José Zorrilla recibió 923 coronas durante su coronación como poeta nacional en Granada
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En el Corpus de 1889, más de 16.000 personas desfilaron durante tres horas ante el gran autor elevado al Olimpo literario
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El poeta tuvo que empeñar los regalos de oro y plata recibidos para sobrevivir sus últimos años; tras su muerte, los objetos hipotecados los compró la reina y los donó a la RAE
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Granada da la espalda a su hijo adoptivo José Zorrilla en los actos de su Bicentenario: hasta ahora no se ha incorporado ninguna institución de esta provincia
Granada es el nombre de ciudad más utilizado por Zorrilla en sus obras
El apego o pasión de José Zorrilla (1817-1893) por Granada venía de muy lejos en el tiempo. La primera vez que estuvo en Granada fue en 1845. El año anterior se había consolidado como poeta dramaturgo en los teatros de comedia de Madrid. En abril se había estrenado su Don Juan Tenorio en el Teatro de la Cruz de Madrid, la verdad que sin pena ni gloria debido a improvisaciones y prisas del empresario Lombía; el 1 de noviembre de 1844 se reestrenó el Tenorio en el Teatro Príncipe, y esta vez resultó un rotundo éxito. El actor más famoso del momento, Carlos Latorre, fue el primer Don Juan; este actor le tenía mucho aprecio a Granada y venía casi todos los años, ya que desde 1825 se le aclamaba por estas tierras. En buena parte a él se debió que Zorrilla viniese por vez primera a Granada. Pero también a la atracción que lo oriental (lo islámico) ejercía sobre los escritores románticos.
Viaje de 1845: Estreno del Tenorio en Granada
Llevó a Granada siempre en su mente, de tal manera que durante varios años estuvo componiendo su gran obra Granada, poema oriental (1852)
Muy pronto le vemos visitando la Alhambra y dejando su impronta en el libro de visitas con unos versos alejandrinos; Zorrilla tenía ya bastante fama, a pesar de su juventud, de ahí que revistas y periódicos locales le prestasen cierta atención y poetas/periodistas se aprestaran a alternar con él. Vemos que ese poema escrito en la Alhambra fue publicado al día siguiente en el periódico literario Pasatiempo. Esta revista explicaba que Zorrilla tenía ya publicados 17 libros de poesías y su sueño de oro era, desde mucho tiempo atrás, dedicar una obra a la conquista del reino musulmán granadino.
Poema en la Alhambra. Poema dedicado por Zorrilla a Granada, manuscrito en el libro de firmas de la Alhambra el 12 de abril de 1845, durante la primera visita del poeta a la ciudad. Al día siguiente, fue reproducido en la primera página del periódico literario Pasatiempo.
Bien debió empaparse José Zorrilla del orientalismo granadino, pues a lo largo de su vida publicó infinidad de poemas relacionados con esta tierra. No hay ninguna otra ciudad española que él escribiera tantas veces en sus originales. Llevó a Granada siempre en su mente, de tal manera que durante varios años estuvo componiendo su gran obra Granada, poema oriental (1852), además de Leyendas de la Alhambra, Al-Hamar; a la que seguirían Gnomos de la Alhambra y Gnomos de Granada.
Aquella primigenia visita de 1845 llevó aparejada la primera anécdota del poeta Zorrilla en Granada. Tras recitar algunos de sus poemas en el Liceo (Centro) Artístico, y en unión de otros dieciocho amigos que había hecho en Granada, se fueron a ver la obra que representaban en el Teatro Principal. Era precisamente Don Juan Tenorio, estrenada en esta ciudad tan sólo medio año después de su exitazo madrileño.
El primer Tenorio de Granada desbordó el entusiasmo de los granadinos, según palabras del gran biógrafo de Zorrilla, Narciso Alonso Cortés
El primer Tenorio de Granada desbordó el entusiasmo de los granadinos, según palabras del gran biógrafo de Zorrilla, Narciso Alonso Cortés. Los granadinos, tan dados al chavico, en aquella ocasión arrojaron flores a mansalva al escenario y una corona de plata maciza con frutas de oro. Con el teatro eufórico y la gente sin querer irse, el director de la compañía confesó que pensaba llevarse a los actores a convidarlos, pero no podía arrastrar a toda la gente tras ellos. Entonces Zorrilla se echó para adelante y dijo que trajeran las mesas del convite al mismo teatro; el director de la compañía pondría los 30 duros que tenía, el resto correrían por cuenta de los derechos del autor y, si faltaba, Zorrilla metería la mano en su maltrecho bolsillo. Así fue cómo autor, actores y público estuvieron de juerga en el Teatro Principal hasta altas horas de la madrugada.
