Para la presidenta del Centro, Celia Correa, "cada año le hemos pedido a los Reyes Magos que el Centro Artístico tuviera su calle en el nomenclátor granadino, y por fin nos lo han concedido". 

 

El Centro Artístico, Literario y Científico de Granada nació a finales del siglo XIX (1885) al amparo de la necesidad sentida por los artistas y creativos de la época de tener un lugar donde compartir y exponer sus inquietudes, al mismo tiempo que servir de auditorio para mostrar sus creaciones.

 

Desde entonces, el Centro Artístico de Granada, con la forma jurídica de asociación totalmente privada y sin ánimo de lucro, ha mantenido su existencia continuada con periodos de gran brillantez y años de práctica inactividad. A lo largo de su historia, ha puesto en marcha proyectos que el tiempo ha convertido en simbólicos, como su Boletín, que es la cabecera periodística más antigua de la provincia (1886), la primera caseta de feria en el Corpus (1912), situada, con dos plantas, en el paseo del Salón, el primer Festival de Cante Jondo (1922), en el Patio de los Aljibes de la Alhambra, y los Festivales de Música del Palacio de Carlos V, que, tras cuatro ediciones de notable éxito, fueron convertidos en actual Festival Internacional de Música y Danza de Granada.

 

El Centro Artístico también fue el curioso fundador de una sección para la Defensa y Divulgación de los Derechos del Niño (1921), que antecede en 70 años a la declaración en el mismo sentido que hizo la ONU.

 

No se sabe el número de conferenciantes, artistas plásticos, creativos, científicos, poetas, historiadores, o literatos que han sido socios o colaboradores del Centro Artístico aunque destaca sobre manera Federico García Lorca que ingresó como socio a la edad de 17 años en 1915. También descaca la presencia en el Centro de Fernando de los Rios, presidente de la institución, catedrático, diputado y ministro.

 

Durante toda su existencia, el Centro Artístico de Granada ha atesorado obras de arte y recuerdos de valor histórico. En los años 80, sin embargo, el Centro, sin dinero ni recursos para mantener su actividad, fue embargado judicialmente y rescatado económicamente por el Ayuntamiento de Granada que afrontó las deudas a cambio de quedarse temporalmente con el patrimonio de la entidad. Las obras de arte entregadas al municipio siguen en poder del Consistorio y a disposición del pueblo de Granada, mientras que el fondo bibliográfico está depositado en la Biblioteca del Salón, igualmente a disposición de investigadores y ciudadanos. Además, existe en el palacio de los Córdoba el llamado Fondo Artístico, aunque apenas catalogado en un 25 por ciento, el resto sigue empaquetado en cajas. En el desván de la actual sede, en el edificio del Teatro Isabel la Católica, fueron halladas hace dos años, cajas con documentación en la que destaca el libro de socios donde figura inscritos en 1915 el nombre de Federico García Lorca; igualmente fueron encontrados los trajes de los Reyes Magos, algunas de cuyas piezas se consideran las originales de las que se usaron los reyes magos de oriente en la primera Cabalgata de Reyes que el Centro organizó en 1912 y que siguió ininterrumpidamente organizando hasta los años 90.

 

Durante los últimos cinco años, el Centro Artístico de Granada vive otro momento de actividad importante: ha reanudado la publicación del Boletín, suspendida durante 92 años, ha conformado un Coro adulto y otro infantil, se ha asociado a la Orquesta Académica de Granada, ha incrementado notablemente el número de actos, exposiciones y conferencias, y ha participado activamente en la defensa del Patrimonio artístico, monumental e histórico. El Centro se ha destacado por su completa oposición a edificación de un Atrio en la Alhambra, y ha emprendido una campaña para la recuperación de todos los lugares lorquianos y la valoración de este artista granadino como atractivo y referente universal de la provincia de Granada. Igualmente, el Centro defiende la instalación en Granada del Acelerador de Partículas para la investigación de la fisión nuclear, así como la recuperación de las conexiones ferroviarias.