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CINCO SIGLOS DEL PRIMER ESPACIO SOCIAL DE GRANADA

Bibarrambla, el 'corral de comedias' y 'coso taurino' que quiso ser plaza mayor porticada al estilo castellano

Cultura - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 10 de Septiembre de 2017
El periodista y escritor Gabriel Pozo Felguera nos descubre en este extraordinario reportaje la historia menos conocida de una de las plazas señeras de Granada: Bibarrambla, cuando se cumplen los 500 años de su ordenación.
Bibarrambla en 1808. El viajero inglés William Gell dibujó este esbozo de la plaza de Bibarrambla. Por entonces casi todos los edificios tenían todavía los grandes palcos rectangulares originales del siglo XVI. También se ven muchos bajos porticados. El tercer edificio por la izquierda (actual hotel los Tilos) era la casa de los Miradores; a la derecha también se ven los miradores del Palacio Arzobispal y la Curia. (Pasa el cursor por encima de la imagen para leer todo la explicación sobre el dibujo)
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Bibarrambla en 1808. El viajero inglés William Gell dibujó este esbozo de la plaza de Bibarrambla. Por entonces casi todos los edificios tenían todavía los grandes palcos rectangulares originales del siglo XVI. También se ven muchos bajos porticados. El tercer edificio por la izquierda (actual hotel los Tilos) era la casa de los Miradores; a la derecha también se ven los miradores del Palacio Arzobispal y la Curia. (Pasa el cursor por encima de la imagen para leer todo la explicación sobre el dibujo)
  • El I Marqués de Cerralbo y Diego de Siloe estudiaron hacer una plaza al estilo renacentista, pero el proyecto quedó sólo en levantar la casa de los Miradores

  • En Bibarrambla se celebraron corridas de toros hasta 1786; en una de ellas, toros tan fieros como leones acabaron con la vida de 36 personas

  • Fallecieron más de 200 espectadores por el hundimiento de uno los bloques de cinco plantas, durante la recepción del estandarte real en 1621

La plaza de Bibarrambla de Granada iba para plaza mayor porticada al estilo castellano. Los conquistadores cristianos ya comenzaron a dar los primeros pasos en ese camino a comienzos del siglo XVI. La intención era convertir ese espacio en un gran “corral de comedias” o el “gran teatro de los granadinos”. Pero diversas circunstancias históricas la han ido reduciendo a comercios, hostelería y viviendas. Bibarrambla ha asistido a los mayores espectáculos sociales, a la corrida de toros más sangrienta de la historia y al suceso con más muertos de toda Granada. Y todo comenzó el día en que el I Marqués de Cerralbo encargó a Diego de Siloe que diseñara una plaza castellana para la ciudad recientemente conquistada.

La Bib Rambla musulmana era eso: una puerta que daba a una explanada terriza donde en época nazarí se organizaban mercados, ferias de ganado, ejercicios militares y otras actividades de tipo económico y social, tanto por dentro como por fuera de la muralla. En 1492, el espacio era terrizo y un tanto irregular, situado frente a la mezquita mayor; los edificios no eran demasiado altos, a lo sumo de tres plantas.

Los Reyes Católicos vieron que era el lugar más adecuado para convertirlo en el espacio donde celebrar la nueva festividad del Corpus Christi. También reforzaron el mercado y desearon convertirlo en el centro institucional

Los Reyes Católicos vieron que era el lugar más adecuado para convertirlo en el espacio donde celebrar la nueva festividad del Corpus Christi. También reforzaron el mercado y desearon convertirlo en el centro institucional. Esa fue la causa de que el Concejo (Ayuntamiento) se hiciera con uno de los solares para construir la casa concejil; las principales instituciones y casas nobiliarias se sumaron rápidamente a levantar allí sus sedes. Justo enfrente de la catedral en construcción, el Arzobispado comenzó a levantar su Curia y su Palacio Arzobispal; en la esquina de enfrente levantaban casas la Inquisición y los cartujos; también lo hizo el Duque del Infantado y varios miembros de la nobleza, todos ellos caballeros XXIV (concejales).

