Sierra Nevada, Ahora y siempre.
SU ARCHIVO FOTOGRÁFICO TIENE MUCHO POR DESVELAR

Manuel Torres Molina, el primer gran reportero gráfico de Granada

Comunicación - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 11 de Septiembre de 2022
Esta es la historia del primer reportero gráfico, pero también, una crónica visual de la Granada del primer medio siglo XX que, mediante las más de 200.000 imágenes que con la firma de Torres Molina fueron distribuidas por el mundo. Un reportaje deslumbrante de Gabriel Pozo Felguera, del que disfrutarás, profusamente ilustrado, de un genio de la fotografía, cuyo archivo aún guarda un volumen inédito.
Batería instalada por los golpistas la tarde del 20 de julio de 1936 para controlar el Ayuntamiento.
TORRES MOLINA.
Batería instalada por los golpistas la tarde del 20 de julio de 1936 para controlar el Ayuntamiento.
  • Sus apellidos dieron nombre a una saga/empresa que recogió en fotos la vida de Granada durante la primera mitad del siglo XX

  • Dio a conocer las bellezas de Granada en las revistas gráficas españolas desde la segunda década del siglo XX

Es muy probable que haya más de 200.000 fotografías repartidas por el mundo con la firma de Torres Molina. La mayoría son paisajes urbanos de Granada y retratos personales. Pero también existen infinidad de instantáneas contenidas en archivos, revistas y periódicos que abarcan el primer medio siglo XX. Torres Molina son los apellidos del fotógrafo más famoso y conocido de la ciudad. Y mira que los ha habido en abundancia y buenos. La historia de la fotografía no se puede entender sin la presencia de Manuel Torres Molina. Empezó solo cuando se iniciaba el siglo y acabó dando nombre a una firma en la que colaboraron varios fotógrafos más. Su archivo es bastante conocido; pero sus nietos guardan todavía una buena parte de su trabajo inédito de una Granada que ya no existe. Es su intención catalogarlo y darlo a conocer en los próximos años. Manuel Torres Molina se convirtió en el primer reportero gráfico de prensa en cuanto los periódicos alcanzaron la tecnología suficiente para poder imprimirlas. En este artículo me voy a centrar en esta faceta divulgadora del insigne fotógrafo, especialmente la dura etapa de la II República y guerra civil 1936-39.

Desde la década de 1860 empezaron a abundar los fotógrafos en Granada, sobre todo debido a la llegada de los primeros profesionales franceses que la trajeron. La Alhambra y la ciudad, con su paisaje quebrado, ofrecían un importante atractivo plástico para los primeros fotógrafos. Como antes lo habían sido para pintores y grabadores extranjeros. El francés Mouzaisse, establecido pronto en la ciudad, fue el maestro de José Camino, García Ayola, Señán, Linares, Torres García… 

A finales del siglo XIX montó uno de los muchos estudios fotográficos que proliferaron por el centro de Granada; concretamente en la calle Mesones. Cada tarde, tras salir del colegio, iba un jovencito a ayudarle y aprender, sobrino suyo, llamado Manuel Torres Molina

Este último, José Torres García, es el que más me interesa para esta historia. A finales del siglo XIX montó uno de los muchos estudios fotográficos que proliferaron por el centro de Granada; concretamente en la calle Mesones. Cada tarde, tras salir del colegio, iba un jovencito a ayudarle y aprender, sobrino suyo, llamado Manuel Torres Molina. Este muchacho había nacido el 29 de septiembre de 1883. A sus veintidós años ya consta como fotógrafo que intentaba ganarse la vida en el ejercicio de esta profesión. En 1905 se documenta su primer premio en una exposición de fotografía local. Abrió estudio de fotografía en la Acera del Casino, tras la compra del negocio a García Ayola hijo. Eran los tiempos en que la fotografía turística estaba copada por Señán y González en la Alhambra; por eso, Manuel Torres Molina se especializó en el retrato artístico de personas y familias.  

