Orce confía en un nuevo impulso para aportar más datos sobre la vida hace un millón y medio de años
Las investigaciones en los yacimientos de Orce están en "un paréntesis". Así lo explica a El Independiente de Granada el profesor Juan Manuel Jiménez Arenas, director del Proyecto Orce desarrollado entre 2017-2021, que confía en que ni siquiera sea "un punto y seguido", sino "un punto y coma".
Como la memoria, el nuevo proyecto general de investigación está presentado, y a la espera este último de ser evaluado. Con la esperanza de recibir una vez más el aval, los trabajos se retomarían el próximo año.
Jiménez Arenas, profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR, hace hincapié en el compromiso de la UGR es firme. "Esto es un proyecto institucional, no de una persona. Es de la UGR, que lo respalda", agrega.
Y espera que tenga "continuidad" y reciba financiación de la Junta.
"Más cerca de ser visitable"
Al hacer balance de lo conseguido hasta ahora resalta que se ha avanzado en el conocimiento de aspectos fundamentales y enumera y explica importantes hallazgos que reflejan la excepcionalidad de este enclave. "No hay otro con la riqueza" de Orce, por la cantidad de evidencias de actividad humana y el número de fósiles animales extintos encontrados. Es el yacimiento más importante del mundo para entender la vida hace más de 1,5 millones de años.
¿Es nuestro antepasado el hombre de Orce?"
Son algunas de las preguntas que se hacía Siniestro Total en una de sus canciones: Lo recuerda Juan Manuel Jiménez Arenas para subrayar que al componente científico de Orce se suma también el emocional, y eso condiciona la mirada. Una mirada que se puso en este punto de la provincia de Granada hace 40 años, con los trabajos de Josep Gibert.
Como recuerda, 1982 supuso el pistoletazo de salida para las investigaciones, con un primer parón a raíz de la polémica en torno al fósil óseo hallado. "La polémica -admite- fue perniciosa y lo frenó". Al respecto hace un inciso para apuntar que, "con independencia de la acogida de las propuestas" de Gibert, "nadie tuvo un compromiso tan grande" con este proyecto, al que sacó de los laboratorios para convertirse en "un icono popular".
Aprovecha también durante la conversación para recordar que el descubridor de Venta Micena fue Tomás Serrano, que vivía y trabajaba allí, "tenía ovejas". Y dijo que había encontrado "piedras que se asemejaban a huesos. Y tanto...".
Venta Micena, Barranco León o Fuente Nueva son nombres populares que inmediatamente nos llevan a Orce. El profesor Jiménez Arenas se refiere al interés que despiertan con un ejemplo: durante las campañas de excavación se fija un día de puertas abiertas para visitar los trabajos, aunque siempre hay alguien que lo intenta en otro momento y son "bien recibidos".
Porque la idea de convertirse en un museo al aire libre es bien recibida. De hecho señala que, a día de hoy, Fuente Nueva-3 "está más cerca de ser visitable que nunca".
Tiene elementos que lo hacen atractivo, como las defensas de un mamut gigante de 14 toneladas y cinco metros de altura, el llamado "titán" del Pleistoceno, que apareció en 2009. Un hallazgo que sirve para conocer cómo percibieron su entorno dadas las dimensiones de estos animales. "No puedo hacerme una idea", confiesa antes de resaltar que la riqueza faunística era brutal.
Los hallazgos del trabajo desarrollado
- Avances en la interpretación del contexto económico, el clima y hábitat, con resultados "espectaculares"
"Esto era un bosque mediterráneo". Siempre, agrega Jiménez Arenas, "habíamos pensado que era una sabana, porque si el origen de los humanos está en África, lo más probable es que ese hábitat se expandiera y los humanos lo siguieran". Pero a partir del estudio del polen hallado en los sedimentos, de los anfibios, reptiles y la forma de los dientes de los hervíboros, las conclusiones llevan a afirmar que los humanos tenían capacidad para adaptarse a nuevos hábitats.
