Ciudadanos pide la supresión de los bolardos e hitos de la ciudad para evitar el riesgo de accidentes de moteros, ciclistas y viandantes y garantizar una accesibilidad universal
El portavoz del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Granada, Manuel Olivares, ha pedido hoy la elaboración de una planificación temporal para la supresión de los bolardos e hitos que proliferan en las calles de la ciudad “poniendo cada día en riesgo a moteros y ciclistas e imposibilitando una accesibilidad universal”, siempre con la excepción de aquellos ubicados estratégicamente por cuestiones de seguridad.
“Los moteros, ciclistas, viandantes y personas con discapacidad viven continuamente sorteando las trampas que les pone la ciudad”, ha resaltado Olivares, quien ha recordado que esta iniciativa ya fue defendida por su grupo en una sesión específica del Observatorio de Movilidad sobre el Realejo donde se acordó la eliminación de estos bolardos e hitos en el barrio no solo por la seguridad de peatones y conductores de vehículos de dos ruedas, sino también para la mejora de la accesibilidad de las personas con alguna discapacidad, los mayores o los ciudadanos que llevan un carrito de bebé.
Junto a Olivares, el presidente del motoclub Vespacito, Joaquín Muñoz, ha incidido en la lucha que los moteros llevan planteando desde hace años contra el mobiliario urbano y que hace extensible a otros colectivos de la ciudad. “Los hitos tienen un diseño afilado que los hace muy peligrosos y que, ante cualquier caída, puedan tener consecuencias muy graves”, ha apuntado Muñoz, quien ha aportado como dato relevante que una caída en moto a una velocidad de 26 kilómetros por hora contra una de las barandillas con forma de aspa y bordes cortantes que hay en la ciudad es suficiente para seccionar un miembro a una persona.
Los dos han coincidido en destacar la necesidad de concienciar a la ciudadanía de la importancia de respetar las normas de circulación y de seguridad vial para conseguir una ciudad “más cívica” y “más preocupada por las personas”, en lugar de apostar por “enjaular sus calles y plazas”. “Se trata de cambiar la mentalidad y sancionar cuando llegue el momento las actuaciones ilegales y comportamientos incívicos, en lugar de partir de la premisa de que los ciudadanos se van a saltar sistemáticamente las normas de circulación”, han concluido.