Por cierto, aquella primera corona recibida por Zorrilla (más otras de su primera época) la depositó en la Cofradía de la Virgen de la Peña de Francia, en la parroquia de San Martín de Valladolid, donde fue bautizado.
Corona Centro Artístico. Corona regalada por el Centro Artístico, hecha con 450 gramos de oro macizo extraído del Darro. También aparece la lira de oro regalada por el Ayuntamiento de Granada, dos plumas de oro de la Asociación de Escritores y el original de Don Juan Tenorio. Esta vitrina forma parte de la exposición actual de la Real Academia de la Lengua.
Esta iglesia no sólo recibió la corona por el estreno del Tenorio en Granada: en 1852 vio la luz su gran poema épico Granada, junto con Al-Hamar de preámbulo. La obra le supuso otro rotundo éxito a Zorrilla; hacía siete años de su estancia en Granada para inspirarse. El Ayuntamiento de esta ciudad consideró que aquella obra era la mejor promoción publicitaria. Por eso le regaló otra corona de oro. Y Zorrilla volvió a llevársela a la virgen de la iglesia donde nació. Esto ocurrió en 1866, cuando marchó a vivir a Francia. El periódico La España, en su edición de 1 de noviembre de 1866, lo explicaba así: “(…) Una de las que ahora acaba de mandar es la que le dedicó la ciudad de Granada, como prueba de gratitud, por su canto a la capital morisca; y tiene la particularidad de estar hecha con oro y plata extraídos de los ríos Genil y Dauro que bañan el pueblo de la Alhambra”.
Estas coronas estuvieron en el altar de la Virgen hasta principios del siglo XX. Pero la iglesia sufrió dos hundimientos en los últimos años que obligaron a cerrarla intermitentemente. Su actual cura párroco, Manuel Fernández Narros, informa que todas aquellas coronas desaparecieron en los derribos, de manera que cuando fue reabierta en 2007 ya no quedaba rastro de ellas. Sí se conserva en el archivo parroquial el documento de cesión de las joyas firmado por Zorrilla.
Idea de la coronación
La idea de coronar a Zorrilla como poeta nacional ya se barajó en Valladolid, hacia 1881, pero no cuajó. El poeta siempre la rechazó por entender que eso sería ganarse aún más enemigos. En 1883, el periodista de Granada Rafael Gago Palomino escribió sobre ello, proponiendo a esta ciudad para tal homenaje. También cayó en saco roto.
Fue el director de El Defensor de Granada, Luis Seco de Lucena, quien finalmente impulsó que en Granmada se celebrara la copronación como poeta nacional de Zorilla
A comienzos de 1885, tras el terremoto que asoló Granada, Zorrilla compuso su poema ¡Granada mía! Este trabajo fue publicado en la mayoría de periódicos y leído antes de las funciones en los teatros del país, con el fin de recaudar fondos para reconstruir las zonas dañadas por el seísmo. Fue entonces cuando Zorrilla entró en contacto con el jovencísimo director de El Defensor de Granada, Luis Seco de Lucena. Este periodista retomó la idea de la coronación nacional del ilustre poeta, aunque no la plasmó hasta que accedió a la vicepresidencia del Liceo Artístico y Literario de Granada. Lo propuso a la junta directiva en sesión de 27 de enero de 1889 y todo comenzó a andar.
Aunque el Liceo Artístico, con el Conde de las Infantas de presidente, no lo tuvo nada fácil al principio: José Zorrilla continuaba reticente a los homenajes. Se sentía viejo, casi de ideas agotadas, prácticamente en la miseria y enfermo. Contestó con una carta de asombro, no aceptaba, sino que si venía era obligado y pagándose todo de su bolsillo. Puso seis duras condiciones, la mayoría relativas a no dejarse exhibir como un bicho raro ni sacarlo de su rutina enfermiza. Se hacía querer. (Luego escribió que vino a Granada a hacer de rey de copas).
El Liceo de Granada consiguió el compromiso de la reina regente María Cristina para presidir el acontecimiento; la asistencia de alcaldes y delegaciones de las grandes ciudades; representación de diputaciones, consulados, corporaciones, municipios, gremios… y hasta enviados especiales de todos los medios nacionales y extranjeros. Fue tal el alborozo de la idea, que comenzaron a llegar aportaciones dinerarias para la organización: 20.000 pesetas del Ministerio de Fomento, 10.000 de Diputación de Granada, 5.000 del Congreso, 5.000 del Senado, 5.000 del Ayuntamiento de Granada e igual cantidad del de Valladolid, 1.500 el Ayuntamiento de Córdoba, 1.000 de Barcelona, 1.000 la RAE… hasta infinidad de pequeñas cantidades. Al Centro Artístico no le iban a faltar medios.
