El sarcófago romano conservado intacto en Granada revela rituales ‘post mortem’
El sarcófago romano de entre los siglos II y IV encontrado en una excavación arqueológica en pleno centro de Granada, uno de los pocos que se ha hallado intacto, ha revelado rituales "post mortem" de la época, después de que el cráneo del fallecido se haya encontrado girado.
El director de la excavación de la plaza de Villamena, Ángel Rodríguez Aguilera, ha informado este jueves en el Museo Arqueológico de Granada, junto al delegado de Cultura, Antonio Granados, de los últimos datos del descubrimiento y de su importancia, debida a que no ha sufrido alteraciones desde el enterramiento.
Según este experto, el hallazgo ha permitido conocer información histórica sobre los modos de inhumación en época romana y, aunque el fallecido aparentemente no contaba con ajuar, se han averiguado una serie de rituales "post mortem" que revelan "creencias y hábitos muy singulares".
“La caracterización de estos ritos es quizás lo más sobresaliente desde el punto de vista histórico y arqueológico”.
Rodríguez Aguilera ha explicado que, probablemente pocos meses después del entierro, se abrió el sarcófago de plomo, que de hecho tenía un lateral ligeramente manipulado, se cogió el cráneo y se le dio la vuelta, mientras que las rotulas también fueron cambiadas de posición.
Esos ritos, ha continuado, ponen de manifiesto el respeto que tenían entonces a la muerte en un contexto superstición y de temor al alma del difunto.
En este sentido, ha explicado que los rituales “no podemos determinarlos en este momento pero estamos elaborando una investigación más profunda sobre esta cuestión porque ya ha sido observada tanto en la necrópolis de Los Mondragones como en la que apareció en las obras del Metropolitano, en el camino de Ronda, esquina con calle Recogidas”. Así, ha afirmado que “la caracterización de estos ritos es quizás lo más sobresaliente desde el punto de vista histórico y arqueológico”.
El delegado de Cultura, junto al equipo arqueológico. Prensa Junta
Rodríguez Aguilera ha afirmado que “hay pruebas de que la tumba fue abierta al poco tiempo del enterramiento, cuando aún no se había producido la esqueletización de todo el cuerpo, conservando algunos tejidos blandos. En ese momento, probablemente unos meses tras el entierro, se hicieron algunos rituales consistentes en la alteración de algunos elementos del cuerpo, como por ejemplo la rótula, el cráneo y el pie”.
El director de la excavación del sarcófago también ha señalado que a los pies del cuerpo han aparecido numerosas tachuelas o remaches de hierro que podrían responder “bien a que el cuerpo pudo estar cubierto con una pieza de cuero o tela recia con remaches que fue retirada en el momento en el que se abrió la tumba para realizar esos rituales y fue colocada doblada a los pies del esqueleto” u otra posibilidad más plausible es que “se trate de la base de una caliga, calzado militar utilizado por los legionarios y otros cuerpos del ejército. Debe ser contrastado y confirmado en fase de estudio”.
El esqueleto, a falta de los estudios posteriores, se corresponde con un adulto, joven, de sexo masculino, de unos 35 años, cuyas características biológicas serán determinadas en el análisis de laboratorio, y que no conservaba restos de ajuar.
Rodríguez Aguilera ha precisado que “se han tomado muestras para determinar la cronología por medio del carbono 14, muestras para análisis de paleoparasitología; muestras en las costillas para análisis de isótopos óseos y muestras del metal para análisis del mismo. También se ha recogido el 90% del sedimento del interior del sarcófago”. A este respecto, ha comentado que los resultados de todas las pruebas realizadas más las que aún quedan por realizar tardarán meses en arrojar información sobre el individuo, el sarcófago y desde punto de vista histórico, que “es quizá lo más interesante para nosotros, conocer datos de la Granada romana”.
De hecho, ha resaltado que la Consejería de Cultura ha estado pendiente en todo momento de los pasos que se han dado y ha anunciado que, cuando se tengan las conclusiones definitivas dentro de unos meses, el sarcófago se restaurará y se exhibirá en el Museo Arqueológico de Granada.