La Junta enmarca el cambio en la transformación del consorcio en una fundación pública
El Centro Lorca no despega y afronta otra crisis con el cambio en la dirección
Sara Navarro no continuará al frente del espacio que alberga el legado de Federico García Lorca, pero que sigue sin convertirse en el referente cultural esperado.
P.V.M.
Centro Lorca de Granada.
El Centro Lorca no termina de despegar y, sin hacerlo, afrontará el cambio en la dirección. Las instituciones que gestionan el espacio cultural que alberga el legado de Lorca buscarán a otra persona para liderar la actividad, un paso que se quiere vincular a la constitución de la fundación pública que velará por los fondos.
Sara Navarro, que llegó en 2019, no seguirá la frente de la dirección-gerencia
Así, Sara Navarro, según fuentes del consorcio, no continuará como directora del espacio. Fue designada en abril de 2019 tras un proceso de selección y, en su presentación, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, destacó su "amplia experiencia" en gestión cultural y en el diseño y la coordinación de exposiciones, labor que había desempeñado desde 2011 para el Patronato de la Alhambra. Su amplio conocimiento del mundo cultural granadino fue destacado entonces para subrayar la idoneidad del nombramiento.
Dos años después, tras completarse la inscripción como Bien de Interés Cultural (BIC) del legado, se debe cerrar la conversión del consorcio actual en fundación pública, condición que puso en su día la familia Lorca para que los fondos llegaran definitivamente en Granada. Precisamente esa fundación, para cuya creación se marcó un plazo límite de tres años tras la llegada del legado, marcará la relación con Laura García Lorca.
Para darle normalidad a este nuevo cambio, en el consorcio se enmarca en esa transformación jurídica -de consorcio a fundación pública- la necesidad de buscar a otra persona que tome las riendas del centro.
Lo cierto es que el Centro Lorca no se ha convertido en el referente y agitador cultural que se esperaba. Ni por su programación, ni por su protagonismo. Ni siquiera se ha convertido en bandera de las aspiraciones de Granada a convertirse en capital cultural europea en 2031, donde inexplicablemente el gobierno local nunca lo ha tomado como referencia.
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