La ciudad de Granada acogió como propia la iniciativa y la colocó como plato principal de la Fiesta del Corpus de 1889, que aquel año tuvo lugar entre el 16 y 29 de junio.
Cartel Corpus 1889. Este es el cartel anunciador de las fiestas del Corpus de aquel año. Buena parte de los actos estuvieron relacionados con la coronación de Zorrilla, incluso la corrida de toros que fue en homenaje suyo. Zorrilla arrojó una moneda conmemorativa al torero Mazzantini, acción que fue entendida como un desprecio por ciertos granadinos.
Calles abarrotadas para recibirle
José Zorrilla llegó a Granada en el tren expreso de la noche del 14 de junio. Ahí comenzó el baño de multitudes que no le abandonó durante el mes largo que permaneció en Granada. Fue llevado por las calles principales de la ciudad el loor de multitudes, subido en un carruaje descubierto en compañía del alcalde, del gobernador y de Seco de Lucena. (Existen infinidad de crónicas en los periódicos de la época, especialmente en la Ilustración Española y Americana y la Ilustración Artística de Barcelona, que acompañaron de dibujos y fotos).
Recibimiento apoteósico. Los granadinos abarrotaron las calles desde la estación del tren al Carmen de los Mártires para estar cerca de la carroza que transportaba al poeta. Iba acompañado por el Alcalde, el Gobernador y el director de El Defensor. Ocurrió la noche del 14 de junio de 1889. Dibujo de la Ilustración Artística de Barcelona.
Zorrilla fue alojado en el Carmen de los Mártires, por gentileza del general Calderón que residía por entonces en París. Volvió a visitar la Alhambra en compañía de poetas, periodistas y autoridades locales. Se dejó fotografiar en el Patio de los Leones. Volvió a visitar lugares y monumentos de Granada que ya le inspiraron en su primer viaje de juventud, el de 1845. Participó en lecturas poéticas y asistió a los teatros y toros.
En la Alhambra y en el Carmen de los Mártires. Zorrilla y sus amigos se dejaron fotografiar en el Patio de los Leones durante uno de sus paseos en el mes largo que permaneció en Granada. Residió en el Carmen de los Mártires; en 1915 fue colocada una placa sobre la puerta de salida al jardín en la que se recuerda el acontecimiento.
Tal como figura en la medalla conmemorativa y en las orlas de las coronas, la coronación y homenaje popular estaban previstos para el 17 y 18 de junio. Pero la disolución de las Cortes el día 15, los consiguientes desórdenes políticos y unos aguaceros que descargaron sobre Granada aconsejaron posponer los actos a los días 21 y 22.
Medalla conmemorativa. El Centro Artístico emitió una moneda conmemorativa de la coronación. Se hicieron 1.000 ejemplares, diseño del grabador Atanasio Carrasco y fundición de Juan Bautista Feu, de Madrid. Es de cobre plateado, con un peso de 48 gramos y un diámetro de 4,6 centímetros. Todavía hay alguna a la venta en las casas de anticuario.
16.000 personas desfilaron durante tres horas
La tarde del día 21 Granada estaba de Corpus, pero también llena de miles de personas que habían llegado de la provincia y de todos los rincones de España. Se habilitó el Paseo del Salón con miles de sillas y tribunas. Frente a las Titas fue montada la tribuna presidencial donde tendría lugar la coronación. Las crónicas del momento calculan que se dieron cita unas 16.000 personas en el acto literario más grande que ha visto Granada (y quizás España); durante tres horas estuvieron desfilando ante Zorrilla aquellos miles de representantes de gremios, corporaciones, ayuntamientos, etc. Se desplazaron a propósito hasta Granada el alcalde de Barcelona con dos guardias de gala, y sus respectivos caballos; el alcalde de Valladolid; una representación de la Real Academia de la Lengua, etc., etc. (La relación del acta notarial publicada después contiene cientos de nombres).
Homenaje en el Paseo del Salón. El Salón acogió a unas 16.000 personas que quisieron rendir homenaje al poeta. En la foto se ve la gran cantidad de sillas y los adornos para el acto del 21 de junio. El dibujo de la Ilustración Artística recoge un momento de las tres horas que tardaron en desfilar todas las personas ante Zorrilla para entregarle 923 coronas.