Vivían cuando el clima les proporcionaba "un plus de energía". "Eso no ocurre en Venta Micena. Las condiciones eran muy adversas para la presencia humana. Pero en Barranco León y en Fuente Nueva-3, sí". Y es en ese momento cuando se incrementa la producción y los humanos pueden sobrevivir.
- Una tecnología lítica tallada más compleja de lo que parecía
Los humanos de la Cuenca de Guadix-Baza tenían una tecnología bien desarrollada como para distinguirse del resto. Se han encontrado innumerables útiles de piedras talladas, además de huesos fósiles. Y, tras insistir en que "no hay otro con esa riqueza", tanto en evidencias de actividad humana como de fósiles de animales extintos, incide en los hallazgos de tecnología lítica tallada y en concreto unas piezas: esferoides.
Son muy redondeadas y eso implica que esos humanos tenían capacidades neurológicas bastante avanzadas. "En su cabeza había un plan para hacerlo". Tenían "jerarquizado" cómo trabajar la piedra.
Las piedras, explica el que ha sido director del Proyecto Orce, han sido escaneadas para elaborar modelos 3D y medir los ángulos del tallado. Aunque no se trata de una pieza totalmente esférica, los ángulos son muy parecidos. Y reitera que "eso significa que tenían en la cabeza cómo hacerlo". Cada uno de los pasos, y la materia prima.
De un lado, sílex, para cortar, y de otro, caliza, para fracturar. En los yacimientos hay diferencias "sutiles".
En Fuente Nueva-3 se talla con caliza que viene de grandes bloques -tabletas-, en Barranco León, son cantos y las piezas, más redondeadas. Otra diferencia es que en Fuente Nueva-3 hay evidencias de "reciclaje de piezas". Y "esto tuvo que ver con un empeoramiento climático", que les llevó a un "mejor aprovechamiento de los recursos".
- Inteligencia artificial para delimitar los episodios de formación
El Proyecto Orce ha empleado Inteligencia Artificial para delimitar los episodios de formación que contiene un yacimiento. En este caso, Venta Micena-4. Se pensaba que Venta Micena se había originado en un único momento, pero tiene dos episodios de formación.
Refiere también el profesor que se trata de un sistema lacustre, formado de un lado por aguas subterráneas y grandes ríos, como el Fardes. Esto cambia, cuando la cuenca empieza a abastecer al Guadalquivir. En ese momento comienza a erosionar, y la erosión -apunta en otro momento- es la que ha formado paisajes tan excepcionales ccomo lo son los del Geoparque.
"Orce es importante cuando el lago es más pequeño y emergen las aguas subterráneas que perimten la vida; cuando el lago es grande, es salino".
- Nuestros antepasados eran carroñeros
Se ha profundizado también en cómo se gestionaban los recursos cárnicos nuestros antepasados, gracias -explica el director del proyecto- al estudio de la marca de corte con las herramientas encontradas. "Nuestros antepasados eran carroñeros, pero llegaban de manera muy temprana a los cádaveres". "Eran muy conocedores del medio y llegaban antes a los cadáveres" que otros carroñeros, lo que les permitía consumir "lo más nutritivo". Recuerda la importancia de este dato porque "no había fuego", y el procesado oral del alimento "se hace mucho más importantes".
- Avances en la conservación
Es otro de los grandes resultados del trabajo, y que devuelve de nuevo a la idea de exponer lo encontrado. "Hemos avanzado en conservación y eso es lo que permitirá que en el futuro se pueda convertir en un polo turístico importante para conocer quiénes somos y nuestros orígenes". En el caso de Fuente Nueva-3 el trabajo ha sido "excelente".
Tras insistir en "la percha" que supone el mamut, se refiere también a que esa visita se "complementa" con la del museo de orce, donde hay un material "excepcional". Y que cuenta con el añadido de las dos guías que muestran las instalaciones, Clotis y Mari Carmen. Muestran "con pasión" lo que allí se exhibe, "son de Orce y están formadas" para desempeñar este trabajo. "Merece la pena", apunta Juan Manuel Jiménez Arenas para resaltar que la visita a Orce, la localidad, es imprescindible para enteder todo lo que representan estos hallazgos. "Si quieres saber, visita Orce", resume.
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