Manuel Torres Molina da nombre al nuevo premio de fotoperiodismo de la Asociación de Periodistas de Granada
La Asociación de Periodistas de Granada (APG) ha decidido dar el nombre de Manuel Torres Molina (1883-1967) su primer premio de fotoperiodismo, que se enmarca dentro de sus Premios de Periodismo, que este año alcanzan su tercera edición y quieren rendir tributo a esta parte fundamental a la hora de contar las historias.
El a partir de ahora conocido como Premio Manuel Torres Molina se suma a los tres galardones que cada año entrega la APG: Luis Seco de Lucena, a la trayectoria profesional, Constantino Ruiz Carnero, a la libertad de expresión y El Defensor de Granada, al mejor trabajo o labor informativa anual, con el fin de estimular el ejercicio profesional en cualquier medio de comunicación
Torres Molina es considerado por muchos como el fotógrafo profesional más importante del siglo XX en la provincia, fruto de su mezcla de instantaneidad y registro, que combina con otras temáticas recurrentes en la fotografía de arte y monumental, que le permitieron conservar para la posteridad algunos de los momentos más importantes de la historia reciente de Granada.
De la casta le viene al galgo. Manuel Torres Molina obtuvo su formación inicial de la mano de su tío, José Torres García, fotógrafo retratista activo durante los años finales del siglo XIX, con su estudio en la céntrica calle Mesones de la capital. A partir de ahí, continúo su actividad profesional en el campo del retrato, pero sus inquietudes artísticas le llevaron por otros derroteros más ambiciosos, vinculándose tempranamente a un nutrido grupo de jóvenes artistas e intelectuales que protagonizaron el renacimiento cultural granadino de los primeros años del siglo XX, una de cuyas manifestaciones menos conocidas fue la práctica amateur de la fotografía.
Durante el Corpus de 1905 tuvo lugar la primera Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas que dio entrada a la fotografía de manera formal, equiparándola con el resto de las disciplinas artísticas e incluyéndola como una sección específica. Unos años después, en 1908, cuando el Centro Artístico y Literario volvió a abrir sus puertas, Manuel Torres Molina fue uno de sus primeros socios. En su seno se continuaría e institucionalizaría una importante labor de fomento de la afición fotográfica que discurrió paralela a la consagración de Torres Molina como fotógrafo profesional.
Aunque el retrato constituyera el fundamento económico de su actividad profesional, los mayores logros y reconocimientos los obtendría, sin embargo, en el ejercicio como reportero gráfico e ilustrador fotográfico de numerosas revistas y diarios: Granada, Ilíberis, Unión Ilustrada (Málaga), La Esfera, Mundo Gráfico, Blanco y Negro y ABC (desde 1913), entre otros. Del mismo modo, publicó en revistas especializadas de fotografía, como Criterium, Arte Fotográfico y el Anuario Español de 1924. Cuando la imagen fotográfica comenzó a poblar las publicaciones periódicas locales, las empresas editoriales contaron con él como profesional más capacitado para afrontar esta tarea. Desde 1926 colaboró establemente con el Noticiero Granadino –primer diario local que hizo uso sistemático de la fotografía– y, a raíz de la fundación del diario Ideal en 1932, se convertiría también en su principal colaborador gráfico. Ya en la década de 1940, suministró habitualmente fotografías a la Agencia EFE, ejerciendo además como miembro del Servicio Artístico de la Junta Técnica del Estado y fotógrafo oficial de los monumentos de la Alhambra y demás patronatos artísticos de Granada.
El a partir de ahora conocido como Premio Manuel Torres Molina se suma a los tres galardones que cada año entrega la APG: Luis Seco de Lucena, a la trayectoria profesional, Constantino Ruiz Carnero, a la libertad de expresión y El Defensor de Granada, al mejor trabajo o labor informativa anual, con el fin de estimular el ejercicio profesional en cualquier medio de comunicación.