─  Seis años ha tardado en ampliar su repertorio ¿Parada biológica o fuego lento?

 ─  Parada obligada en gran parte, pues cuando se lanzó el primer single de adelanto del nuevo álbum, justo al día siguiente el confinamiento paralizó la grabación del álbum, del cual llevábamos un 35% aproximadamente hecho. Tras este parón se ralentizaron las cosas mucho, yo quise descansar, y casi fue obligado, llevaba muchos años sin parar, artísticamente estaba como siempre, bien, pero ese parón me jugó una mala pasada y entré en una fase un poco apática, también en parte porque me lo pude permitir.

─  ¿Para usted fue productivo o todo lo contrario?

-─ Al principio fue como un descanso, después estuve como 10 meses sin coger la guitarra, no me apetecía tocar con ella, pero me dio por el piano y la música de orquestación, compuse más de 150 obras orquestadas. Nos fuimos juntando para ensayar los Neuman´s, José Manuel Sánchez y Dani Molina, empezaron a llegar las ideas, canciones, ensayos, y surgió una química increíble entre los tres que se tradujo en cambios que produjimos en el disco (el tracklist cambio) y todo regresó a la normalidad.

─  Porque imagino que cuando se tiene el estudio en la propia casa es un no parar…

─  Eso es lo que parece desde fuera, pero, para mí, el estudio de grabación es como una joya que utilizas en determinados momentos para plasmar tus ideas. Parece raro o extraño que lo diga así, pero el proceso de estudio a la hora de grabar para mí es muy espiritual, muy artesanal, me encantan mis aparatos, mesa, previos, guitarras, etc., etc… Bajo al estudio a tocar con el piano, o guitarra regularmente, pero a la hora de grabar me gusta hacerlo como si fuera a hacer un concierto, con ese amor. 

"No nos importa que duren mucho algunas canciones, es nuestro sello, nuestra forma de crear. Nosotros disfrutamos y todo el mundo que nos sigue también, así que hacemos lo que nos nace artísticamente, sin mirar mas allá"

─ Se lo pregunto también porque buena parte de los temas son largos, hasta mucho… Cuando hay comodidad y no hay límite de tiempo… ¿Cómo se sabe cuándo una canción se ha terminado, sea de espesor o extensión?

─  Esto es algo de lo que disfrutamos mucho y se ha convertido con el paso de los años en algo muy significativo, en la identidad de Neuman. Tocamos una idea preconcebida y la vamos desarrollando, sin mirar el tiempo; luego la cuadro un poco y si dura diez minutos, y nos sentimos bien, así se queda. No nos importa que duren mucho algunas canciones, es nuestro sello, nuestra forma de crear. Nosotros disfrutamos y todo el mundo que nos sigue también, así que hacemos lo que nos nace artísticamente, sin mirar mas allá. 

─ Todo lo hace en la Vega de Granada… Pero no noto yo mucha influencia campera… Le ha quedado muy poco ‘Harvest’…

─ (carcajada) Ahí está. Pero no grabamos en un granero, lo hacemos en una finca preciosa que nos inspira mucho, en una ciudad que adoro desde que aterricé hace ya 10 años. Pero sí tiene ese punto ‘Harvest’ si analizamos cómo se ha grabado el disco, cóomo se hacían antes los discos de rock, cómo se han hecho y cómo se harán, siempre, y cuando tengas la premisa de que el rock se graba de manera artesanal y analógica 100%. 

─ Antonio Arias decía en una mesa redonda que en estos tiempos las guitarras están siendo proscritas… Pero usted las usa, y mucho…

─  Antonio tiene razón en parte, pero tanto él como yo no vamos a cambiar, y las guitarras son para hacer rock. Él y yo lo hacemos, cada uno a su manera, y quizá me aventure sin hablarlo con él, pero creo que nos iremos al otro mundo con ellas colgadas. Tengo muchas guitarras, más de las que he deseado nunca, pero no por coleccionar, tengo las que siempre he soñado y necesitado para hacer cosas en concreto, no necesito más de ellas, me dan lo que necesito. 

─  ¿Cuántas tiene?

─  Veintipico más o menos. 

─  También tiene un voz que remueve por dentro… en ‘Untitle’, con esos fondos gigantes de cuerda… ¡Se me ha convertido en un crooner que ni Scott Walker! 

─  En esta canción, grabada con más de cien músicos, es donde intento reflejar mi amor a la música orquestada. La grabación de esta canción duró más de dos meses, y fue precioso todo el proceso: grabamos con la orquesta de jóvenes Cúllar Vega, con su coral, con secciones de cuerdas, vientos, maderas y metales, pianos, etc etc… Como siempre me gusta complicarme la vida, pero así es el arte, así es la vida. 

"Creo que el arte, componer una canción, nadie mejor que tú sabe cómo ha de sonar esa canción, por eso no delego esa faceta a nadie, estoy en todo el proceso al 100%"

─  Con usted todo se queda en casa, le falta solo fabricar sus propios vinilos… Pero me acuerdo de Lapido, con 16 discos entre los suyos y los de 091 y se ha puesto en los últimos en manos ajenas… ¿Lo suyo es autosuficiencia o que no ha encontrado un interlocutor válido? 