Retrato en pinatipia hecho a Manuel Torres Molina por su hijo Juan (en 1925). A la derecha, autorretrato en la década de los años cincuenta.

No debió irle mal el negocio al principio, pues en 1907 montó una galería fotográfica en la azotea del edificio número 27 de la Acera del Casino. Unos números antes ya la habían tenido cerca  José Camino y García Ayola hijo. ¿Por qué todos en las terrazas? Sencillamente, porque era el lugar adonde llegaba más luz; jugaban con cortinas y filtros para permitir la entrada de mayor o menor luminosidad. Por entonces no existía la iluminación artificial. 

Pocos años más tarde, en 1913, Torres Molina abrió nuevo estudio en los bajos del número 13 de la Acera del Casino. Manuel Torres Molina había empezado a utilizar la luz eléctrica para iluminar a sus retratados, ya no era imprescindible contar con la luz solar

Pocos años más tarde, en 1913, Torres Molina abrió nuevo estudio en los bajos del número 13 de la Acera del Casino. Manuel Torres Molina había empezado a utilizar la luz eléctrica para iluminar a sus retratados, ya no era imprescindible contar con la luz solar. Además, introdujo el maquillaje de las caras y preparado de los posados, con retoques en vestuario o incluso préstamos de vestimenta a quienes no la tenían. Del retrato natural anterior, Torres Molina había pasado al retrato de estudio como hoy lo entendemos. Los resultados fueron espectaculares, ya que no sólo retrataba, sino que retocaba en pastel y óleo. Importó la maquinaria más avanzada de Europa en la que podía hacer reproducciones de casi dos metros.

En la segunda década del siglo XX surgieron con fuerza las colecciones de fotografías de paisajes urbanos. Granada, como ciudad muy plástica, ofrecía grandes posibilidades

En la segunda década del siglo XX surgieron con fuerza las colecciones de fotografías de paisajes urbanos. Granada, como ciudad muy plástica, ofrecía grandes posibilidades. Manuel Torres Molina se introdujo también en este nuevo nicho de negocio. Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que de su laboratorio salieron cientos de miles de fotografías de monumentos, personas y actividades que se repartieron por el mundo. Torres Molina tuvo mucho que ver en el conocimiento masivo de las bellezas de Granada por el mundo. La gente vio en sus fotografías, postales e instantáneas en prensa la Granada que Torres Molina interpretaba a través de sus objetivos. 

En la década de 1910-20, con la eclosión de la prensa ilustrada, fue cuando Torres Molina se dio a conocer masivamente en España

En la década de 1910-20, con la eclosión de la prensa ilustrada, fue cuando Torres Molina se dio a conocer masivamente en España. El noventa por ciento de fotografías que se publicaron de Granada en los papeles de aquella época habían salido de su cámara. Poco a poco, casi sin saberlo, Torres Molina hizo una transición de retratista de estudio a reportero o periodista gráfico. La mayor ligereza de los equipos y la mayor sensibilidad de placas y negativos le permitieron plantarse en la calle y plasmar en medio segundo lo que estaba aconteciendo; ya no era necesario mantener exposiciones de varios segundos. La actualidad mandaba, la inmediatez y el instante preciso eran vitales para captar el suceso. Y ese aspecto supo entenderlo a la perfección nuestro paisano Manuel Torres Molina. Incluso se atrevió, en 1921, a subirse a un avión y hacer varias fotografías de la ciudad. No fueron las primeras tomas aéreas de Granada, pero sí fue el primer fotógrafo que ofrecía un servicio de fotografía aérea para instituciones o empresas que se lo encargaran.