En total fueron 923 las coronas que le entregaron aquella tarde en el Paseo del Salón. La mayoría eran de laurel natural o de flores, pero también de metales preciosos
En total fueron 923 las coronas que le entregaron aquella tarde en el Paseo del Salón. La mayoría eran de laurel natural o de flores, pero también de metales preciosos. El recuento de la prensa del momento fue: cinco eran de oro macizo, dos de hierro y oro y una de mármol. También le fueron entregados 21 valiosos objetos artísticos. (Se les olvidaron las de plata).
Ya he anticipado que Zorrilla siempre nadó en la miseria; sus memorias y su correspondencia ofrecen buena crónica de ello. Valladolid le había retirado los 15.000 reales que cobraba por ser cronista de la ciudad, sus editores ya casi no querían publicarle, los derechos de sus obras estaban en manos ajenas, las colaboraciones en periódicos se pagaban míseramente y, encima, iba a estar más de un mes en Granada dejando de trabajar y de ingresar. La solución fue que, al regresar a Madrid con tanto oro y plata en su maleta, corrió a una casa de empeño a solicitar un préstamo para poder vivir de aquel pequeño tesoro (Más adelante volveré a referirme a estas joyas).
Coronación en la Alhambra
El 22 le tocó el turno a la coronación. Tuvo lugar en el Palacio de Carlos V, profusamente exornado de oropeles, paños carmesíes, alfombras, pendones de los Reyes Católicos y cordobanes. El edificio circular estaba repleto de autoridades. La reina no se desplazó finalmente a Granada para coronar a Zorrilla, pero delegó su representación en manos del Duque de Rivas. Éste le puso sobre la cabeza la corona elaborada por el joyero Manuel Tejeiro (que dos años después sería nombrado alcalde), aunque Zorrilla le había advertido que debía simular que la encajaba en la coronilla, pero sin llegar a tocarle el pelo por un problema de salud.
José García Ayola dejó dos buenas fotografías del evento, si bien son planos muy generales. También la prensa gráfica elaboró dibujos a partir de esas fotos. El Duque de Rivas dijo: “Tengo la alta honra de poner en vuestras manos la corona que el Liceo, Granada y España toda dedican a ceñir la venerable frente del más ilustre de nuestros poetas, del cantor insigne de nuestras gloriosas tradiciones…” El discurso de respuesta del Liceo fue pronunciado por otro de los “padres” de la coronación, el catedrático Antonio López Muñoz. Y gritó alto y fuerte: “¡Viva Zorrilla! ¡Viva el rey de los poetas!
Coronación en el Palacio Carlos V. El fotógrafo García Ayola inmortalizó la coronación del 22 de junio en el Carlos V. Las revistas publicaron dibujos a partir de sus fotografías. La Ilustración de Barcelona publicó un dibujo a doble página que recoge el momento en que el alcalde de Granada entrega la lira de oro a Zorrilla; están presentes los alcaldes de las principales ciudades y el Duque de Rivas en representación de la reina. Se aprecian los pajes con el pendón de los Reyes Católicos y la guardia local de Barcelona con sus caballos.
Hubo más actos. El 2 de julio, una leila en la Alhambra, a la que Zorrilla no asistió por su delicada salud. Los días siguientes visitó las sedes de los gremios, comió con el arzobispo en el Laurel de la Reina y el 20 asistió al Ayuntamiento, donde el Pleno le nombró hijo adoptivo de la ciudad. Granada supo corresponderle por los muchos escritos que dedicó a este pueblo. Aquellos días tan intensos en la ciudad de la Alhambra los calificó el poeta como lo más grande que le había ocurrido en su vida.
Destino de joyas y coronas
Las dos coronas regaladas por Granada (en 1845 y 1853) fueron dejadas en depósito en el altar de la Virgen de la Peña de Francia, en Valladolid. Pero no ocurrió lo mismo con los varios kilos de oro, plata y brillantes que se llevó de Granada tras su coronación en 1889. La situación económica de Zorrilla era muy precaria a su vejez y, encima, había dejado de trabajar durante el tiempo de la coronación que permaneció en Granada.
Dibujos en revistas. La Ilustración Española dedicó varias crónicas y este dibujo a toda página a los pocos días de la Coronación. La Ilustración de Barcelona dedicó un monográfico a la coronación, en su número de julio, con portada incluida.
No tuvo más remedio que enviar las joyas a la casa de empeño de Mariano Fernández, en Madrid. Allí dejó todo lo que le habían regalado en Granada. La salud de Zorrilla no le permitió vivir más allá de enero de 1893, sin que hubiese podido recuperar su empeño. No conocemos la cantidad exacta que le dieron por el depósito de joyas, pero la directora de Patrimonio y Archivo de la RAE, Covadonga de Quintana, cree que abusaron de su ingenuidad y fue poco el dinero prestado en comparación con el valor intrínseco del “tesorillo”. Al menos, la casa de empeño no sacó nunca a subasta aquellas coronas y plumas, sino que las mantuvo guardadas hasta varios años después de la muerte del poeta.