─  Yo concibo una composición como algo muy personal, y en ella no entran muchos terceros, tan solo Dani, Jose y yo, y Marcos Muñiz, nuestro técnico y mi gran amigo. Creo que el arte, componer una canción, nadie mejor que tú sabe cómo ha de sonar esa canción, por eso no delego esa faceta a nadie, estoy en todo el proceso al 100%. Pronto nos compraremos una máquina para hacer vinilos, pero ahí entra la industria, y eso no casa bien con el arte. 

─  Le hemos oído con Neuman’s honorarios como Stringfellow o Kevin Weatherill… ¿Algún/os otros nombres, vivos o no, con los que hubiera soñado llevar al estudio de su casa? 

─  He tenido la suerte de tocar y conocer a grandes músicos internacionales de la historia de la música, a ellos también se le puede sumar un grande como es Jason Falkner. A todos nos une algo especial, nos admiramos mutuamente, esto es un sueño y son regalos que te da la vida, en este caso la música, agradecido por ello siempre estaré. 

─  Su sonido es siempre muy reconocible, en muchos casos haciendo uso de reverberaciones catedralicias ¿recurso o firma?

─  ¡Muchas gracias! Son ambas cosas, pero sin duda esas reverbs de 15 segundos son muy Neuman, me encantan, como si estuvieras tocando en una catedral, quizás sea la búsqueda de algo angelical y de esa manera me acerque a ello. 

─  ‘Three Of Us’  es casi una suite sinfónica… ¿le interesa el sinfonismo, sea clásico o rock?

─  ¡Soy fan total! ‘Three of Us’ es una de mis canciones preferidas del disco y quizás de las mas bonitas que recuerdo de mi vida. El rock sinfónico lo llevo en las venas. No soy de escuchar música de nadie, pero hay artistas que seguramente han vertido en mí este concepto de manera subconsciente, sin duda. Es un sello también característico de Neuman, los desarrollos de poco a poco con un piano delicado a terminar con una orgia musical de distorsiones y locuras. 

─  Y llena de contrastes, otra marca de la casa… 

─  Así es, me encanta que sin pensarlo sea todo así, que vayas de un lado a otro, de un extremo a otro musical sin pensar en el qué dirán. Soy músico, transmito lo que siento, no miro mas allá, le debo todo a la música, ella no me debe nada, por eso no ando con rodeos o inmediateces. Voy a lo que siento, necesito llorar con una melodía que he compuesto, o que me conmueva. No sé luego si lo hará con el público… Pero al final, esa manera tan sincera de crear se vuelve de tu lado y conectas con las personas, sí, con la etiqueta de diferente. 

─  Piezas como esa, tan rebosantes de músicas… ¿admiten una lectura para el Neuman solo, convertido en hombre orquesta, como le hemos visto alguna vez? 

─  Sí (risas). Por ejemplo en los acústicos voy con un bombo, pie pandereta, 4 guitarras acústicas y una eléctrica, amplificador, microfonía especial, pedales de efectos etc… Además interactúo mucho con el público, y así ven mi parte más, pues solo con la música se ve todo algo más nostálgico. Lo que te comentaba, me gusta complicarme la vida. Pero me niego a hacer un acústico, yo solo con una guitarra, ¡no por Dios! (o bueno, en alguna remota ocasión). 

"La música de Neuman es muy audiovisual, siempre me lo dicen, y cuando me pongo en modo orquestación es realmente bonito para mí, muy enorgullecedor para mi mente y sentimientos"

─  Le ha dedicado algunas canciones a sus perros ¡y ahora lo hace a un árbol! Aunque, también es verdad que no hay nada más melancólico que un sauce llorón, casi ya desde el mismo nombre…

─  Cuando compré la finca donde vivo desde hace cinco años había un sauce llorón grandísimo en el jardín, lo bauticé “George”, y en el disco le dedico esta canción, además que la canción compuse con mi novia el día de San Jorge. 

─ Óigame, ahora que parece que la música sea subsidiaria en un buen clip ¿le ayudan sus estudios cinematográficos en este menester? 

─  Como te contaba he hecho como 150 obras orquestadas, sobre todo al cine, un día te enseñaré encantado algo, es un sueño, me encantaría hacer cosas así, de hecho ya he hecho algo para algunas películas, pero quiero ampliar esta faceta. La música de Neuman es muy audiovisual, siempre me lo dicen, y cuando me pongo en modo orquestación es realmente bonito para mí, muy enorgullecedor para mi mente y sentimientos. 

─  Cómo va a ser su presentación en el Aliatar ¿mantiene el trío o necesita refuerzos? 

─  La base es la misma, aunque habrá algún refuerzo, voy a a dar una pista: las primeras canciones son del nuevo álbum y lo tocamos casi en su totalidad, y claro, entre tanto y tanto el concierto de Neuman en estos momentos se nos va a dos horas veinte minutos mínimo, vamos a divertirnos, llorar y sentirnos felices todos juntos.