Un desconocido o desconocida ha reaparecido en los alrededores de la Alhambra dejando su rastro de cabras muertas. Durante el confinamiento de la pandemia debió tomarse unas vacaciones forzadas, pero nuevamente ha empezado a dejar rastro de su extraño comportamiento. La última cabra sacrificada en extrañas circunstancias apareció este domingo, con signos de haber sido muerta el sábado por la tarde. En este último caso, el animal, de unos cincuenta kilos de peso y de unos dos años de edad, fue depositado junto al camino que sube al llano de la perdiz, medio kilómetro por encima del cementerio musulmán.

 

Ésta es la séptima cabra o cabrito que ha aparecido sacrificada en las inmediaciones o caminos de la Alhambra, Silla del Moro o Dehesa del Generalife. La rara acción dio comienzo poco antes de la pandemia, pero cesó durante casi un año. El modus operandi guarda cierto parecido en todos los casos, ya que parece tratarse de un ritual: siempre es un animal cabrío, que comenzó siendo choto y las últimas veces ya es ejemplar maduro. La mayor parte de las veces sus restos han aparecido troceados y esparcidos junto a los caminos. En esta ocasión, la pieza está entera, a excepción de la cabeza. En cuatro de las siete apariciones había un plato de barro al lado.

 

Lo que sí es cierto es que los animales ya llegan sacrificados al lugar donde aparecen, pues no hay grandes restos de sangre del sacrificio.