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En el Día Internacional de las Mujeres reivindicamos el papel femenino en la construcción de los procesos de paz

Son de paz

Ciudadanía - P. Robles - Miércoles, 8 de Marzo de 2017
8 de marzo. Día Internacional de las Mujeres. Día para vindicar, reivindicar, denunciar, visibilizar y concienciar. Sí. Un año más. Pero en son de paz. Y es que las mujeres han -hemos- contribuido desde el más ensordecedor de los silencios a asentar los pilares en procesos de paz aparentemente imposibles. Pequeños y simbólicos gestos femeninos que han destapado grandes genocidios, grandes crímenes contra la humanidad. Mujeres de Negro, Abuelas y Madres de la Plaza de Mayo… Código Rosa, mujeres de blanco, códigos universales que se desarrollan por todo el Planeta; y sexo(s) caídos. Mujeres, todas, que construyen las paces.
Purificación Ubric, doctora e investigadora de la Universidad de Granada en el Instituto de Paz y Conflictos de la UGR.
Raquel Marín
Purificación Ubric, doctora e investigadora de la Universidad de Granada en el Instituto de Paz y Conflictos de la UGR.

No en vano, si hay un Nobel eminentemente femenino es el de la Paz. Dieciséis son las mujeres que pueden presumir de haberlo conseguido. La primera, ya en 1905, antes incluso de las Contiendas Mundiales, la checa Bertha Von Suttner, inspiradora, quizá del pacifismo moderno. Así y todo, a quien suscribe estas palabras, 16 mujeres le parecen pocas. Sobre todo si una tiene la suerte de disfrutar del apasionado y humilde discurso de expertas en género y paz como Purificación Ubric, doctora e investigadora de la Universidad de Granada en el Instituto de Paz y Conflictos de la UGR. Aunque no abunda en el continente europeo la literatura de género y paz, las referencias y aportaciones del mundo anglosajón son amplias y destacadas. En España, son cada vez más los especialistas, hombres y mujeres, que ofrecen su visión sobre esta relación, siquiera casual, entre feminismo y paz. Sobre género y pacifismo.

'La Universidad de Granada, con el Instituto de Paz y Conflictos, es pionera en esta disciplina'

“En el caso de la Universidad de Granada, el Instituto de Paz y Conflictos es pionero en esta disciplina. En concreto, en el máster de Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos –y habría que remontarse a los orígenes del Instituto- se imparte una asignatura sobre Género y Paz. Cada vez más son las voces académicas y tesis doctorales que aportan su visión a este conocimiento”, afirma Ubric. La heterogeneidad disciplinar desde la que se aborda un conocimiento, históricamente relegado al olvido, aporta valor y multitud de puntos de vista. Por eso, no es raro que el lector escuche hablar de feminismos y ecofeminismos varios. La perspectiva de género y paz, afortunadamente, es diversa.



Libros sobre mujer y Cultura de la Paz. Raquel Marín

Hasta ahora, poco se ha sabido de la aportación de las mujeres en la construcción de los procesos de paz. De las paces. A quien suscribe estas líneas, le parece que este silencio es cosa del discurso homogéneo del patriarcado

Hasta ahora, poco se ha sabido de la aportación de las mujeres en la construcción de los procesos de paz. De las paces. A quien suscribe estas líneas, le parece que este silencio es cosa del discurso homogéneo del patriarcado. Desde el punto de vista de Purificación Ubric, “la perspectiva de género que resulta de gran utilidad y aplicación en los estudios de paz y conflictos, permite analizar los roles que a lo largo de la historia se han asignado a hombres y mujeres en estos ámbitos. En casi todas las sociedades y épocas históricas los hombres han sido vinculados a los ejércitos, a la violencia y la guerra, mientras que las mujeres han estado más ligadas a prácticas relacionadas con el sustento de la vida, el cuidado, la compasión y la mediación, lo que hace que sus experiencias sean profundamente valiosas para la construcción de una cultura de paz”. 