Lo primero que hicieron fue realinear el espacio irregular que habían heredado de época musulmana, siempre tendiendo a trazar un rectángulo perfecto. La tipología arquitectónica elegida fue muy singular, únicamente utilizada para esta plaza de Bibarrambla: casas de hasta seis pisos de altura, levantadas con estructura de pilares de piedra (no sobre muros de carga como era habitual en el resto de Granada) y enormes vigas de madera soportando los vanos. La especial característica de aquellas casas era que todas sus fachadas tenían un corredor abalconado; por abajo se cerraban con obra y todo el edificio era encalado. En cierto modo, se trataba de enormes palcos que daban a la plaza. Las partes traseras de los edificios se repartían en pequeñas viviendas de alquiler, mientras los miradores mantenían la propiedad de uso de los dueños de los edificios en los días de espectáculos.



Plataforma Vico-Heylan. En este dibujo de finales del XVI-principios del XVII se aprecia la disposición de los espacios. Estaba la muralla completa, con el arco de las Orejas y la puerta de las Cucharas. También dibujaron tablas de mercado y la horca para los frecuentes ajusticiamientos.En Granada pervive hoy un modelo de aquel tipo de construcciones que caracterizaron la plaza de Bibarrambla: el Corral del Carbón.

Durante la primera mitad del siglo XVI, los nuevos pobladores cristianos habían convertido la plaza de Bibarrambla en su gran “corral de comedias” adonde acudían miles de personas a contemplar todo tipo de espectáculos. Porque Bibarrambla era el lugar donde se pregonaban las ordenanzas municipales; el sitio donde había horca y se ajusticiaba con demasiada frecuencia a reos por delitos públicos; se pregonaban los nuevos productos llegados de los lugares más extraños; se quemaban los libros prohibidos (recordemos a Cisneros y su hoguera del 22 de febrero de 1502); se instauraba el pósito de pan para los pobres en los años de malas cosechas, que eran frecuentes, etc. etc.



Isabel II en Bibarrambla. En octubre de1862, la reina Isabel II visitó Granada. Los comerciantes levantaron este arco de triunfo, ordenaron jardines alrededor e iluminaron profusamente la plaza. La casa de los Miradores y el Palacio Arzobispal fueron engalanados de cortinajes festoneados de oro. Este dibujo fue hecho por un ilustrador del periódico El Porvenir de Granada y publicado después en un libro-crónica de aquel viaje. A través del arco principal se ven al fondo los típicos miradores que todavía quedaban en algunos edificios; el bloque de la izquierda ya presenta ventanas con balcones verticales.

Pero sobre todo era un lugar de celebraciones religiosas. El Corpus tomaba esta plaza como centro de sus enormes monumentos y adornos. El consistorio y las grandes casas nobiliarias gastaban sustanciosas sumas en sus montajes; traían a las mejores compañías de teatro para representar obras (como fue el caso de Andrés de Angulo el Malo, mencionado en El Quijote). Esta tradición de engalanar la plaza con altares y monumentos de Corpus se mantuvo hasta el siglo XX; incluso los postes donde se colgaban pinturas religiosas son el antecedente de los hierros para las Carocas.



Auto de fe. Un aspecto similar a este grabado debió presentar Bibarrambla durante los grandes autos de fe que acogió, especialmente en el siglo XVII. Este dibujo corresponde a uno celebrado en la Plaza Mayor de Madrid en 1680. Fuente: Museo del Prado.

Nadie quería perderse todo tipo de espectáculos del gran teatro de Granada que era Bibarrambla. Incluso las autoridades sacaron a este espacio público algunos de los actos que solían estar circunscritos a audiencias o iglesias; Bibarrambla acogió juicios masivos contra moriscos retornados y monfíes capturados en las sierras. La iglesia de Santiago, donde solían celebrarse los autos de fe, se quedó pequeña en ocasiones y el inquisidor provincial ordenó montar una enorme tribuna para celebrar juicios masivos en Bibarrambla: ocurrió el 28 de mayo de 1615; fueron encausadas 83 personas por herejía y bigamia. El resultado de aquel gran juicio religioso acabó con el ajusticiamiento de Mencía del Campo por judaizante y cuatro hombres, azotados hasta desfallecer. El auto de fe duró desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la tarde. Los espectadores debieron llevarse a sus palcos el desayuno, el almuerzo y la merienda. La gente pedía sangre, aplaudía el dolor ajeno.



