– ¡Lleva 50 años con el violín a cuestas!

– Increíble pero cierto (risas). En realidad, quizás alguno menos, no muchos, porque yo empecé tocando la guitarra con ocho años, lo que pasa que tres o cuatro años después, y tras unos meses de ‘ahorro’, aparecí en mi casa con un violín motu proprio. Mis padres fliparon, y yo también cuando me enteré de que mi abuelo paterno al que no conocí (murió cuando mi padre tenía 7 años), resulta que era violinista. Después de una serie de periplos realmente increíbles, ese violín que tocaba mi abuelo llegó a mis manos, y desde hace bastantes años ya es mi violín. Desde entonces hemos pasado muchas aventuras juntos.

– ¿Cómo fue su descubrimiento de las músicas atlánticas para dedicarle toda una vida? 

– En mi etapa del instituto, Granada estaba en ebullición, rápidamente conocí a gente que estaban formando grupos, y un día me pidieron tocar algún tema en un grupo formado por músicos que estaban en la Universidad con unos cuantos años mayores que yo, tenían en repertorio estilos diversos que iban desde la música de autor a temas tradicionales del norte de Europa, fue la primera banda de la que fui miembro formalmente, en la que di mis primeros conciertos, se llamaba Druidas. En ese momento el término ‘música celta’ no era ni conocido, pero al conocer esas referencias empecé a interesarme y me llevó a desarrollar mi propio repertorio. Hasta el punto de que después con otros músicos empezamos a formar nuestra propia banda específica de ese estilo musical, primero en dúo, después Celtas Triple Filtro, Supervivientes hasta llegar a Rodríguez Celtic Band (RCB).

– Y 20 con una banda con su nombre…

– Efectivamente, al renovar la información de nuestro dossier nos dimos cuenta de que justo ahora se cumple el 20 aniversario, así que la presentación de nuestro nuevo trabajo ‘Infinite’ toma un significado mayor. La propuesta de RCB nació de una necesidad personal para experimentar repertorios tradicionales con un concepto renovador, obviamente mis referencias y los retos que suponen para desarrollarlos con el violín son muy relevantes, pero al trabajar con numerosos músicos que van y vienen han ido construyendo la identidad de RCB, disfrutamos mucho de ese proceso y del enriquecimiento que supone. En cualquier caso, parece claro que todos confían con bastante entusiasmo cada vez que propongo una nueva composición para trabajar.

– Comparte mucha nómina con Supervivientes ¿siguen?

"Supervivientes sigue en activo de una manera muy seleccionada, y lo de compartir realmente ha sucedido de manera natural desde el principio"

– Supervivientes sigue en activo de una manera muy seleccionada, y lo de compartir realmente ha sucedido de manera natural desde el principio. Por un lado, porque a ellos desde que planteé la idea de RCB les apetecía participar también y por otro porque para mí siempre es un gusto tocar con los colegas. Pero curiosamente al principio fue una simbiosis, es decir, cuando decidí montar RCB la primera formación con la que quería trabajar era violín, piano y contrabajo. Al primero que se lo propuse fue a nuestro bajista en Supervivientes, Miguel Pérez que es un componente habitual en las dos bandas, e incorporé al fantástico pianista Morten Jespersen que resultó ser todo un descubrimiento, hasta el punto de que en ese momento con Supervivientes no teníamos pianista y propuse a la banda incorporarlo quedándose como miembro oficial para siempre. Después se ha mantenido constantemente esa presencia especialmente con Xuan Sastre a las flautas y gaita que sigue siendo asiduo. Aunque en la actualidad en RCB una amplia actividad se desarrolla con Juan A. Rodríguez que además incorpora la Uillean Pipe, Chiki Parada a la guitarra acústica y Luis García Pulido al piano.

– ¿Cómo separa los dos caminos que comparte?

