Los sindicatos de la Prisión de Albolote denuncian "el dramático balance" de 2016, con diez funcionarios agredidos
Las secciones sindicales del Centro Penitenciario de Albolote y del Centro de Inserción Matilde Cantos han denunciado, tras la última agresión registrada este jueves, que la "conflictividad" que se vive en las prisiones de Granada en el último año "va en aumento y obedece claramente a la falta de personal y el hacinamiento" que viene denunciando la plataforma sindical, advirtiendo a las autoridades penitenciaras de "las consecuencias que esto puede acarrear".
"La ausencia de personal suficiente si en algo incide es en una merma de la seguridad total de las cárceles afectando por igual a empleados públicos y a internos", destaca la plataforma.
En el repaso a este 2016, han sido agredidos un enfermero, dos educadores, y siete funcionarios de vigilancia, lo que a su juicio constituye un "dramático balance de un año trágico, lleno de episodios violentos". El último se produjo en la noche del jueves en Albolote cuando "un interno clasificado en primer grado por su conflictividad, agredió a un funcionario rompiéndole la nariz, teniendo que ser trasladado este a un hospital de manera urgente".
Queda patente "la lamentable" situación del Centro Penitenciario de Albolote y del Cis Matilde Cantos Fernández. La Plataforma ha reclamado "soluciones urgentes" como el cierre de módulos, contratación de funcionarios interinos o desmasificar la prisión de internos. Pero "ninguna de estas propuestas ha sido recogida por la Administración Penitenciaria, pese a reconocer las deficiencias de las cárceles granadinas, hacinamiento y falta de personal principalmente".
Además, la plataforma sindical denuncia el aumento de internos "muy peligrosos (primeros grados) que residen en la prisión de Albolote llegando ya al 100 por ciento de lo que está establecido por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, según sus datos.
A ello hay que unir "el elevado número de internos pertenecientes a ETA (14 internos) o a tramas yihadistas (9 internos), sin que la Dirección del Centro tome ninguna clase de medidas al respecto".
Alertan también del "aumento imparable del número de internos con enfermedades mentales y la falta de medios para atenderlos adecuadamente supone otro hándicap más al que nos tenemos que enfrentar".
Según los sindicatos, en un centro penitenciario tipo son, como mínimo, 5 funcionarios por residencial, mientras que en Albolote, raramente hay 4, y a diario en multitud de ocasiones sólo 3 para atender a más de 200 internos, algunas veces dos".
Y aunque se ha reducido la población reclusa a nivel nacional, "lo ha hecho porcentualmente mucho más el número de funcionarios (100 menos en Granada y cerca de 2.000 en España)".
En este sentido recuerdan que la Relación de Puestos de Trabajo del Centro de Albolote está pensada para 1.008 personas recluidas y no para 1.00 que son las que hay actualmente. "Es decir, casi un 50 por ciento de sobreocupación".
"Nos sentimos maltratados por la Administración penitenciaria ya que observamos como prisiones con una estructura arquitectónica, una relación de puestos de trabajo y una media de edad similar cuentan con una ocupación sensiblemente inferior -600 internos menos en algunos casos-".
Por todo ello los sindicatos anuncian que continuarán con acciones y denuncias, al igual que durante el último año y medio realizando, entre ellas las concentraciones en la Subdelegación del Gobierno de Granada los segundos martes de cada mes, coincidiendo con la reuniones de la Junta de Personal de la Administración General del Estado, además de encierros y manifestaciones. La plataforma vuelve a pedir "el cese inmediato" de Jaime Hernandez, director del Centro Penitenciario de Albolote, por "su falta de sensibilidad ante la lamentables condiciones en las que estamos trabajando y por estar roto desde hace tiempo el dialogo con los representantes de los trabajadores, debido a su pasividad y falta de compromiso con los empleados públicos y con los graves problemas que atañen a nuestra prisión". A su juicio, "no es un interlocutor válido". "Más que parte de la solución se ha convertido en parte de la problemática expuesta y en un obstáculo", aseguran.
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