Corpus 1867. Esta vieja fotografía fue hecha durante las fiestas del Corpus. El espectacular monumento central y los adornos y tribunas que rodeaban la plaza nos dan una idea de la importancia que se concedía entonces a principal fiesta religiosa de Granada. A la derecha aparecen los dos primeros arcos de la casa de los Miradores, todavía con las molduras pintadas de colores.

Pero sin duda que Bibarrambla fue la gran primera plaza de toros de Granada. Los Anales de Henríquez de la Jorquera están repletos de referencias a juegos de cañas que solían durar todo el día. Las fiestas con astados consideradas de tipo menor solían organizarse en lugares abiertos del campo del Triunfo-Mercedes y carreras del Darro y Genil; pero las corridas de postín tenían que ser, inexcusablemente, ante las miradas de las damas encaramadas en los balcones y miradores de Bibarrambla.

Plaza castellana: Marqués de Cerralbo y Diego de Siloe

En 1549, el emperador Carlos V envió a Granada como corregidor (alcalde) de la ciudad a Rodrigo Pacheco Osorio de Toledo. Aquí coincidió con el arquitecto Diego de Siloe, que estaba construyendo la Catedral, el Monasterio de San Jerónimo y buena parte de otros edificios de la ciudad y poblaciones limítrofes. Lo hacía al estilo romano, hoy conocido como Renacimiento, ya que había sido uno de los introductores desde Italia.

El Concejo de la ciudad ya había tanteado a Siloe para que diseñara una casa consistorial en la futura plaza mayor en Granada, al estilo de las que ya comenzaban a surgir en las ciudades castellanas; el modelo de plaza porticada y con balcones llevaba mucho tiempo experimentándose en las ciudades de Italia

Rodrigo Pacheco era de pura cepa castellana, de Ciudad Rodrigo; Diego de Siloe de Burgos. Corregidor y arquitecto se conocieron en Granada; el primero no llegaba a los 50 años, Siloé superaba los 60. El Concejo de la ciudad ya había tanteado a Siloe para que diseñara una casa consistorial en la futura plaza mayor en Granada, al estilo de las que ya comenzaban a surgir en las ciudades castellanas; el modelo de plaza porticada y con balcones llevaba mucho tiempo experimentándose en las ciudades de Italia. Incluso el Marqués de Cerralbo estaba construyendo un palacio de ese estilo en su Ciudad Rodrigo natal. El lugar perfecto para su construcción sería el espacio de Bibarrambla.

Durante la estancia de Rodrigo Pacheco como corregidor de Granada (1549-1553) debió tomarse la decisión de comenzar a reconvertir los miradores tipo fundaq (Corral del Carbón) en arcos y balconadas tipo renacimiento. El Concejo comenzó por encargar a Diego de Siloe el diseño de la casa concejil, que siempre fue conocida como casa de los Miradores. El arquitecto no debía disponer de mucho tiempo, ya que solamente esbozó el dibujo de una fachada y dejó para los maestros de obras y canteros el desarrollo de los demás detalles.



Modelo fundaq nazarita. Con esta fotografía antigua del Corral del Carbón se puede comprender cómo eran las casas que rodearon Bibarrambla desde su primera ordenación a comienzos del siglo XVI y hasta más de mediado el XIX en que comenzaron a ser sustituidas por las actuales. Las casas de Bibarrambla siguieron este modelo, pero llegaron a alcanzar hasta seis pisos de alzada. 