El filón de la Alhambra

La Alhambra fue el primer filón que encontró Manuel Torres Molina para divulgar sus fotografías monumentales y de actualidad. También como testigo/cronista de las profundas reformas (y destrozos) que emprendió su director Modesto Cendoya. No había excavación o restauración que no quedase plasmada por el objetivo de Torres Molina. Ni visita importante al monumento que no quedara inmortalizada; algunas de aquellas fotografías fueron publicadas en la prensa de Madrid (en Granada los periódicos todavía no podían publicar fotos). En los archivos de la Alhambra y el Generalife se guardan infinidad de ellas. Torres Molina se convirtió en el fotógrafo oficial de la ciudadela durante el resto de su vida; con la llegada de Torres Balbás a la dirección de la Alhambra (en 1923), el papel del fotógrafo se reforzó y profesionalizó aún más, como fiel cronista del nuevo rumbo que iban a tomar las restauraciones con el joven arquitecto.

Las primeras fotografías que aparecieron de Torres Molina en la prensa nacional fueron precisamente de la Alhambra

Las primeras fotografías que aparecieron de Torres Molina en la prensa nacional fueron precisamente de la Alhambra; la presencia de la firma Torres Molina en las imprentas de Madrid y Barcelona comenzó en 1912 y ya no cesaría hasta la década de los años cincuenta del siglo XX. 

C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1912. Mundo Gráfico.PNGPrimera foto de Torres Molina publicada en el semanario madrileño Mundo Gráfico. Recoge la visita del expresidente argentino Figuera Alcorta a la Alhambra, en el año 1912.

También en octubre de 1912 fotografió al asesino de la tiple teatral Emilia Portillo (foto de arriba). Envió a la prensa nacional fotos de todos los que se vieron implicados, así como del impresionante entierro que le dispensó una conmocionada ciudad de provincias. Estas fotos pertenecen a la revista Las Ocurrencias (25 de octubre de 1912). Torres Molina estaba convertido en reportero de actualidad gráfica.

En el año 1916, Manuel Torres Molina fue fichado como corresponsal gráfico de la revista ilustrada Mundo Gráfico

En el año 1916, Manuel Torres Molina fue fichado como corresponsal gráfico de la revista ilustrada Mundo Gráfico. Aquel año publicaba prácticamente en todos los números semanales; aportaba paisajes monumentales o vistas de la ciudad de Granada. Fueron de las primeras y mejores fotos en prensa por las que la sociedad española pudo conocer los mejores rincones de Granada. 

Ilustres personalidades de Tánger posaron para Torres Molina en el Salón de Embajadores y delante de la fuente de los Leones. 
Las omnipresentes gitanas del Sacromonte solían ser también muy apreciadas para posar y publicar en las revistas de principios del siglo XX.

En 1916 se acabó de construir el edificio El Americano, al final de la Gran Vía. Ahí estaba la cámara de Torres Molina para comunicarlo al mundo. A la izquierda estaba todavía sin construir el solar de la futura Escuela Normal del Profesorado. A la derecha no aparece el Instituto Padre Suárez, todavía estaba sin acabar.

Cabalgata de Reyes y Reinas. En 1917 (foto de arriba), España conoció la grandiosidad de la cabalgata de Reyes más antigua del país, según el reportaje gráfico que envió Torres Molina a Mundo Gráfico. Parte de la comparsa posaba en la escalera del Ayuntamiento antes de salir a repartir regalos a los asilos. Las dos fotos de abajo corresponden a 1927 y 1928; presentan la particularidad de que en ellas aparecen los Reyes Magos junto con las Reinas Magas. Aquellas cabalgatas de los años veinte y treinta, que organizaba el Centro Artístico, fueron muy adelantadas a su tiempo en cuanto a paridad de género. Muy feministas. 

C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1917. Gracias de dios.PNG

En 1917 actuó en Granada la famosa tiple Dionisia Lahera. Representó el papel de Eugenia de Montijo. El fotógrafo Torres Molina se la llevó a un mirador del Albayzín para retratarla con la Alcazaba de la Alhambra al fondo. La promoción que hizo de Granada con esta estampa fue impagable.

