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Imagen de archivo del embalse de Béznar, que está al 51% de su capacidad. indegranada

Las lluvias han logrado al fin elevar, aunque sea de forma mínima, el nivel de los embalses granadinos, tras un mes de enero con precipitaciones, una vez más, por debajo de la media y con un calor de récord para ese mes. 

En lo que va de febrero se han registrado 53,2 litros por metro cuadrado en la estación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) del aeropuerto granadino. Son unas lluvias por encima del promedio histórico de todo el mes (38 litros/m2), la mayor parte caídas en una sola jornada, el día 9, cuando se recogieron 41,3 litros/m2. 

Con estas precipitaciones, los embalses de la provincia ha aumentado su nivel, en conjunto, poco más de dos puntos. Estaban al terminar enero en el 23,5% y ahora se encuentran al 25,7% de llenado. No es gran cosa, porque la situación sigue siendo muy preocupante, con restricciones ya de agua en varias localidades, y hace un año estaban al 32%, pero al menos se mantiene la esperanza de que la primavera ayude a continuar la mejoría. 

El conjunto de los 11 embalses granadinos ha alcanzado los 300 hectómetros cúbicos (sobre una capacidad total de unos 1.170). La última vez que tuvieron ese volumen fue en septiembre del año pasado. 

Fuente: Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y Junta de Andalucía

De los 11 pantanos, el que presenta mejor nivel es el de Quéntar, el más pequeño de la provincia, que está al 63,5%. Otros dos embalses superan el 50% (El Portillo y Béznar) y, por contra, hay dos quie rondan el 10% (San Clemente y Colomera) y otros dos el 15% (Bermejales y Francisco Abellán), mientras que el más grande de la provincia, Negratín, está al 22%. 

Alivio para el campo

Las lluvias han sido muy bien recibidas por el campo granadino. Las precipitaciones han aliviado el estrés hídrico que sufrían todos los cultivos y, especialmente, favorece el entramado del olivar. Agua caída en un momento fundamental debido a la extrema sequía que padecemos y que es valorada por el secretario general de UPA Granada, Nicolás Chica, que confirma su importancia puesto que “favorece el inicio del periodo vegetativo con la llegada de la primavera”.

“En cultivos de secano, sobre todo, estas lluvias animan a hacer un aporte de fertilizantes, con la consiguiente  reactivación económica  del sector,  además de garantizar un aumento en la contratación de mano de obra para realizar estas labores”, explica Nicolás Chica. En este sentido, el secretario general de UPA Granada se muestra confiado en que las precipitaciones, como anuncian los pronósticos, continúen en los primeros días de  la semana que viene. “Si persisten podrían empezar a recargar acuíferos y las escorrentías que se produjesen llegarían a los embalses. Pero para eso estamos todavía muy lejos.  Ahora mismo, las lluvias que han caído han sido magníficamente recibidas por el campo, que las ha absorbido por completo. Unas lluvias, además, que han caído muy bien, sin hacer daño, por lo que son muy beneficiosas”, concreta Nicolás Chica.

Es el caso concreto del olivar. “Estas lluvias favorecen el entramado de los olivos, aunque como nos encontramos en un periodo de sequía tan extrema los árboles no tienen el vigor de años normales para soportar mejor cualquier inclemencia meteorológica, como altas temperaturas en la fase crítica de la floración”, argumenta Chica.

El responsable provincial de UPA también confía en que el arranque de la campaña de espárrago verde sea bueno, “ya que la planta tiene en el suelo ese aporte de humedad para que salgan, con buena calidad, los primeros turiones”, afirma. No obstante, apunta a que de no persistir con relativa frecuencia y continuidad este episodio de lluvias durante la primavera y venga acompañada por un aumento de temperaturas, “podría pasar que volvamos a encontrarnos ante una campaña con una importante disminución productiva al no tener el cultivo muchas reservas del año anterior”, concluye el secretario general de UPA Granada.