– Hasta ahora ha habido dos cuestiones básicas que diferencian los dos proyectos. Supervivientes es una banda estable con un repertorio de composiciones propias. La RCB mantiene un repertorio de temas tradicionales y es una banda llena de constantes cambios de músicos en la banda, un día nos puedes ver en formato violín, piano, bajo, otro día estamos violín, flautas-gaitas y guitarra, o aparecemos con violín, bouzuqui y bodhran, por citar algunos ejemplos. A partir de ahí las combinaciones de trío a quinteto son múltiples, quien viene a un concierto nuestro habitualmente se encuentra algo nuevo.

– Por cierto, como ha pasado con los músicos de Jazz, ha habido un hueco generacional en el que ustedes eran casi siempre los mismos ¿hay relevo y sangre fresca en la Nación Celta?

– Pues para nuestra satisfacción, teniendo en cuenta que lo hemos promovido constantemente, sí que hay nuevas aportaciones. Por ejemplo, actualmente se ha logrado mantener sesiones semanales para todo el que quiera aprender en el pub irlandés del Realejo. Por otro lado, basta con recordar el encuentro de músicos con Aires Celtas que se hicieron 11 ediciones y el Festival Celtasur que aún sigue activo con su sexta edición, de ambos he tenido la suerte de ser su director artístico desde su fundación hasta el año 2022. Ahora recientemente se ha creado una Cátedra de Estudios Irlandeses en la UGR con los que mantenemos una estrecha relación. Además, el prestigioso Parapandafolk y el nuevo Festival Folk de Granada también incluyen en sus ediciones grupos de música celta, así que existe un público fiel a estas músicas, lo cual es importante para que se sigan facilitando la difusión de esas nuevas bandas.

– Le recuerdo con Dayfriends en sus primeros pasos ¿Granada será distinta sin Enrique Novi?

"A toda la escena musical granadina nos afectó mucho su pérdida. Tanto que eso nos llevó a hacerle un merecido homenaje en Lemon Rock con un elenco de bandas espectacular"

– Desde luego, mi queridísimo Enrique Novi con el que efectivamente compartí escenarios cuando estábamos en Dayfriends hace ya un buen número de años, también desde el instituto. Entonces ya era una persona ilustrada en la música en general y en la música alternativa en especial, desde entonces siempre mantuvimos una fuerte amista. La Burbuja, La Pompa en esa época editaba también el fanzine La Bomba, y en su última etapa La Estrella eran verdaderamente locales de culto a la música y para los músicos. A toda la escena musical granadina nos afectó mucho su pérdida. Tanto que eso nos llevó a hacerle un merecido homenaje en Lemon Rock con un elenco de bandas espectacular. Y que por cierto aún tenemos pendiente la proyección del audiovisual que se realizó ese memorable día, hablaré con Vicente de Luna, algo especial tendremos que hacer.

– Y por irme al otro extremo temporal ¡con Eva y Adán! 

– Es un fantástico proyecto de mi querida Eva Rodríguez Cervilla, somos muy amigos, nos conocemos igualmente desde el instituto. Empezó casi como algo anecdótico y se ha convertido en un proyecto muy serio con grandes músicos en sus filas y es seguro que va a dar mucho para hablar y para escuchar dentro de la música Indie nacional. En mi caso Eva me llamó para meter algunos violines y mi participación se ha convertido en algo habitual. Habría que preguntarle a ella cuáles son sus planes al respecto, pero siempre que me necesite ahí estaré.

– Sacar un disco a estas alturas… ¿romanticismo o suicidio?

"El público que nos sigue nos apoya de una manera muy generosa, es una satisfacción ver que aún nos demandan un nuevo disco y que podemos ofrecérselo"

– Para nosotros fundamentalmente es una forma de reflejar la etapa actual, aunque más de una vez hemos bromeado sobre el hecho de que lo sacamos porque ya no nos quedan discos del anterior, lo cual es cierto también (risas). Digamos que nuestras ventas marchan bien. Sabemos que el público que nos sigue nos apoya de una manera muy generosa, es una satisfacción ver que aún nos demandan un nuevo disco y que podemos permitirnos ofrecérselo. 

