Una guía ofrece recomendaciones a periodistas para abordar con "responsabilidad" los casos sobre personas desaparecidas
La delegada del Gobierno, Sandra García, el representante del Consejo Audiovisual de Andalucía, Eduardo Castro y el presidente de la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas QSD Global, Francisco Lobatón, han presentado a los medios de comunicación granadinos la sede la “Guía de Buenas Prácticas para el Tratamiento Informativo de las Desapariciones”.
El documento contiene una serie de recomendaciones dirigidas a periodistas y profesionales de los medios de comunicación encaminadas a que aborden "con responsabilidad y rigor" las informaciones sobre estos casos que normalmente generan un gran impacto social y emocional.
La elaboración de esta guía es fruto del protocolo de colaboración que el CAA y la fundación QSDGlobal suscribieron el pasado mes de febrero con el propósito de contribuir a que los medios de comunicación “asuman como parte de su responsabilidad social tanto la tarea de dar a conocer los casos de desapariciones de personas, como la de proteger a sus protagonistas por la especial vulnerabilidad en la que se encuentran”.
Se trata de una guía similar a la que ya elaboró el CAA para el tratamiento informativo de la violencia de género.
Aunque hay casos de desapariciones que han llegado a alcanzar una gran relevancia, la realidad es que se trata de un fenómeno de alcance que es todavía muy invisible a la sociedad. Cada año se presentan en España más de 20.000 denuncias por desapariciones, y desde el año 2010 hay acumulados más de 4.000 casos sin resolver, de los que 1.676 corresponden a Andalucía. Por provincias, Cádiz es la que más acumula (588), seguida de Granada (268), Málaga (253), Almería (214), Sevilla (136), Córdoba (123), Huelva (53) y Jaén (41), según los datos difundidos por las entidades que han elaborado la guía, que emplazan a los medios a que incluyan con asiduidad este asunto en sus agendas informativas para que la sociedad conozca la dimensión del problema y contribuir a su prevención.
La guía está dividida en dos partes. La primera, titulada “El Problema”, enumera una serie de recomendaciones para dar visibilidad a los casos, y para afrontarlos con responsabilidad. Como ha explicado la presidenta del CAA, los medios de comunicación tienen un papel de corresponsabilidad social porque la difusión de las noticias y de datos relevantes puede contribuir a que la ciudadanía ofrezca pistas que puedan ayudar al esclarecimiento de los casos.
Las recomendaciones de este capítulo parten de la consideración de que “la acción informativa debe acompasarse a la prioridad de encontrar a la persona”. Por ello conviene seguir las recomendaciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad y procurar encontrar un equilibrio entre el interés general y los derechos particulares de las personas implicadas. “Retener la información que puede poner en riesgo una investigación o vulnerar derechos fundamentales te convierte en mejor periodista y te distancia de quienes ejercen esta profesión sin escrúpulos”.
Respecto a los familiares, que suelen vivir un estrés emocional, hay que respetar su intimidad y su dolor sin caer en el riesgo de que la información derive en espectáculo. Y en cuanto a las personas desaparecidas, obviar aquellos datos que pueden deteriorar su prestigio o causar un daño innecesario a las familias.
La segunda parte, “La Noticia”, emplaza al mantenimiento siempre del rigor periodístico, “incompatible con la difusión de rumores o elucubraciones”, o a cuidar la publicación de imágenes y fotografías difundiendo solo aquellas facilitadas por la familia, entre otros aspectos. También se conmina a respetar la intimidad de los familiares y el derecho de éstos a no conceder entrevistas, así como a evitar dramatizaciones de los hechos en las que se mezclan datos reales y ficticios. También previene sobre la reutilización de materiales de archivo para evitar reverdecer sufrimientos.