la inexplicable e inmediata curación de aquella mujer, impedida desde hacía dos años.
Y siguieron conociéndose casos en los días siguientes: el de Filomena Fernández Guzmán, enferma de tuberculosis peritoneal desde seis años atrás en el Hospital del Refugio. El doctor Fernández Mejía, que la estaba tratando, quedó extrañado por la curación, ya que según su criterio aquella paciente debería estar incluso fallecida desde tiempo atrás debido a la gravedad de su dolencia. El médico no se atrevió a dar más explicaciones en tanto no fuese estudiado a fondo su caso.
Comisión médica para estudiar las curaciones
Aquel reguero de mejorías, curaciones espontáneas y supuestos milagros obligó a que inmediatamente fuese creada una comisión de médicos expertos para analizar lo que estaba ocurriendo. Surgió por iniciativa de los doctores Miguel Guirao Gea, decano de la Facultad de Medicina, y de Enrique Hernández López, presidente del Colegio de Médicos, que estaban presentes en el revuelo organizado durante la misa. A ellos se sumó como secretario el doctor Rafael Fernández-Crehuet. El arzobispo les pidió un informe para elevarlo al Vaticano. La primera reunión quedó fijada en la sede de la Real Academia de Medicina de Granada, para el 6 de octubre. Balbino Santos dijo textualmente que habría que dejar el juicio de los milagros en suspenso en tanto no se pronunciara la ciencia.
La imagen de la Virgen de Fátima continuó recorriendo los días 3 y 4 de octubre la mayoría de iglesias y barrios de Granada
La imagen de la Virgen de Fátima continuó recorriendo los días 3 y 4 de octubre la mayoría de iglesias y barrios de Granada. La subieron al Albayzín, la llevaron a centros benéficos, a la cárcel provincial, a la fábrica de Pólvoras de El Fargue, etc, etc.
Hasta que muy de mañana del día 5 partió hacia Berja por la carretera de Motril. Todos los vecinos de los pueblos salían a parar la comitiva, a tocar la imagen y a rogarle milagros. Y volvieron a repetirse nuevas supuestas curaciones en varios pueblos. Los días siguientes, la prensa provincial ofrecía noticias de más curaciones achacables a la intercesión de la Virgen de Fátima. En la parada de Alhendín, dos mujeres y una niña, enfermas de gravedad, dijeron haber sido curadas al paso de la imagen. Se trató de Laura Dueñas Gómez (24), Carmen Salinas Ramírez (45) y Josefa Ruiz Muñoz (5). La primera no había podido moverse en años por padecer el mal de Pott; la segunda padecía tumor en un pecho que le afectó a un brazo; y la niña sufría de parálisis infantil. La respuesta de las tres al estar delante de la imagen de la Virgen fue gritar de alegría porque notaron que habían sido curadas. Las tres habían sido tratadas por médicos de la capital que no se explicaron lo ocurrido.
Tenemos la certeza de que la comisión médica de la Real Academia de Medicina se reunió de urgencia el 6 de octubre, sólo un día después de que la imagen abandonase Granada camino de Berja
Tenemos la certeza de que la comisión médica de la Real Academia de Medicina se reunió de urgencia el 6 de octubre, sólo un día después de que la imagen abandonase Granada camino de Berja. Y que todos aquellos médicos que habían participado en operaciones o tratamientos de los enfermos supuestamente curados por la Virgen de Fátima fueron requeridos por la comisión de la Real Academia de Medicina para elaborar su dictamen.
Pero ahí se pierde el rastro de los trabajos que hicieron para el arzobispo. La comisión no dejó referencia alguna en las actas de la sesión o sesiones que debieron tener en la Academia de Medicina. Tampoco existe informe escrito en el Archivo Diocesano. No he sido capaz de hallar aquel informe médico. De haber existido un pronunciamiento de expertos, debió ser de modo oral entre los doctores Guirao Gea y Enrique Hernández con el prelado Balbino Santos.