Primera y única casa de la plaza mayor: Los Miradores (1569-1879)

1500. Los Reyes Católicos conceden al Ayuntamiento el solar de un antiguo edificio de propiedad real nazarita, situado en la parte sur de la Bib Rambla, pegado a la muralla, entre las puertas de las Orejas y las Cucharas.

1526. Durante la estancia de los emperadores, la plaza fue realineada y ampliada; están en construcción diversos edificios de varias plantas, ya con estilo de balconadas horizontales. Obedecían indicaciones del arquitecto de la Alhambra para que fuesen más o menos similares.

1556-69. A partir del diseño de Diego de Siloe, es construido el grueso de la casa de los Miradores, pagada por la ciudad. La acabó el corregidor Juan Rodríguez de Villafuerte Maldonado. El primer uso del balcón consistorial consistió en una arenga a los miles de soldados con que partió hacia Güéjar a combatir a los moriscos levantados (diciembre de 1569).

1583. Se da por concluida toda la obra, incluida la pintura e incorporado a su obra el arco de las Cucharas, como si se tratase de un arco más del edificio. Tenía cinco arcos en el bajo y tres plantas de alzada; no llegó a construirse una cuarta planta con vanos más estrechos. El corredor de la planta baja daba continuación a las del resto de edificios de la plaza porticada de dinteles rectos de madera (a excepción del Palacio Arzobispal, que estaba macizo como ahora).

1625?. Es derribada la muralla que discurre por la parte trasera para abrir la carnicería de la ciudad. La casa de los Miradores gana espacio a costa de la cerca. Se modifican los balcones corridos que servían para asistir a los espectáculos.

1740 en adelante. La casa consistorial se ha quedado pequeña. Empiezan a ceder espacios a juzgados, colegio notarial, policía, etc. Paulatinamente, las barandillas de piedra van siendo sustituidas por balcones de forja.

1768. La Real Maestranza construye su plaza redonda en el Triunfo. Dejan de celebrarse toros en Bibarrambla, con lo cual los miradores pierden atractivo. Tampoco se celebraban ya ajusticiamientos ni autos de fe. Bibarrambla comienza a perder peso como “teatro de la ciudad”. Varios propietarios comienzan a tabicar los miradores, incluso los corredores de la planta baja.

1810-12. Los invasores franceses suprimen el Ayuntamiento y lo convierten en oficinas militares.

1814. El 17 de mayo, desde el balcón es aclamado Fernando VII como nuevo rey de España. Lo hace el corregidor Francisco Sánchez Gadeo, elegido por aclamación popular. El edificio deja de ser sede del concejo debido a su mal estado. El Ayuntamiento liberal decide que toda la plaza sea pintada de blanco y los balcones y puertas de verde.

Era evidente que el proyecto del I Marqués de Cerralbo y Diego de Siloe de construir una plaza mayor en Granada no había tenido continuidad; la idea se quedó sólo en construir la casa de los miradores, mientras el resto de edificios continuaban teniendo aspecto de fundaq musulmanas.



Bibarrambla en 1834. Bibarrambla siguía siendo el principal mercado de Granada en aquel año. Todavía se aprecian varios edificios con la vieja estructura de palcos horizontales, aunque ya se ven alternar con casas nuevas de balcones de hierro y ventanas. Fuente: acuarela de Luis Muriel conservada en el Museo de la Casa de los Tiros.

Llegado 1837, el ayuntamiento liberal retomó aquella vieja idea del corregidor y arquitecto  castellano y, al menos, diseñó una plaza rectilínea de proporciones casi exactas

Llegado 1837, el ayuntamiento liberal retomó aquella vieja idea del corregidor y arquitecto  castellano y, al menos, diseñó una plaza rectilínea de proporciones casi exactas. Desde la abandonada idea de Cerralbo y Siloe, casi todas las ciudades españolas habían levantado sus plazas mayores (especialmente Madrid y Salamanca). El resultado, a partir de 1837 y hasta casi finales del siglo XIX, fue que la plaza de Bibarrambla vio caer todos los edificios del siglo XVI, con sus balconadas antiguas, y reducirse un poco en dimensiones. Es prácticamente la vista que presentan sus fachadas en la actualidad.

