La segunda marcha La Desbandá por las carreteras de la muerte desde Málaga a Almería, a punto de culminar
Hemos andado a día de hoy 15 de febrero, unos 200 Km, restándonos unos 40 km para entrar en Almería, la meta de salvación del fascismo y de la muerte para las aproximadamente 300.000 personas que salieron huyendo de Málaga el 7 de febrero de 1937, cuando la ciudad fue tomada por las tropas italianas mandadas por Mussolini para derribar la República Española.
Somos 30 personas las que estamos haciendo el recorrido continuo, pero siempre nos acompañan gente nueva durante una o varias jornadas, siendo la jornada entre Almuñécar y Motril la más numerosa, ya que a la columna de unas 300 personas que salieron, se unieron otras 300 en el emotivo concierto que se celebró en Salobreña, con la actuación de Juan Pinilla, Lagartija Nick y la participación de representantes del Partido de la Izquierda Europea, del coordinador de IU de Andalucía, del diputado andaluz de Podemos, responsable de la Memoria Histórica y de dirigentes municipales del PSOE de Salobreña.
La marcha de la Desbandá es un esfuerzo por sacar a la luz uno de los episodios más trágicos de la guerra, la huida masiva de población civil que fue sistemáticamente ametrallada y bombardeada desde el mar y desde el aire hasta su llegada a Almería, donde también fue bombardeada. Se trata de denunciar un crimen de lesa humanidad, no prescrito y de conocer los lugares y las personas que fueron más determinante en esa epopeya.
En la misma salida de Málaga, nos encontramos el Paseo de los Canadienses, en honor a Norman Bethune, médico canadiense comunista que vino con las Brigadas Internacionales a España, pero como él decía, “no a derramar sangre sino a darla”, ya que inventó un sistema, completamente nuevo en la época para conservar la sangre en su ambulancia de campaña y hacer transfusiones cerca del frente a los heridos. Norman, que viajaba desde Almería hacia Málaga, pensando que ésta aún no había caído, se encontró a la altura del Ejido con la tragedia. Viendo que la gente no podía caminar y que miles de menores estaban al borde de la muerte por inanición, se dedicó durante tres días sin descanso a transportar menores desde Castell de Ferro a Almería. Norman Bethune está considerado un héroe nacional en Canadá y en China hacia donde se dirigió después de la guerra de España, también para prestar asistencia sanitaria a los heridos de la guerra de los chinos contra la invasión japonesa, allí murió de una infección mientras curaba heridos. En Andalucía no se le conoce a pesar de que fue el artífice de la salvación de cientos de niños y el que alertó al mundo con sus escritos y sus fotos de la tragedia que estaba sucediendo.
'Hemos rendido homenaje al farero de Torre del Mar que apagó el faro las noches del 6 y 7 de febrero para impedir que con su luz los aviones y barcos fascistas pudieran ametrallar a placer a la gente que huía, y que por ello fue fusilado'
Hemos rendido también homenaje en el camino al farero de Torre del Mar que apagó el faro las noches del 6 y 7 de febrero para impedir que con su luz los aviones y barcos fascistas pudieran ametrallar a placer a la gente que huía, y que por ello fue inmediatamente fusilado, porque tuvo la gallardía de no unirse a la huida y mantenerse en su puesto de farero. Hemos homenajeado a los alcaldes republicanos de Almarcha y Vélez Málaga, uno muerto torturado en comisaría y el otro fusilado, cuando habían vuelto de su huida pensando que no tenían nada que temer como decía la propaganda franquista. Hemos rendido homenaje a las numerosas víctimas civiles, inocentes que murieron aplastadas por las rocas que se desprendían de las montañas en los acantilados de Maro, donde el crucero acorazado Baleares dispara sus obuses para tal fin, al igual que a las numerosas víctimas que se ahogaron el rio Guadalfeo, que al estar el puente roto y la corriente crecida no pudieron pasar. También hemos recordado a su paso a las tropas republicanas que casi sin armamento quisieron parar a las tropas fascistas en Cerro Gordo a la entrada de Granada, o en el mismo rio Guadalfeo. También a las Brigadas Internacionales que vinieron en ayuda a la República y pararon a las tropas fascista en Castell de Ferro obligándolas a retroceder hasta Motril.
Pero lo Más emocionante de nuestra marcha han sido los testimonios vivos, que por la magnitud de la tragedia siguen siendo muy numerosos. Una mujer de 96 años, que en Castell de Ferro nos habló de la huida de su familia republicana, contando ella 15 años y como en su vida olvidará nunca el crimen tan canalla que cometieron con tantas criaturas; o el anciano de 92 años que, en el pueblecito costero de Los Yesos, nos contaba desde su ventana como veía pasar a miles de mujeres y niños desarrapados y muertos de hambre.
Hemos conocido también hechos notorios en la guerra como la masiva fuga de presos republicanos del fuerte-prisión de Carchuna, o hemos visitados los refugios antiaéreos subterráneos de Adra.
'Recorremos kilómetros personas que no están acostumbradas a marchas, pero el calor de la gente y el ánimo nos da alas para llegar a Almería y si nos lo propusiéramos a Francia'
Dormimos en los suelos de los polideportivos, y comemos rancho o bocadillos según venga bien, recorremos kilómetros personas que no están acostumbradas a marchas, de he hecho hemos tenido tres abandonos por problemas de tobillo o por insuficiencia renal provocado por el esfuerzo, pero el calor de la gente, el ánimo que recibimos, en ocasiones con lágrimas en los ojos de personas que fueron o tuvieron familiares en la huida, nos da alas para llegar a Almería y si nos lo propusiéramos a Francia, donde muchas personas de la huida acabaron por afincarse.
Nuestro proyecto es de futuro, queremos que la Desbandá por la carretera de la muerte se convierta en una ruta permanente para el recuerdo, y que en las escuelas. Se conozca la historia de España y específicamente esta tragedia muy superior en términos cuantitativos (no en su sentido cualitativo de bombardeos y matanza de civiles inocentes) al de Guernika, y para ello haremos todas las marchas que sean necesarias. Se lo debemos al pueblo humilde andaluz, que fue masacrado en la Desbandá.