La Alhambra interviene en la cubierta de la Casa Morisca Horno de Oro

Cultura - IndeGranada - Martes, 3 de Agosto de 2021
La actuación, que tiene un presupuesto de más de 21.000 euros y un plazo de ejecución de un mes, permitirá mejorar su conservación.
De izquierda a derecha, Antonio Peral, Rocío Díaz y Antonio Granados.
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De izquierda a derecha, Antonio Peral, Rocío Díaz y Antonio Granados.

El Patronato de la Alhambra y Generalife interviene en la cubierta de la Casa Morisca de la calle Horno de Oro, ubicada en el Albaicín, para mejorar su conservación y frenar el deterioro que sufría ocasionado por el paso del tiempo y los agentes atmosféricos y biológicos. 

En una nota de prensa, la directora del Patronato, Rocío Díaz, explica que los trabajos, que se compatibilizarán con la visita pública, se centrarán en la renovación de la tablazón y reposición de la estructura de madera afectada y la cubrición de teja, para garantizar su correcta estanqueidad, así como en la limpieza de vegetación, tierras y otros materiales presentes en faldones y canalones.

Además de esta intervención puntual en la cubierta, se procederá a la limpieza y repaso de los faldones de cubiertas de resto del patio, canales, cobijas y limahoyas, sustitución de tejas partidas y repaso de encuentros con paramentos verticales y bocatejas.

La llamada Casa Morisca de la calle Horno de Oro, según informa la Alhambra, es una pequeña casa nazarí de una sola planta, a la que se le añadió en el siglo XVI un segundo piso. Todo el edificio gira en torno a un patio cuadrilongo centrado por una pequeña alberca y enmarcado en sus laterales norte y sur por dos pórticos con columnas nazaríes tras los que se abren las habitaciones principales. La sala sur de la planta alta conserva en la entrada el arco original de yesería y las tacas en las jambas, así como la espléndida armadura de madera policromada que la cubre.

Como en la mayor parte de casas musulmanas, todas sus habitaciones y ventanas están orientadas hacia el patio, elemento que centra la vida familiar e ilumina las estancias. Hacia el exterior, el edificio no tuvo en origen vanos, manteniéndose herméticamente cerrado preservando la intimidad familiar.

Desde el siglo XVI, el piso alto pasó a convertirse en la zona familiar. El lateral oriental superior recibió un corredor-galería abierto con balaustradas, pies derechos, zapatas de carácter gótico y armadura mudéjar, mientras que el lateral occidental se cerró con pesados arcos góticos de ladrillo.

Tras la expulsión de los moriscos, la casa fue corral de vecinos hasta el siglo XX, siendo entonces restaurada.