Por lo que se refiere a la duración de aquellos supuestos milagros, los hubo para todas las opiniones: Antonio Álvarez Pérez falleció en diciembre del año siguiente; Isabel de la Torre Puig tuvo larga vida, ya que murió anciana en junio de 1988. Algo parecido ocurrió con Sor María de Nazaret, que casi llegó a la ancianidad (murió en mayo de 1982) tras haber expandido su congregación por medio mundo. Las Siervas del Evangelio que convivieron con ella estuvieron siempre seguras de que su fe en la Virgen de Fátima la había curado de una manera inexplicable. El caso de mayor longevidad fue para María García Moreno, que falleció muy anciana en 1998.
El milagro de la implantación
Convocar a 60.000 personas a una misa en la Bomba no fue un milagro. Tampoco tener la ciudad en vilo durante las setenta y dos horas que la imagen estuvo deambulando por sus calles e iglesias. Lo verdaderamente notable de aquella estrategia de recristianización mariana se produciría durante los años siguientes. El arzobispo contó para ello con la colaboración de los sacerdotes Francisco Antiñolo, Francisco Moratalla y Aureliano García Tello.
Balbino Santos organizó una peregrinación a Fátima a recoger la imagen que había encargado para Granada al mismo autor de la original de la Cova. Iría destinada a la magna basílica que iba a tener la nueva virgen portuguesa en la ciudad granadina
Para empezar, Balbino Santos organizó una peregrinación a Fátima a recoger la imagen que había encargado para Granada al mismo autor de la original de la Cova. Iría destinada a la magna basílica que iba a tener la nueva virgen portuguesa en la ciudad granadina. El lugar elegido fue una antigua ermita de labradores en el barrio de la Lancha. El 7 de octubre de 1951 llegó la imagen desde Portugal y con ella se fue en procesión para colocar la primera piedra de la que se pretendía ser una magna basílica. El proyecto salió del estudio de Francisco Prieto-Moreno. Está ubicada en la parte alta de una promoción de viviendas baratas iniciada por el Patronato de la Virgen de las Angustias; el lugar era la parte baja de las minas de oro de la Hoya de la Campana, rodeado de antiguas construcciones mineras y los terrenos de los derrabes romanos.
El edificio inicial fue diseñado pensando en una especie de panóptico, abierto a tres puntos cardinales, que permitiera concentraciones multitudinarias. Las naves interiores realmente no serían muy grandes, situadas en penumbra, para dejar el centro destacado e iluminado por una lucerna que caía sobre el altar con la Virgen de Fátima. Todos los alrededores serían una especie de jardín y arboledas para acoger a las miles de personas que cada primavera, acudirían en romería.
El acabado final no fue una basílica, sino una iglesia parecida a las muchas que surgieron por entonces en los pueblos de colonización
El resultado final del proyecto (1961) no fue tan ambicioso como se pensó al principio. El edificio fue construido de manera más modesta, reducido el panóptico a una forma de abanico. La torre de campanas también fue modificada. El acabado final no fue una basílica, sino una iglesia parecida a las muchas que surgieron por entonces en los pueblos de colonización. Aunque lo importante era la romería que cada año se organizaba desde la basílica de las Angustias hasta Fátima. Cada 13 de mayo, Granada contaba con una romería más. Poco a poco fue languideciendo hasta quedar prácticamente extinguida en la actualidad.
En el verano de 1951, la imagen de la Virgen de Fátima estuvo recorriendo la provincia de Granada sin cesar. Fueron 112 procesiones por carreteras y caminos para llevar la devoción y la esperanza de una nueva religiosidad
No ocurrió lo mismo en la provincia de Granada. En el verano de 1951, la imagen de la Virgen de Fátima estuvo recorriendo la provincia de Granada sin cesar. Fueron 112 procesiones por carreteras y caminos para llevar la devoción y la esperanza de una nueva religiosidad. Siempre iba seguida de cientos o miles de vecinos de los pueblos por donde pasaba; los curas se la iban pasando uno a otro. Algunas corporaciones declararon alcaldesa a la Virgen de Fátima, otros dedicaron capillas dentro de sus iglesias y varios más decidieron construirle ermitas propias para su culto. Algunas de aquellas ermitas fueron de iniciativa popular y otras sufragadas por alguna familia acaudalada.