Tres asesinatos en la huelga de 1919. La noticia más negra registrada por la cámara de Torres Molina ocurrió en las manifestaciones estudiantiles de febrero de 1919. La guardia civil persiguió a estudiantes y obreros por las calles céntricas de Granada; sus disparos causaron las muertes de un obrero, un estudiante frente a la facultad de Derecho y una mujer asomada a una ventana. Toda España conoció por la foto grande de arriba el cordón de guardias a caballo desplegado sobre el embovedado de Puerta Real y su sangrienta represión. La reacción fue unánime en todo el país, que se sumó a los huelguistas granadinos y provocó la caída del alcalde Felipe La Chica (aparece retratado en el circulito de la izquierda). 

Espectacular foto aérea que hizo en 1921 de la Alhambra.

C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1922. Dia San Cristóbal.PNG

Actualidad social granadina. En 1922 enviaba con asiduidad fotografías representativas de la actualidad social en Granada. En este caso, aprovechó la festividad de San Cristóbal (10 de julio) para remitir varias fotos de procesión con automóviles, ofrenda ante el monumento a Isabel la Católica en el Salón, concurso de belleza y reunión de senadores en Granada.

Tres Alhambra ruinosa. En 1923 fue cesado Modesto Cendoya como director de la Alhambra y sustituido por Torres Balbás. Estas fotos fueron enviadas a Madrid para que se conociera la ruina en que estaba convertida la Alhambra en la etapa anterior; pertenecen al palacio de Machuca.

C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1925. Musas de la poesia.PNG

Las musas de la Poesía. En el Corpus de 1925, Eduardo Marquina montó en el Palacio de Carlos V la Fiesta de la Poesía. Hizo una reproducción de la Acrópolis de Atenas con las nueve musas. Se prestaron a ello nueve muchachas de lo más alto de la aristocracia y la burguesía granadinas (Marina Moreno Agrela, Purita La Chica, Ketti García Valdecasas, Francisca Carrillo de Albornoz, etc) . Y Torres Molina las retrató en su ambiente en las publicó en la revista Mundo Gráfico. Eran tiempos en los que Granada salía en la prensa nacional por temas culturales o positivos.

C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1925. Ganivet.PNG

El retorno de Ganivet. Aunque quizás la noticia cultural más importante de Granada en 1925 fue la repatriación de los restos de Ángel Ganivet desde Estonia a Granada, a los 27 años de su suicidio. Torres Molina dio a conocer el homenaje que le tributó su ciudad en el monumento de Juan Cristóbal, levantado poco antes en la Alhambra, la despedida de sus paisanos en el Ayuntamiento y el momento en que el doctor Fermín Garrido (mirando a cámara por petición del fotógrafo) se dispone a certificar que la momia de la caja corresponde a Ganivet.

Reportero de sucesos. No sólo le importaban a Torres Molina las noticias sociales, también corrió a levantar acta gráfica del accidente de tren que tuvo lugar el 2 de junio 1926 entre Maracena y Albolote. A pesar de lo espectacular, sólo resultaron heridos de gravedad cuatro de los viajeros. También por aquellos años se encargó de “fotografíar” al duende del Darro y los asesinatos de El Padul que conmocionaron a Granada.

En el verano de 1927 tocó el turno de informar a España que el joven catedrático Antonio Gallego Burín y el escenógrafo Hermenegildo Lanz, con otros muchos colaboradores, habían recuperado la tradición perdida hace siglos de representar Autos Sacramentales. Estas fotos de Torres Molina fueron publicadas por varios periódicos de tirada nacional. Las representaciones tuvieron lugar en el Patio de los Aljibes de la Alhambra. Granada estaba de moda por su abundante programación cultural.

El Corpus de 1929. Todavía aquel año España no se había enterado de que la crisis económica mundial había estallado. Seguían brillando los tres jueves del año que relucían más que el sol. Granada y su jueves de Corpus concitaban la atención de toda Andalucía. En esta foto de Torres Molina se ve a los reyes gigantes acompañar a la Custodia en su salida de la Catedral.