En 1879 también cayó la casa de los Miradores, víctima de un incendio. El siniestro se llevó por delante toda la manzana, más un muerto y cuantiosas pérdidas, especialmente de protocolos notariales. Sólo quedó en pie la fachada de piedra, pero fue derribada poco después. La reforma de la casa de los Miradores permitió abrir la nueva calle Arco de las Cucharas.

Definitivamente, Granada se había quedado para siempre sin su plaza mayor al estilo castellano.





En 1885-1905. Estas dos fotografías nos demuestran que para 1885 ya no quedaba ninguna de las casas de miradores horizontales construidos en el siglo XVI. También habían desaparecido los soportales cubiertos en las plantas bajas. Bibarrambla había dejado de ser “corral de comedias” con apartamentos de alquiler; ahora eran viviendas de clase media. De todas formas, continuó siendo la principal plaza de Granada durante las fiestas del Corpus y lugar de reunión y mercado a diario. 

Plaza de toros y escenario de grandes tragedias

Volviendo a retroceder en el tiempo, comprobamos cómo la plaza Bibarrambla llegó a finales del siglo XVI ya convertida en la gran plaza de toros de la ciudad, además de escenario de los grandes acontecimientos sociales y festivos de la población. Desde comienzos de la época cristiana, la afición por los toros (denominados juegos de cañas) iba en aumento; la falta de escaramuzas guerreras derivó en el entretenimiento sangriento de alancear toros montando a caballo. Era un juego protagonizado fundamentalmente por la nobleza y clases pudientes. Los caballeros lo hacían por parejas y, normalmente, los festejos constaban de al menos 16 toros, con la participación de otros tantos jinetes y ayudantes a pie.

Con el tiempo sería la plaza de Bibarrambla el principal escenario de aquellas primigenias corridas de toros. A partir del siglo XVII, hay referencias de que al menos tenían lugar en esta plaza un par de vistosas corridas por año

Con el tiempo sería la plaza de Bibarrambla el principal escenario de aquellas primigenias corridas de toros. A partir del siglo XVII, hay referencias de que al menos tenían lugar en esta plaza un par de vistosas corridas por año. La organización era una prerrogativa exclusiva de la nobleza, agrupada a partir de 1686 en la Real Maestranza de Caballería. Así ocurrió en la ciudad durante más de dos siglos y medio, hasta que en 1786 esta institución decidió levantar la primera plaza de toros de madera, situada en mitad de lo que hoy es el aparcamiento de la Avenida de la Constitución.

Existen decenas de referencias a aquellas corridas de toros en Bibarrambla. El historiador Henríquez de la Jorquera, en sus Anales, da bastantes datos de los juegos de cañas y de los caballeros participantes. Una de aquellas corridas es digna de pasar a la historia del toreo primitivo, por lo sangrienta que resultó: los toros mataron nada menos que a 36 personas, cuatro caballos y resultó herido uno de los caballeros. La corrida en cuestión ocurrió el 19 de agosto de 1609. Los balcones de Bibarrambla estaban atestados de espectadores y también los soportales de las plantas bajas, que solían taparse con una especie de talanqueras. Desde allí debían saltar los espontáneos, subalternos, ayudantes de caballeros y primitivos recortadores y toreros. La corrida debió durar todo el día, pues el cronista narra que fueron 20 los toros lidiados, todos tan bravos que causaron asombro y espanto de la gente. “Fueron peores que demonios”, escribió Jorquera.

El último de los astados fue tan fiero que el caballero de turno no consiguió desjarretarlo de una lanzada. Era entrada la noche y no había nadie que se atreviera a acabar con él; “no divisaba hombre al que no cogiese”. Entonces recurrieron a encandilarlo con fuegos y lo escopetearon hasta darle muerte.

Algunas de las referencias a juegos de cañas de este autor mencionan la costumbre que había en Granada de embolar las cornamentas de los toros con brea y correrlos con los cuernos en llama. El espectáculo debía ocurrir en horario nocturno.