– Resulta curiosa la organización… ¡Una pieza para cada mes del año! 

– La idea de que cada set de temas estuviera inspirado en cada mes es un homenaje a nuestros seguidores que nos acompañan mes a mes, es realmente fantástico disfrutar una y otra vez de esa presencia incondicional y entregada. Así que pensamos que por qué no dedicarles un set por cada mes haciendo un guiño a como puede ser cada uno musicalmente. También refuerza esa idea de que cada concierto solemos cambiar la formación, así que cada tema del disco tiene distintos músicos. Es como decirles ¡que sabemos que venís una y otra vez! Y cómo os lo merecéis os vamos a dedicar una canción nueva cada mes del año, es una manera de dar las gracias.

– ¿Cuál es la relación con el calendario, de emoción, de luz, de ritmo, color…?

– Un poco hay diversos motivos según el caso, un momento emocional, lo que inspira la propia música o hasta que aparezca un día especial ese mes. Por ejemplo, enero con el set ‘A fig for a Kiss / Apples in Winter’ nos parecía muy apropiado por aquello de los frutos de invierno. Así que todos tienen un guiño o una anécdota al respecto, va a dar juego explicar la razón especialmente en algunos de los meses.

– Y la titular en medio…

– Infinito de menos. Así es, es la que da inspiración al título global del disco, una composición mía que hace referencia a aquellas cuestiones que echamos de menos pero que al mismo tiempo está en nuestras manos poder alcanzar. Lo dejamos en el plano sugerente para que cada uno pueda pensar en su propio infinito de menos. En el título del disco lo hemos sintetizado, porque en esa idea ampliada se pretendía darle una intención de algo profundo, como en otra dimensión, que trasciende. 

– Por cierto que propia y cargada de melancolía… ¡podía ser la de este mes! 

"Realmente podría. En realidad ‘Infinito de menos’ no está asociada a ningún mes a propósito, porque creemos que esa sensación puede ocurrir en cualquier momento del año"

– Realmente podría. En realidad ‘Infinito de menos’ no está asociada a ningún mes a propósito, porque creemos que esa sensación puede ocurrir en cualquier momento del año. Ese espíritu queda reforzado con la obra plástica de la portada que en realidad está llena de simbolismos, el infinito y RCB son lo más evidentes, pero también una vista aérea de un paisaje, y se juega con diversos planos gráficos fortalecidos por las tonalidades de colores, y al igual que en la música, digamos que tiene distintas lecturas.

– ¡Hasta cantan ahora! Eso, me parece, que es una novedad ¿no? 

– Cuando ya pensábamos que estaba casi acabado, haciendo un repaso general, nos dimos cuenta de que para reflejar esa realidad que decíamos antes nos faltaba algo, llegamos a la conclusión de que al menos debíamos incluir un tema cantado, al final han sido dos porque el cierre del disco también hay un guiño de voces muy interesante, pero para ello deberán venir a nuestra presentación o escuchar el nuevo disco (risas). En nuestros conciertos se ha convertido en algo habitual que incorporemos dos o tres cantados con personas que invitamos específicamente para ello. Desde luego esto abre un nuevo camino que estamos dispuestos a desarrollar.

– El estreno va a ser muy flamenco… ¿con sorpresas invitadas?

– En la presentación estarán todos los músicos que han grabado, algunos han costado bastante que pudieran estar. Por ejemplo, viene el gaitero Juan Miguel López desde Hamburgo o el guitarrista David Galdano desde Cantabria, así hasta los 13 músicos del disco, pero es que, además, para el fin de fiestas tendremos algunos músicos más de Granada, así que será una formación aún mayor de los que han grabado el disco. El hacerlo en el Sacromonte cuna del flamenco le da un toque maravilloso. Recuerdo lo que me decía Enrique Morente hace bastantes años, cuando venía a vernos algunas noches cuando tocábamos en el antiguo Eshavira. Enrique me decía mientras nos tomábamos una copa: “Jose, tienes quejío”. Pues eso buscaremos ese quejío y ese embrujo.