C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1930. Toma.PNG C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1930. Fiestas.PNG

Hasta el año 1930, el corresponsal gráfico por excelencia de Granada había estado enviado a revistas de Madrid y Barcelona fotos de fiestas, acontecimientos sociales, deportes, toros, algún suceso sonado (como el crimen de dos guardias civiles en 1919, día de la Reconquista –Toma- y Corpus, como se ve en las fotos de arriba). Solamente había habido un hecho conflictivo y luctuoso en sus crónicas: la revuelta estudiantil y obrera de 1919 que costó tres muertos por disparos de las fuerzas policiales e infinidad de heridos.

A partir de 1931 se registró un drástico cambio de temática de nuestro primer reportero gráfico. Con la proclamación de la II República y la crudeza de la crisis económica mundial, que tanto se cebó en Granada, las fotos Manuel Torres Molina enviaba al resto de España hablaban de una Granada donde se quemaban iglesias, periódicos, casinos de ricos, fábricas, huelgas y tumultos. 

Lo que no conocemos es si también fotografió para su archivo personal y secreto los desmanes cometidos por los sublevados en los campos de la Alfaguara y el cementerio de San José. Quizás aparezca algo jugoso cuando se catalogue

Y por si esto fuera poco, a partir del golpe de estado del 20 de julio de 1936, las fotos ya eran abiertamente de conflicto bélico. Con soldados y armas tomando las calles, aviones republicanos bombardeando edificios de la capital y desfiles militares. Todos aquellos acontecimientos los vivieron los Torres Molina (al padre se había sumado su hijo Juan al final de los años veinte, además de algún colaborador más). Lo que no conocemos es si también fotografió para su archivo personal y secreto los desmanes cometidos por los sublevados en los campos de la Alfaguara y el cementerio de San José. Quizás aparezca algo jugoso cuando se catalogue.

La casa Torres Molina fue proveedor de fotografías del diario católico El Triunfo, desde que tuvo tecnología de fotograbado hasta que los izquierdistas lo quemaron. Después, a partir de mayo de 1932, se pasaron al nuevo periódico católico Ideal; éste sí tenía tecnología para imprimir fotografías con cierta abundancia y calidad. En Ideal se publicó a partir de 1932 la mayor parte del trabajo gráfico con la firma Torres Molina; sus páginas están repletas de sus fotografías. Así como también lo estuvo su archivo, del que se conserva todavía una buena parte en este diario. Pero, por desgracia, han ido desapareciendo muchas de las fotografías que se publicaron; las no publicadas están perdidas por archivos personales. 

Manuel Torres Molina fue el iniciador de la empresa; después su hijo Juan continuó firmando también como Torres Molina; varios empleados trabajaron para la casa como fotógrafos gráficos (Francisco Fornieles, Juan Granados, etc.), aunque sus fotografías también aparecían firmadas como Torres Molina. Esta empresa de fotografía llegó a tener tanta clientela que daba empleo a unas cuantas personas. El patriarca dirigía la empresa y se dedicaba a enseñar en la Escuela de Fotografía en su edad provecta. Incluso con el tiempo construyó el Cine Madrigal, que es el único que permanece abierto entre los tradicionales del casco histórico de Granada.

¿Qué fue del archivo Torres Molina?

La casa Torres Molina, con más de medio siglo firmando fotografías en prensa nacional y local, ha acumulado decenas de miles de placas, negativos y positivos. Se calcula que han sido más de 200.000. Ahora bien, eso no significa que el archivo esté formado por tan enorme cantidad de instantáneas de Granada. Ese trabajo de tantos años se encuentra repartido entre las revistas, periódicos y diversos archivos (Alhambra, Municipal de Granada, Casa de los Tiros, Fototeca Nacional, etc.). En manos de los nietos de Manuel Torres Molina, sus herederos granadinos, en realidad son bastantes menos las que se pueden contar. En realidad, ni ellos mismos lo saben con certeza en estos momentos.