Tampoco es extraño que no abunden los ensayos ni estudios sobre las mujeres y la paz; y es que tristemente las mujeres, como los niños, son las grandes víctimas de la desazón de la guerra. Mujeres que, en contienda, sufren todo tipo de vejaciones y abusos. Mujeres, víctimas, a las que, con justicia, cuesta trabajo no prestar atención. El papel de las mujeres en los procesos de pacificación,  el discurso en positivo,  ha sido, pues, relegado a un segundo plano.

El papel de las mujeres en los procesos de pacificación,  el discurso en positivo,  ha sido, pues, relegado a un segundo plano.

Por fortuna, las voces del pacifismo, de los feminismos y los ecofeminismos, y ¿cómo no? de las nuevas masculinidades (que también fueron y son muchos hombres privados de su femineidad) empiezan a sonar… y con fuerza. Y es que el discurso de los feminismos no puede ni debe ser entendido, ni mucho menos defendido desde la violencia. Bastante tiempo hemos tenido las mujeres para aprender de nuestra propia historia, escrita en infinitas ocasiones, a fuerza de golpes y vejaciones. Las voces de los feminismos claman también por la paz planetaria,  que es una paz sin fronteras; y es una paz para la madre Tierra. Cuántos conflictos no son fruto precisamente de la lucha por una pretendida escasez de recursos… Cuánto daño infligido a la madre Tierra en aras de una industrialización y un crecimiento abanderados por la ciencia y la tecnología sin límites. Y cuánta necesidad de prosperar y crecer hoy, como si no hubiera un mañana, como si las generaciones venideras debieran pagar por nuestros excesos…



La investigadora Purificación Ubric. Raquel Marín

Desde el rigor académico, la investigadora Purificación Ubric, circunscribe los ecofeminismos,  término acuñado en 1974  por la pensadora libertaria francesa Françoise d’Eaubonne, al punto exacto que “nos hace tomar conciencia de cómo los seres humanos nos hemos creído superiores a la Naturaleza y la hemos explotado a nuestro antojo, como si fuera un recurso inagotable a nuestro servicio, sin tener en cuenta la unidad, la interconexión, la originalidad y el valor de la Vida y de todos los seres que habitamos el Planeta. Los ecofeminismos nos invitan –afirma- a respetar y a vivir en equilibrio con los ciclos naturales y a enriquecernos con los aportes de todas las cosmovisiones y saberes, no solo de los procedentes del paradigma científico-racional”. Feminismo, pacifismo y ecología, ahí es nada.

Sudán del Sur. Mujeres que se niegan a mantener relaciones sexuales con sus maridos hasta que se no se ponga fin a la guerra. Atienden al llamamiento de mujeres feministas  pacifistas que pretenden poner fin a un conflicto que obliga a miles de hombres, mujeres y niños a huir del terror de la guerra. Muertos que se cuentan por centenares. Mujeres subyugadas a la violencia sexual. Niños soldado obligados a luchar a la fuerza. El bando es lo de menos. La larga y pesada sombra de la hambruna que planea sobre la población del país, tras años interminables de conflicto… Convencidas de que los hombres han perpetrado el uso de la violencia y la guerra, son cada vez más las mujeres de Sudán del Sur que secundan el ejemplo de las mujeres de Liberia, Kenia o Costa de Marfil que niegan el sexo a hombres en guerra. En sus cabezas, y en las nuestras, el activismo de las mujeres valientes de Liberia y, que resultó decisivo para poner fin al conflicto. El reconocimiento y agradecimiento mundial, en forma de Nobel de la Paz a Laymah Gbowee en 2011.
Los roles de género que han asumido los hombres en la mayoría de culturas y épocas históricas no les han permitido a muchos expresar y explorar algunos aspectos intrínsecos de su humanidad, especialmente sus emociones y afectos. Las nuevas masculinidades reivindican su natural derecho a construir nuevas maneras de vivir su masculinidad y de integrar y equilibrar estas facetas de su ser.

Algunas voces indispensables para la conciencia y el desarrollo y la paz del Planeta:

Vandana Shiva

Yael Deckelbaum / Prayer of the Mothers

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