Entrevista

Leopoldo La Rubia: "Mantenerse en la autenticidad no es siempre fácil, pero es posible"

Cultura - JTG - Sábado, 16 de Diciembre de 2023
Entrevista con el profesor de Filosofía de la UGR Leopoldo La Rubia, que ha publicado "Rock y Filosofía-La dimensión social y musical de la disonancia", editado por Comares.
IndeGranada
‘Rock y Filosofía-La dimensión social y musical de la disonancia’ (Editorial Comares) es el primer libro en el que el profesor de Filosofía de la UGR se acerca al fenómeno de la música popular eléctrica. Un trabajo en el que el autor "defiende una determinada concepción del arte no ideologizado, pero de consecuencias tanto artísticas que competen a la estética, la filosofía del arte y la teoría del arte, como políticas y sociales. Una concepción del arte donde enlazo la idea de disonancia, en su vertiente musical con la disidencia y el disenso (político y social) y la diferencia (filosófica), frente a la homogeneización producto de la globalización, que está generando subjetividad y conformismo", según se lee en su presentación. 

─  Adorno, calificó ya el jazz como "de consumo para acompañar el baile y para entretener; monótona, limitada y pobre", y un sociólogo como Luis Britto , asegura que el rock responde al aparato cultural del imperialismo… ¿A estas alturas cabe la rebeldía más allá de la estética?

"Seguramente, Adorno esperaba otra cosa de una música que en origen era el reflejo de unas condiciones sociales y laborales adversas"

─ Pues ambos tienen, en cierta medida, razón, pero puntualicemos. El jazz al que se refería Adorno era el swing (ver Metrópolis, de Otto Dix) que se escuchaba y se bailaba en las salas alemanas mientras avanzaba el antisemitismo y el nazismo en Alemania. Era, por así decirlo, la música “dance” de la época; la vertiente crítica y disruptora del jazz y de las músicas que lo habían inspirado había desaparecido, así que aparece como una música domesticada en plena sintonía con el sistema mercantilista. Seguramente, Adorno esperaba otra cosa de una música que en origen era el reflejo de unas condiciones sociales y laborales adversas. Respecto al be bop, que también criticó, sostenía que la improvisación, -que Adorno defendía por estar cercana al Expresionismo, que era el estilo con el cual se identificó más de las vanguardias-, era una improvisación falsa basada en manierismos y formulismos musicales sobradamente conocidos por los intérpretes. Por otro lado, criticó que casi nada en estas propuestas representaba novedad alguna. 

Respecto a la crítica de Britto, no es justa en su totalidad. Ha habido propuestas dentro del mundo del rock que no han transitado por esos derroteros de la fama y el éxito a cualquier precio. Hoy nadie quiere hablar de autenticidad, concepto al que Adorno no le hace en absoluto ascos. Ha habido propuestas musicales auténticas, como muchas de las que señalo en Rock y filosofía. Cosa distinta es que una gran mayoría sí se identifiquen con el sistema o que, finalmente, teniendo un origen disruptor, terminen siendo fagocitadas por el mismo. La gente (y también los músicos) tienen que comer y mantenerse en la autenticidad no es siempre fácil, pero es posible. Sugiero que el lector explore la trayectoria del batería Dave Kerman, por poner un ejemplo, como músico que ha hecho excelentes contribuciones, pero que rehúye al éxito. 

─ De hecho los macrofestivales son las nuevas romerías… ¡plena consonancia con los socialmente aceptado!

- Así es… Hace unos años estuve en un festival en la región de Murcia y de repente me di cuenta de que quien estaba sonando era Whitesnake. Llevaban un rato actuando, pero ni me había dado cuenta. El sonido desastroso. Todo por la “pasta”. En 2019 fui a ver a Metallica a Madrid. Miles y miles de personas. Los músicos en lontananza. ¡Qué diferencia con sus tiempos del “Kill’em all”! 