Alzado de 1624. Este dibujo fue utilizado para la reforma acometida en la casa de los Miradores con motivo de la visita de Felipe IV. El quinto arco se correspondía con la puerta de las Cucharas abierta en la muralla (entonces no existía la calle del mismo nombre). A la derecha se ve dibujada la casa del Duque del Infantado, con los típicos balcones heredados de la arquitectura nazarita. Los bajos eran un corredor porticado. Es una variante del dibujo original hecho hacia 1549-53 por Siloe a petición del I Marqués de Cerralbo. Fuente: AHN.

Pero sin duda que uno de los mayores sucesos con víctimas que ha vivido Bibarrambla –y seguramente Granada- ocurrió el día de Santiago de 1621. En aquella fecha se decidió celebrar la subida al trono de Felipe IV, con el consiguiente izado de su estandarte real. El acontecimiento lo presidía el alférez mayor de la ciudad, Juan Salvador Egas Venegas de Córdoba Zapata. La plaza de Bibarrambla estaba adornada como era costumbre para recibir a un nuevo rey; las balconadas, llenas de gente a rebosar, incluso subidos por los tejados. En esta plaza tenía un bloque el caballero XXIV Rodrigo de Herrera y Ponce de León; era de cinco plantas y estaba recién construido, con estructura típica que sólo se utilizaba en Bibarrambla para permitir grandes balconadas. La esposa del caballero había invitado a cientos de personas a ver la entrada del estandarte y el desfile de caballería, peones, chanfainas y clarines.

Justo en el momento en que el real desfile entraba a Bibarrambla, el bloque de pisos que estrenaban se vino abajo debido al enorme peso de la gente que se había agolpado en él. El resultado fue que murieron más de 200 personas entre los que había dentro de la casa y los espectadores amontonados delante de la fachada.





Incendio 1879. La noche del 31 de diciembre de 1879, la casa de los Miradores y toda su manzana cayeron pasto de un incendio. Sólo se salvó la fachada de piedra, que posteriormente fue demolida. En la foto de abajo se ve la puerta de las Cucharas desde la calle Mesones. Tras el incendio, fue demolido este arco y abierta en su lugar la calle Arco de las Cucharas. Fuente: Ilustración Española, número de enero de 1880.

I Marqués de Cerralbo, el ideólogo de la frustrada plaza mayor

Rodrigo Pacheco y Osorio de Toledo nació en los primeros años del siglo XVI. Heredó el Señorío de Cerralbo (VI señor), una aldea cercana a Ciudad Rodrigo. Desde muy joven sirvió al emperador Carlos V. Debido a los buenos servicios prestados en las guerras en Países Bajos, el rey le concedió el Marquesado de Cerralbo en 1533. Rodrigo Pacheco estuvo de capitán general en la guerra contra Portugal y después fue gobernador del reino de Galicia. Posteriormente, acudió a Roma como embajador de España. Se casó con Ana Henríquez de Toledo. Para festejar el nombramiento de Marqués, ordenó construir el palacio que lleva su nombre en la plaza mayor de Ciudad Rodrigo.

El año 1549 fue enviado a Granada como corregidor de la ciudad, puesto en el que permaneció al menos hasta 1553. Durante su estancia en Granada fue el encargado de recibir y depositar en su tumba de la Capilla Real el cadáver de la princesa Ana María Manuela de Portugal, primera esposa del futuro rey Felipe II (ahora está enterrada en El Escorial). También tuvo el honor de organizar el traslado de los cadáveres del Gran Capitán, su esposa y toda su descendencia desde el convento de San Francisco-Casa Grande hasta su panteón de la nueva Iglesia de San Jerónimo (4 de octubre de 1552); las crónicas narran que la misa contó con la asistencia de más de 450 sacerdotes y de toda la ciudad.



Genealogía del I Marqués de Cerralbo. Este documento recoge el árbol genealógico del I Marqués de Cerralbo. Carlos V lo nombró Marqués en 1533. Fue corregidor de Granada entre 1549 y 1553 (así figura bajo su escudo). Encargó a Diego de Siloe el diseño de Bibarrambla al estilo de una plaza mayor porticada castellana; pero el ambicioso proyecto sólo quedó en la construcción de la casa de los Miradores. Fuente: Real Academia de la Historia.