En 1897 la reina regente María Cristina se enteró de esa circunstancia. Fue al prestamista y abonó los 11.000 reales que, según Mario Fernández, le había dado al poeta. Las coronas de Zorrilla pasaron a propiedad personal de la madre de Alfonso XIII; pero no se quedó con ellas en Palacio, sino que las envió en depósito a la Real Academia de la Lengua.
No fue hasta 1920 cuando la RAE solicitó a la anciana reina que las donara a la institución académica. Desde entonces están allí guardadas. Recientemente han sido limpiadas y vueltas a catalogar por la directora de Patrimonio y Archivo. Forman parte de la exposición que tiene la RAE en la Sala de Directores con motivo del Bicentenario de Zorrilla.
Exposición en la RAE. La mayoría de coronas de oro y plata fueron recuperadas de la casa de empeño por la reina María Cristina. Habían transcurrido tres años de la muerte de Zorrilla. La regente acabó donándolas a la RAE, donde actualmente están expuestas. En esta vitrina se ven: laurel de plata del Casino de San Martín de Provensals; corona de laurel con hojas de plata regalados por Amalia Hernández Pardo de Muñoz; corona de laurel de plata con granada de oro del gremio de joyeros y plateros (los rubíes engastados fueron arrancados); corona de laurel con hojas y lazo de plata y botones de oro, del Círculo Artístico de Madrid; corona de plata y botones y lazo de oro, de la Cámara de Comercio; plancha con lira de oro, pluma de plata y rama de laurel, de El Fomento del Trabajo Nacional.
Por cierto, no es verdad que la corona del Liceo de Granada, elaborada por Manuel Tejeiro, fuese de latón bañado en oro. Tanto ésta como las demás coronas son de oro o plata macizos. Sólo les han sido arrancadas las piedras preciosas que llevaban engarzadas. Eso fue un bulo lanzado por alguno de sus contrincantes literarios del momento.
Corona de bronce dorado. Esta corona le fue entregada por el Ayuntamiento de Barcelona. Es la única que fue a parar a la Casa-Museo Zorrilla de Valladolid.
La corona de bronce dorado, entregada por el Ayuntamiento de Barcelona, está depositada en la Casa-Museo de Zorrilla de Valladolid.
BICENTENARIO: GRANADA NO ESTÁ, PERO SE LA ESPERA
El Ayuntamiento de Granada ni siquiera contestó a la invitación de Valladolid para participar en el Bicentenario
Desde el Ayuntamiento de Granada ni siquiera han contestado a la invitación cursada por Valladolid. De todas formas, todavía esperan que alguna institución granadina se sume de algún modo al completo programa de actividades, incluso con la aportación de un toque local de Zorrilla.
La Comisión cree que la íntima relación que tuvo Zorrilla con Granada no debe estar ausente de este importante evento. El núcleo de actividades (publicaciones, congreso, montajes teatrales, lecturas, feria del libro, etc.) está centrado en Valladolid, pero también hay una exposición en la sede la Real Academia de la Lengua; habrá actividades en Sevilla, Lerma y Torquemada.
El Centro Lorca y los teatros de Granada serían los lugares adecuados para ofrecerlos al Bicentenario. Precisamente la coronación granadina como poeta nacional supone la mayor ausencia en esta programación (se puede ver completa en: www.200josezorrilla.es . La Casa de los Tiros tiene algún material interesante sobre el poeta; el Ayuntamiento de Granada es propietario del original del libro Los gnomos de Granada, donado por Zorrilla el día 20 de julio de 1889 a la ciudad.
Por supuesto, el Centro Artístico de Granada podría, y debería, estudiar su implicación en este Bicentenario, en calidad de entidad promotora y organizadora de la coronación de 1889.
Todavía se está a tiempo de corregir este despiste. El teléfono de la oficina del Bicentenario es 983 426266.
Más información:
Vida y obras de José Zorrilla. Esta es la mejor biografía sobre el poeta, escrita por Narciso Alonso Cortés (Tres tomos, editados entre 1916 y 1920; está digitalizado en la biblioteca de la Junta de Castilla y León. Existe otra edición de 1943. Así mismo, ha sido publicada hace unos meses una tercera edición ampliada con motivo del Bicentenario).
Si puede ampliar o aportar algo más sobre este reportaje, se lo agradecemos, escríbanos a redaccion@elindependientedegranada.es