Surgieron ermitas a la Virgen portuguesa en Alpujarra de la Sierra, Alamedilla (anejo del Peñón, con romería incluida), Fátima (anejo de Castril), Guadix (de promoción particular), Víznar, etc. Quizás uno de los casos más sobresalientes sea el de Alicún de Ortega. En este pueblo limítrofe con Jaén, su alcalde (Sebastián Abril García) le entregó la vara de mando y propuso nombrarla copatrona del municipio, junto a San Roque, y alcaldesa perpetua. Poco a poco, el día de la Virgen de Fátima se convirtió en la fiesta mayor de la localidad, con romería incluida al anejo de Estepa. Recientemente (2019) ha sido construida una ermita entre el vecindario. Un enorme azulejo con las imágenes de San Roque y la Virgen de Fátima dan la bienvenida a quienes acceden al pueblo por la calle Alcárceles.
Entre el año de los “milagros” de Fátima en Granada (1949) y el fallecimiento del arzobispo Balbino Santos (1953), fueron 202 las imágenes de la Virgen de Fátima traídas a su diócesis y bendecidas por el prelado.
Las palomas de la Vicaría de Huéscar y los “milagros” de 1948
La comarca de Huéscar no pertenecía en 1948 al Arzobispado de Granada; este arciprestazgo y toda su demarcación estaba ligado desde el siglo XV al Arciprestazgo de Toledo. De ahí que esta comarca se rigiera por las órdenes del cardenal primado de España.
La introducción de la devoción a la Virgen de Fátima en la Vicaría de Huéscar ocurrió un año antes que, en el resto de Granada, en el verano de 1948
La introducción de la devoción a la Virgen de Fátima en la Vicaría de Huéscar ocurrió un año antes que, en el resto de Granada, en el verano de 1948. Un devoto de la localidad decidió adquirir una imagen de la Virgen de Fátima y procesionarla por toda la comarca; el destino final sería la iglesia del Barrio Nuevo de Huéscar, donde el cura Isidro Martínez comenzaba a realizar una machacona tarea de catequización de los más desfavorecidos de la comarca.
La imagen de Fátima estuvo de procesión por toda la comarca durante ochenta días seguidos, con paradas de unos nueve días en principales cortijadas y poblaciones. Entró en andas el 28 de julio por Almaciles y las cortijadas de La Toscana, Higueruela y Lóbrega. Se calcula que la esperaban a la entrada de la provincia unas 8.000 personas; varios centenares la siguieron por turnos durante los casi tres meses que recorrió la Vicaría.
La imagen de Fátima estuvo de procesión por toda la comarca durante ochenta días seguidos, con paradas de unos nueve días en principales cortijadas y poblaciones
El 9 de agosto fue recibida en la Puebla de Don Fadrique; montaron arcos triunfales, calles alfombradas, banda de música, fuegos artificiales. Ahí comenzaron los primeros “hechos portentosos” y las curaciones de enfermos. En este pueblo había un niño llamado Mariano García Robles, que orinaba sangre constantemente; su madre, pobre y viuda, se acercó a la imagen y le puso una vela junto con una libra de aceite para lamparillas. La mujer apenas tenía para comer. Aquel mismo día, el niño dejó de orinar sangre.
En la Puebla de Don Fadrique comenzó a darse un hecho extraño que se repetiría durante las semanas siguientes: la aparición de decenas de palomas que se posaban sobre la imagen y no la abandonaban ni dentro de las iglesias.