Fue hermano de Francisco Pacheco, cardenal y primer arzobispo de Burgos. Los restos de ambos se cree que están enterrados en la Capilla Cerralbo de Ciudad Rodrigo (aunque fue construida después de muertos y saqueada por los franceses en 1808-12).

La cabeza perdida de Diego de Siloe

Diego de Siloe nació en Burgos entre 1487 y 1490. Se formó en el taller de Felipe de Vigarny, hasta que pleiteó con el maestro porque no le pagaba lo pactado y se marchó a estudiar a Nápoles. En Italia estuvo formándose durante su juventud, donde dejó algunas de sus primeras esculturas y pequeñas arquitecturas. Regresó cargado de libros, dibujos de obras hechas a lo romano o griego (clásicas) y de Renacimiento.

A su regreso a España trabajó en la catedral de Barcelona y en la de Burgos. Sin duda que la obra que comenzó a darle fama fue la escalera dorada burgalesa. En 1528 fue llamado a Granada para hacerse cargo de las obras de la catedral (que se había comenzado en estilo gótico) e iglesia de San Jerónimo. Ya nunca más dejó de trabajar en el Reino de Granada. Se construyó una casa en las inmediaciones de la catedral; se quedó viudo por primera vez y volvió a casarse con una mujer de la familia de los Bazán. Buena parte de las portadas y edificios de Granada de mediados del siglo XVI llevan su impronta o la de sus discípulos. También diseñó iglesias por pueblos de las actuales provincias de Granada y Jaén.



Casa de Siloe. Este arco daba entrada a la casa construida por Diego de Siloe en la parroquia de Santiago. Fue demolida a finales del siglo XIX para construir la Gran Vía. El arquitecto vivió en Granada entre 1528 y 1563 en que falleció.

Siloe es sin duda uno de los grandes introductores del estilo Renacimiento en España. Su excesiva dedicación a la catedral y a San Jerónimo le hizo posponer el diseño de la plaza mayor porticada para Granada; sólo llegó a dibujar el esbozo de la casa de los Miradores

Siloe es sin duda uno de los grandes introductores del estilo Renacimiento en España. Su excesiva dedicación a la catedral y a San Jerónimo le hizo posponer el diseño de la plaza mayor porticada para Granada; sólo llegó a dibujar el esbozo de la casa de los Miradores. Quizás el traslado del Marqués de Cerralbo y el fallecimiento de Siloe en 1563 hicieron que el ambicioso proyecto de plaza quedase en papel mojado; ni siquiera Siloe llegó a ver acabada la casa de los Miradores antes de su muerte. No han sobrevivido los probables bocetos que hizo de plaza mayor en Granada.

Fue enterrado en la capilla que tenían los Bazanes en la parroquia de Santiago. Aquella iglesia  era utilizada por la Inquisición para sus autos de fe, por estar situada enfrente del palacio inquisitorial. Esta iglesia de la calle Marqués de Falces llegó a ser la de mayor número de feligreses de Granada en los siglos XVI-XVII. En la primera capilla del lado de la Epístola, junto a la sacristía, estuvo enterrado Diego de Siloe desde 1663 a 1868; durante la revolución Gloriosa, la iglesia de Santiago fue saqueada. Su cadáver fue robado por algún desconocido. No obstante, a principios de siglo XX un pintor iba pregonando por Granada que tenía en su poder la calavera de Diego de Siloe. Gallego Burín da el nombre del artista en su Guía de Granada. Nadie la ha devuelto.



Sepultura de Siloe. En esta capilla junto a la sacristía de la iglesia de Santiago estuvo enterrado Diego de Siloe entre 1663 y 1868, fecha en que los revolucionarios robaron su cadáver y lo perdieron. Falleció sin descendencia y sus bienes fueron donados a los Hermanos de San Juan de Dios.