Está a buen recaudo en un lugar secreto del centro de Granada. Permanece sin ordenar y catalogar en este momento. Seguro que cuando se comience a catalogarlo arrojará infinidad de sorpresas

El impresionante y enigmático archivo de Torres Molina nunca estuvo depositado en su casa de la calle San Juan de Dios del Albayzín. Está a buen recaudo en un lugar secreto del centro de Granada. Permanece sin ordenar y catalogar en este momento. Seguro que cuando se comience a catalogarlo arrojará infinidad de sorpresas. Uno de sus nietos, José Torres-Molina, ha informado a este diario que dentro de unos tres o cuatro años es intención de la familia proceder a su catalogación y restauración. Han sido muchas las peticiones de coleccionistas e instituciones que se han ofrecido a colaborar en ordenarlo y darlo a conocer. En estos momentos la familia afirma que todavía no se puede hacer visible ese legado.

Tampoco se conoce el estado real de conservación después de tantos años de almacenamiento y algunos traslados de ubicación. Y alguna inundación del río Darro

Los fondos de placas de cristal de Torres Molina están compuestos por formatos de todos tipos y sistemas, desde cristales de 4x4, estereoscópicos, hasta placas de 18x24. Tampoco se conoce el estado real de conservación después de tantos años de almacenamiento y algunos traslados de ubicación. Y alguna inundación del río Darro.

De vez en cuando suelen aparecer sorpresas cuando se procede a catalogar fotos que hicieron los fotógrafos de la casa Torres Molina. Algunas de las apariciones más recientes se refieren a fotos hechas durante la II República en Granada, la guerra civil y los primeros años del franquismo. Vamos a comentar algunas que resultan un tanto novedosas; están guardadas en la Fototeca Nacional o en fondos del Archivo Histórico Municipal de Granada.

C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1932. armerías 1.PNG

C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1932. Armerias asaltadas.PNG

C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1932. armerias 3.PNG

Asalto a armerías y revueltas por la Sanjurjada. El 10 de agosto de 1932 se registró el golpe de estado fallido del general Sanjurjo, o Sanjurjada. Los partidos y sindicatos de izquierdas corrieron a asaltar las armerías de la ciudad y hacerse con armamento para salir a la calle contra los golpistas. Torres Molina se encontraba en la calle Mesones para dar fe con su cámara del asalto a las dos principales armerías de Granada. Las fuerzas de seguridad y el Ejército consiguieron requisar tanto las armas robadas como las que abundaban en las casas. Las custodiaron en el Cuartel de Artillería durante los años siguientes. En el alzamiento del 20 de julio de 1936, los izquierdistas exigieron la entrega de esas armas para combatir el golpe de estado. Pero las autoridades republicanas se negaron a armar al pueblo, como estaba ocurriendo en otras ciudades en que fracasó el golpe. En parte, a aquella negativa se achacó el triunfo del alzamiento militar en Granada. 

También unos cuantos exaltados treparon por los balcones de la casa del Conde de Guadiana 

También en los tumultos de 1932, los manifestantes de izquierdas incendiaron algunos vehículos y volcaron la furgoneta de Correos que se ve en la última foto de arriba, en la calle Reyes Católicos, por debajo de la Plaza del Carmen. También unos cuantos exaltados treparon por los balcones de la casa del Conde de Guadiana (ubicada a continuación del Hotel Victoria), pero fueron repelidos a tiros por su propietario.

