La asociación ha registrado un escrito pidiendo que se inicien los trámites

Oppidum Eléberis solicita a Cultura la declaración BIC para el Lagar de Beas

Cultura - IndeGranada - Viernes, 27 de Agosto de 2021
El lagar tiene tallado en la propia roca tres pilas o balsetas para el pisado de la uva que podría remontarse a la época de los íberos.
Imagen del Lagar de Beas.
Oppidum Eléberis
Imagen del Lagar de Beas.

"Los lagares rupuestres son historia viva de nuestro pasado, como parte de una cultura milenaria de producción de vino en la Península Ibérica que han estado usándose hasta hace poco siglos, pero que en la actualidad permanenecen olvidados, en un estado de degradación evidente, si no se protegen y se les da visibilidad".

Así lo expone la asociación Oppidum Eléberis que, en un escrito registrado en la Consejería de Cultura, ha solicitado que se inicie el expediente para declarar e inscribir el Lagar de Beas como Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento, así como delimitar un entorno de protección para evitar alteraciones que pudieran afectar los valores del bien.

Explica Oppidum que "existen pruebas que ya en el Neolítico se elaboraba el vino con vitis salvaje, las primeras referencias con vitis cultivada nos llegan del Antiguo Testamento, Asia Menor y  Egipto".

El pisado de la uva y la extracción del mosto se hacía en estructuras talladas sobre la propia roca, conocidos como lagares, dentro de la propia viña. Los lagares solían ser balsetas de forma rectangular, aunque también los hay circulares, con un pilar mayor donde se pisaba la uva y un pilón donde llegaba el mosto a través de un orificio llamado bocín, también se utilizaban para el prensado de la uva y la aceituna, con contrapesos y estructura de madera, el mosto se recogía en ánforas. Podían ser comunitarios o de prestigio asociados a los mandatarios, según explica la asociación. 

Con el tiempo su cultivo se fue propagando por el Mediterráneo, especialmente por los fenicios, griegos y romanos, creándose un productivo comercio durante el primer milenio antes de nuestra era. A la Península Ibérica llega en el siglo VIII de dicho milenio a través de la colonia fenicia de Gadir. Su traslado se hacía en tinajas y pellejos de cabras y ovejas, agrega Oppidum. 

En la Península Íbérica se excavaron muchos lagares por todo su territorio, desde Galicia, a Extremadura, Rioja, Valencia, etc, comunidades que "desde hace algún tiempo están intentando recuperar y poner en valor estas importantísimas estructuras arqueológicas". En Andalucía, "o no existen, cosa bastante dudosa, dada su tradición vinícola o permanecen invisibles, como ocurre con este lagar, pues no hay muchas referencias, ni declaraciones inscritas".

Muy cerca de Beas de Granada, a unos 600 metros del peñón del Fraile y dentro del  término municipal de Quéntar, existe un lagar rupestre, con tres pilas o balsetas talladas en roca caliza, con formas rectagulares, conocido como “Lagar de Beas”.

Foto: Oppidum Eléberis

En cuanto a su datación, según Oppidum Eléberis no se conoce su cronología porque nunca se ha hecho ninguna cata arqueológica, solo se tiene, que conozca la asociación, un informe de una Prospección Arqueológica de Superficie realizada por el equipo de Buendía Moreno y Villada Paredes en 1986/87, en el que se dice "que se trata de una estructura tallada en caliza con tres balsetas conectadas entre sí por unos orificios y la última con salida exterior, que en los alrededores se han encontrado dos fragmentos de tegulaes y que su cronología es problemática, aunque es posible que sea romana".  

En cambio, según Narciso Crespo, coordinador de la asociación, en las visitas de campo al lagar por parte de la asociación, han observado que "en realidad se trataría de tres lagares, con orificios de salida independientes, aunque estén tallados en la misma roca, por lo que habría que hablar de lagares en vez de lagar, lo que parece indicar un uso comunitario". La pila mayor tiene salida al noroeste, y las otras dos, tienen salida al oeste y al sur. También han observado que la pila mayor tiene en su centro un anclaje, así como otra de las piletas, que podrían servir para utilizar una estructura de prensado. El lagar se encuentra en el borde de una finca particular plantada de olivos.

Existen también otras rocas en el entorno, que le añaden "un halo mágico al lugar"

Existen también otras rocas en el entorno, que le añaden "un halo mágico al lugar", como un cerrete a su izquierda, con subida diáfana y llana a su parte alta, con rocas en sus bordes y vistas impresionantes, que bien podría tratarse de un lugar donde se realizaban rituales relacionados con las actividades agrícolas en tiempos de los íberos.

Así mismo, en la finca colindante a poniente Oppidum ha encontrado un trozo de tégula y en las fincas que hay en sus inmediaciones, entre el lagar y el barranco de Fiñana, gran cantidad de fragmentos de tegulae, diseminadas por una vasta extensión, especialmente en los bordes de las fincas, un trozo de ladrillo de 6 centímetros de grosor, fragmentos de cerámica roja y otras, así como dos fragmentos de asa, que bien podían ser de ánfora, (todo ha sido fotografiado y dejado en el mismo lugar), que posiblemente pudieran pertenecer a una o varias villas romanas relacionadas con la existencia del lagar, así como con la villa de Via o Vea, actual Beas de Granada, que era paso obligado de la calzada romana que comunicaba Iliberis (Granada) con Acci (Guadix), caminos que ya serían utilizados por los pueblos íberos muchos siglos antes, y que sin duda ayudaría al transporte del vino, aceite y otros productos agrícolas. Por todo ello considera la asociación que "no hay que descartar, que la datación del lagar sea anterior a la época romana; algo que quizás se podría saber si se hiciera una cata o una excavación arqueológica".

En la actualidad el lagar, como su entorno, "está cubierto de zarzas y todo tipo de hierbas, aunque su estado estructural es bastante bueno".

Con la protección y recuperación de estas estructuras arqueológicas, "no solo contibuimos a recuperar un patrimonio singular antiquísimo, sino que también supone un revulsivo enoturístico para los municipios y comarcas donde se ubican, que deberían ser los más interesados en apoyar esta iniciativa".