El recorrido con la imagen continuó por las cortijadas que se asientan en las faldas de la Sagra; recaló en Las Santas, poblado de San Clemente, Castril, Castilléjar, Galera y Orce
En la procesión de despedida por la Puebla, se habló de dos curaciones portentosas más. José María Sánchez Lara, de 18 años, ya había recibido el viático porque estaba muy enfermo. Pidió que lo asomaran al balcón al paso de la procesión y a partir de entonces la salud y la vida retornaron a su cuerpo. Algo similar ocurrió con Juana Marín, de 65 años, enferma de cáncer de estómago y desahuciada por los médicos. La acercaron a la ventana de su casa y experimentó notable mejoría, hasta el punto de que a partir de entonces pudo comer de todo.
El recorrido con la imagen continuó por las cortijadas que se asientan en las faldas de la Sagra; recaló en Las Santas, poblado de San Clemente, Castril, Castilléjar, Galera y Orce. Para llegar a Huéscar a primeros de octubre. Finalmente, fue llevada a su destino final de Barrio Nuevo el 17 de octubre. Por todos los lugares que pasó se iba hablando de extrañas curaciones de enfermos.
Lo que más extrañaba era la atracción que ejercía la imagen de Fátima sobre las palomas de la comarca. De la iglesia de Huéscar salió con cinco palomas posadas sobre ella y cuando llegó al Barrio Nuevo, a un kilómetro, ya llevaba más de quinientas posadas encima. Los promotores de aquella procesión sacrificaron las palomas para hacer caldo y sopa, y alimentar a la larga lista de pobres y hambrientos que la seguían.
A pesar de que la imagen quedó depositada dentro de la iglesia de Barrio Nuevo, las palomas continuaron apareciendo e intentando entrar dentro de edificio
A pesar de que la imagen quedó depositada dentro de la iglesia de Barrio Nuevo, las palomas continuaron apareciendo e intentando entrar dentro de edificio. Cada mañana, el párroco Isidro Martínez se desplazaba andando desde su casa en Huéscar hasta el anejo de Barrio Nuevo; por el camino le esperaba una nube de palomas que se le posaban encima y querían entrar con él a la iglesia.
Todos estos datos fueron recogidos en un informe que elaboró un interesante personaje de la comarca. Se llamó Pascual Arias Vázquez. Aquel hombre procedía de Madrid; llegó a la Puebla de Don Fadrique a principios del siglo XX para hacerse cargo de las tierras que había adquirido al Ducado de Alba. Era un abogado e inversor que tenía una industria proveedora de traviesas de ferrocarril y saltos de agua. Era por entonces secretario de la Compañía Minera Ferroviaria Extremeña. Fue quien construyó la ermita de las Santas a las afueras de la Puebla, único edificio de estilo modernista que existe en la localidad.
Su estrecha relación con la Puebla le llevó a ser diputado provincial. Acabó metido en política en las filas del partido conservador. En agosto de 1930 fue nombrado gobernador civil de Gerona; permaneció en el cargo durante la mayor parte de la II República
Su estrecha relación con la Puebla le llevó a ser diputado provincial. Acabó metido en política en las filas del partido conservador. En agosto de 1930 fue nombrado gobernador civil de Gerona; permaneció en el cargo durante la mayor parte de la II República. A finales de 1935 fue nombrado gobernador civil de Logroño, donde sólo permaneció hasta el 19 de febrero de 1936 en que ganó las elecciones el Frente Popular y fue cesado. Su vida estuvo muy ligada a la Puebla de Don Fadrique, especialmente en su residencia del Cortijo de la Alfaguara, hasta el año 1961 en que falleció en Madrid.
Pascual Arias Vázquez se convirtió en uno de los hombres más devotos de la Virgen de Fátima. No sólo por el informe y las fotos que dejó de aquella procesión de 1948; también decidió poner una fábrica de imágenes de la Virgen de Fátima, en varios tamaños. Seguro que la mayoría que hay repartidas por parroquias y casas de la comarca proceden de su iniciativa.