Restos del Café Royal que estaba situado en la Plaza del Carmen, justo frente al Ayuntamiento.
C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1936. Cafe Colón.PNGEdificio del café Colón y Sociedad Sierra Nevada, derrumbado por el incendio del 10 de marzo de 1936. (Actual edificio Costales).
C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1936. San Nicolas.PNGIglesia de San Nicolás, con la techumbre devastada por las llamas. 
Estado en que quedó la iglesia del Salvador tras el incendio. Sólo quedaron en pie la torre y los muros laterales.
C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1936. Ideal.PNGPeriódico Ideal tras el incendio. 
Casa de Falange de la Cuesta del Progreso.
C:\Users\Mr. X\Desktop\TORRES MOLINA\1936. Junta accion popular.PNGSede del partido Acción Popular (CEDA).
Restos del Teatro Isabel la Católica.
Los atentados del 10 de marzo de 1936. Los partidos y sindicatos granadinos de izquierdas decidieron tomarse la justicia por su mano tras los resultados de las elecciones generales de unos días antes. En Granada fueron anulados los comicios bajo la acusación de trampa por parte de las candidaturas derechistas (CEDA fundamentalmente); las elecciones las habían  ganado los partidos del Frente Popular en el resto de España. Los exaltados de la capital y algunos pueblos del cinturón (sobre todo Maracena) organizaron la quema de casas y propiedades relacionadas con lo que consideraban partidos contrarrevolucionarios. Aquel día quemaron las iglesias del Salvador, San Nicolás y San Luis; pegaron fuego a los cafés Colón y Royal, donde solían acudir las clases altas granadinas; en el primero también tenía sede la Sociedad Sierra Nevada. Después prendieron fuego a la Sociedad de Tenis, a la sede de Falange y a la de Acción Popular (uno de los partidos de la CEDA). No se libró de las llamas ni el teatro Isabel la Católica, ubicado en la Plaza de los Campos, por ser el lugar elegido por las derechas para sus mítines. El último edificio en ser “purificado por las llamas” fue el periódico católico Ideal, ubicado por entonces en la calle San Jerónimo (actual aulario del Conservatorio de Música). También quemaron la fábrica de Chocolates San Antonio. Allí acudió Torres Molina para dejar rastro histórico de lo acontecido.
 

Retratista de la guerra civil. Manuel Torres Molina no dudó un instante en coger su cámara y mezclarse con los militares alzados de Granada para retratarlos en sus movimientos. Hizo posar a este grupo de soldados de artillería en el amanecer del día 21 de julio de 1936 cuando permanecían con su cañón apuntando al Ayuntamiento. La tarde anterior, el capitán López Rubio los había colocado allí, mientras el teniente coronel Miguel del Campo exigía dentro la rendición del alcalde y la corporación municipal.

Torres Molina fotografió las consecuencias de los bombardeos republicanos en la ciudad, acompañó a los beligerantes a los frentes, estuvo en los desfiles y retrató la vida social de una ciudad sitiada

Fotógrafos de la casa Torres Molina se encargaron de sacar miles de fotografías durante los tres años del conflicto bélico. Muchas de aquellas fotos pasaron a archivos nacionales, mientras que algunas otras se publicaron a diario en el periódico Ideal (se conservan muy pocos originales). Pero la mayoría de placas no se podían dar a conocer por cuestiones militares; es de suponer que algunas de ellas permanecen en el archivo desde entonces. Torres Molina fotografió las consecuencias de los bombardeos republicanos en la ciudad, acompañó a los beligerantes a los frentes, estuvo en los desfiles y retrató la vida social de una ciudad sitiada.

El 1 de agosto de 1936, un avión de Los Alcázares, descargó las primeras bombas sobre Granada. Uno de los explosivos acertó sobre la casa del ciclista Joaquín Bailón (el primero en participar en la Vuelta a España). Estaba situada en la calle Acera de Canasteros. La explosión causó seis víctimas.

 El 10 de agosto de 1936 cayó una bomba en la puerta de una casa de la calle Hornillo de Cartuja. En una silla estaba sentado un anciano, que falleció a causa de la metralla.

Otra bomba cayó sobre el Carmen de Taboada y provocó un incendio. Esta casa estaba situada en la calle Zenete, por debajo del Carril de la Lona. El lugar quedó destrozado; su propietario, el catedrático José Taboada Tundidor, fue desterrado a Málaga y el abandono hizo el resto. En la biblioteca acumulaba unos 2.500 libros. En los años setenta, la zona pasó a propiedad municipal, que proyectó un mirador volado y un jardín. Sólo se hicieron los muros perimetrales y la cimentación del mirador. Hoy es una zona verde en pendiente y un excelente cagadero de perros.

Uno de los aviones republicanos fue abatido o cayó por avería. Sus restos quedaron esparcidos a las afueras de Granada.