"¿Se imagina alguien el “God Save the Queen” de los Sex Pistols interpretado con la música de “Hey!”, de Julio Iglesias? Es la farsa mercantilista de gran parte de la música popular en la actualidad"

En la película “Don’t look up”, hay un momento en el que Ariana Grande canta una canción con un contenido radicalmente disruptor y crítico pues “intenta” trasmitir que hay que tener conciencia ecológica dado que va a impactar un meteorito en la Tierra y las grandes corporaciones, en lugar de destruirlo antes de que impacte, deciden que como está repleto de minerales valiosos, hay que destruirlo cerca del planeta para aprovechar sus riquezas, con el consiguiente riesgo para la población mundial. En la letra se dice que “Mira hacia arriba, (…) saca la cabeza de tu culo, escucha a los malditos científicos cualificados…”, pero claro, la cantante en el concierto desciende como del cielo, con un traje de plumas blancas, con una voz agradable y edulcorada y el público saca su teléfono móvil con la luz de la linterna encendida moviéndolo a derecha y a izquierda tarareando la canción… ¡Qué oportunidad perdida de demostrar la rebeldía ante el sistema expresándolo de una manera tan inadecuada (estetizada o romantizada)! ¿Se imagina alguien el “God Save the Queen” de los Sex Pistols interpretado con la música de “Hey!”, de Julio Iglesias? Es la farsa mercantilista de gran parte de la música popular en la actualidad. 

─ ¿Qué denominador común encuentra en bandas como Caravan, Soft Machine, Camel, Gong o King Crimson y el Canterbury Sound?

- La experimentación con distintos sonidos provenientes, incluso, de lugares remotos, como hace King Crimson en “Larks’ Tongues in Aspic, Part One”, del álbum homónimo; el uso (que no el abuso) del jazz como fértil herramienta para la música blanca entre un público joven (muchas veces universitario). El jazz hace uso con profusión de la disonancia. Cuando ésta responde en el jazz a una verdadera improvisación, como en el free jazz no veo por qué Adorno no hubiera podido aceptarla sin problema. La vertiente improvisatoria que Adorno considera como valiosa es fundamental en la mayoría de estas bandas. Hay una vertiente juguetona y tremendamente fresca desde el punto de vista de la utilización de los recursos musicales en todos ellos que aunque no tuviera una gran repercusión comercial, salvo en el caso de King Crimson, dejó una huella indeleble en gran parte del rock posteriormente, sobre todo de bandas de rock progresivo y de pop y rock alternativo posterior. 

En 2016  Aymeric Leroy publicó un libro llamado L´école de Canterbury que, lamentablemente, no está traducido, pero que en sus 735 páginas hace una magnífica vivisección de la escuela y el sonido de estas bandas no demasiado conocidas, pero de un valor para la posteridad incalculable. 

─  Y hablando de capitalismo monetizador (¡como se dice ahora!): ¡Robert Fripp está vendiendo hasta los bolígrafos con los que escribió ‘Epitaph’!  En fin…

─ (carcajada) Sí, debe de tener muchas facturas que pagar o alguien muy próximo considerablemente gastoso… Somos españoles y no nos es ajena la incoherencia, incluida, la de nuestros propios gobernantes, así que no debemos extrañarnos. 

Y ahora en serio. Creo que lo importante es la obra. Nunca me he sentido particularmente atraído por mezclar obra y vida, si no, no leeríamos a Heidegger, que es un pensador que ha hecho decisivas aportaciones a la filosofía y que, sin embargo, estuvo en la órbita (dejémoslo así) del nacional socialismo. 

La honestidad artística de Robert Fripp queda plasmada en que tras el magnífico “The Power to Believe” (2003) no ha grabado ningún álbum nuevo, seguramente, porque no tiene nada nuevo que decir. Imagino que prefiere dejar su legado en manos de algunos buenos herederos como Tool o Liquid Tension Experiment en lugar de grabar por grabar…

─  Parafraseando a Vargas Llosa: "¿En qué momento se jodió todo?"

─ Las cosas se pueden ver desde distintos puntos de vista. Yo podría decir que todo nació jodido o dicho de una manera menos radical, que lo que se desarrolló llevaba incorporada la semilla de su propia destrucción, sin embargo, ni han faltado ni van a faltar propuestas musicales y artísticas valiosas, aunque tengan, generalmente, poca repercusión a nivel de público. Antes costaba mucho encontrar algunos álbumes y teníamos que hacer encaje de bolillos para localizarlos y conseguirlos, pero sabíamos lo que valía la pena. ¡No todo estaba en Callejas, Linde, Cannabis o Krisis! Ahora casi todo se encuentra disponible, así que lo que debemos buscar es al solista o banda que vale la pena, pero los hay.