Milicianos en los frentes de guerra. Torres Molina, de sus visitas a los frentes, volvía con interesante material gráfico. En las tres fotos anteriores se ve la recua de mulas militares con soldados subiendo al frente de Sierra Nevada. En la siguiente foto, tomada en la zona del Cerro de las Cabezas, unos falangistas simulan disparar contra el enemigo. La tercera foto está tomada en las inmediaciones de Beas de Granada, con dos milicianos nacionales mirando hacia la Vega. 

Un grupo de “granadinos patriotas” posó para Torres Molina en el patio del Colegio San Bartolomé y Santiago. Era el lugar de reunión para repartir el trabajo o acudir a echar una mano. Se trataba de hombres de mediana edad, no falangistas ni militares, pero que se prestaron a ayudar a los combatientes.

Italianos en Granada. Cuando se conoció en Granada, ya en el verano de 1936, que Benito Musolini había decidido apoyar a los alzados en España, en Granada se organizó una multitudinaria manifestación (coches incluidos) para mostrar su alegría al alcalde Miguel del Campo frente al Ayuntamiento. Se ve a un grupo de falangistas con el brazo alzado saludando en la parte izquierda de la foto.

En febrero de 1937, las tropas italianas que habían tomado Málaga se encaminaron hacia Zafarraya para tomar la comarca de Alhama, todavía fiel a la República

En febrero de 1937, las tropas italianas que habían tomado Málaga se encaminaron hacia Zafarraya para tomar la comarca de Alhama, todavía fiel a la República. La foto de abajo fue tomada también por un fotógrafo del estudio Torres Molina que acompañaba a la columna; es una brigada de legionarios italianos inspeccionando el terreno.

Tras la "Desbandá". Esta instantánea fue tomada en un lugar indeterminado de la costa granadina o malagueña, a finales de febrero o principios de marzo de 1937, con varias familias regresando a sus casas tras la “Desbandá” del 7 de febrero registrada durante el bombardeo y toma de Málaga.

Y la guerra terminó. Esta fotografía fue tomada por Torres Molina el 20 de abril de 1939, sólo tres semanas después de acabar la guerra civil. Franco y el general Queipo de Llano visitaron la Alhambra (y Granada) tras haber ganado la guerra civil. Esta foto pertenece a una publicación del Ayuntamiento; el original de Torres Molina está en paradero desconocido.

RESUMEN BIOGRÁFICO DE MANUEL TORRES MOLINA

  • Nacimiento: 29 de septiembre de 1883.

  • Fallecimiento: 8 de febrero de 1967

  • Reconocimientos profesionales: En 1905, Primera Medalla en la Exposición de Bellas Artes de Granada. En 1950, Cruz de Alfonso X el Sabio. En 1957, Medalla al Mérito del Trabajo.

  • Cónyuge: Purificación Díaz Alonso. Tuvo con ella a Juan Torres-Molina Díaz.

  • Empresa: Siempre tuvo laboratorio, estudio tienda en varios edificios de la Acera del Casino. Posteriormente construyó el Cine Madrigal en la Carrera de la Virgen.

  • Fue profesor de fotografía de la Escuela de Fotografía de Granada, creada en 1917, hasta que se jubiló en 1953. Promovió el museo fotográfico de la Escuela de Artes y Oficios.

  • Corresponsal gráfico de La Esfera, Granada Gráfica, Mundo Gráfico, Blanco y Negro, ABC, La Vanguardia, La Unión Ilustrada, Ideal, el Noticiero Granadino, agencia EFE, etc. Miembro de la Asociación de la Prensa de Granada, del Liceo, del Centro Artístico; trabajó para la Comisión Provincial de Monumentos, para la Alhambra, el Ayuntamiento de la capital. Fue directivo del Granada C. F.

  • El Ayuntamiento le dedicó una calle en el barrio del Zaidín, tras fallecer en 1967.

Otros reportajes de Gabriel Pozo Felguera: