La Junta de Andalucía aplica en Granada el ‘modelo Ayuso’
Viernes 9 de octubre, víspera del Puente de la Hispanidad: La Junta de Andalucía reitera hasta la saciedad que la pandemia está bajo control, pese a que ya se había superado en la capital granadina la tasa de 500 contagios por cada 100.000 habitantes, que marca el umbral en el que el Ministerio de Sanidad recomienda actuar.
Domingo, 11 de octubre: Imágenes lamentables de jóvenes que cantan y bailan de madrugada en la calle Ganivet, después del cierre de los bares, encienden la indignación por lo que se avecina. La Junta que ese día ya da por hecho que se tomarán medidas. El alcalde se defiende y habla del mayor despliegue operativo de la Policía Local
Las medidas no tocan la movilidad, pero el consejero pide a la población afectada que se autoconfine y dice no tener explicación al caso de Granada salvo que se ha producido una explosión, inédita en otras provincias andaluzas
El jueves, 15 de octubre, comienzan a aplicarse las medidas en la UGR: cierre de residencias y colegios mayores a las 22.00 horas y fin de las clases presenciales, durante al menos, 10 días.
Las medidas no tocan la movilidad, pero el consejero pide a la población afectada que se autoconfine y dice no tener explicación al caso de Granada salvo que se ha producido una explosión, inédita en otras provincias andaluzas.
Cierre de un bar, este sábado, a las 22.00 horas, cumpliendo el nuevo horario establecido. indegranada
10 días perdidos por negar la realidad
A la luz de los hechos, Granada ha perdido días fundamentales en la lucha contra el coronavirus por la falta de diligencia de la Junta en adoptar medidas.
Todo ello a pesar de que presume de anticipación, mensaje que repite insistentemente al presentar sus decisiones. En Granada, los pasos que ha dado reflejan todo lo contrario, una improvisación marcada por la fuerza de los hechos.
Pero lo peor es que en este tiempo, hasta que era imposible ya al Gobierno andaluz mantener la ocultación de la realidad, que la pandemia se había descontrolado en Granada:
El Gobierno andaluz no se atrevió a actuar antes del Puente del 12 de octubre con contundencia, aunque debió de hacerlo, según todos los indicadores, que se han disparado luego, por su inoperancia.
Pero la apuesta de la economía por encima de la salud, -como Díaz Ayuso-, del Gobierno andaluz de derechas, como el municipal, no lo permitió. Primó la actividad económica que genera la hostelería y el turismo.
Cuando lo hizo, solo se atrevió a aplicar medidas en una institución, de las pocas que no controla la derecha en Granada y, por tanto, no iba concitar el rechazo entre los suyos. Además, tiznadas de un populismo muy al modo de Díaz Ayuso: ¿quién se iba a quejar de culpar a los universitarios?
Cuando lo hizo, solo se atrevió a aplicar medidas en una institución, de las pocas que no controla la derecha en Granada y, por tanto, no iba concitar el rechazo entre los suyos. Además, tiznadas de un populismo muy al modo de Díaz Ayuso: ¿quién se iba a quejar de culpar a los universitarios?
Así, esas medidas contra la UGR fueron muy poco justificadas y avaladas científicamente, lo que abre una duda seria duda de venganza ideológica, muy al modo de la derecha el poder andaluz.
(El delegado de Salud y Familias, Indalecio Sánchez-Montesinos, sufrió una dura derrota en las elecciones a rector de hace cinco años, tras protagonizar una dura campaña; el discurso crítico de la rectora en el inicio del curso contra la Junta; la vinculación socialista y con la UGT de la rectora…).
Que al día siguiente de comenzar a aplicarse las medidas en La UGR la Junta adoptara de urgencia medidas de mayor calado y las extendiera al Cinturón, es asumir la simpleza de su actuación y roza el ridículo.
Que al día siguiente de comenzar a aplicarse las medidas en la UGR la Junta adoptara de urgencia medidas de mayor calado y las extendiera al Cinturón, es asumir la simpleza de su actuación y roza el ridículo, que se extiende a la silente representación en Granada del Gobierno andaluz, con un desaparecido delegado de Salud y Familias. Y, en Sevilla, al consejero de la Presidencia, Elías Bendodo; al vicepresidente Juan Marín y al consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre.
El desconcierto de los últimos días en Granada y la improvisación se evidencian aún más a partir de la Junta Local de Seguridad Ciudadana, convocada el miércoles de urgencia por el Ayuntamiento tras las aglomeraciones del Puente. Con la presencia de la UGR y la Federación de Hostelería, concluye sin tomar decisiones, más allá de un compromiso de cooperación. El viernes, sin embargo, se anuncia un dispositivo especial policial por la mañana, sin dar a conocer en ese momento las restricciones que horas después se publicarían en el BOJA.
Jesús Aguirre, este viernes en Granada antes de informar de las restricciones. indegranada
Presión hospitalaria crece
La Junta ha actuado tarde y mal en Granada. Pero, incluso, el pasado viernes, en la comparecencia de Aguirre, siguió ocultando la realidad.
Preguntado si la creciente presión hospitalaria obligaría a suspender la actividad quirúrgica, dijo que no, que la capacidad de los hospitales de Granada era grande.
El mismo viernes, desde las centralitas del Hospital San Cecilio se comenzaron a llamar a pacientes informándoles de que su intervención se retrasaba hasta nueva fecha. En el Virgen de las Nieves, la desprogramación comenzará este lunes.
La negación de la realidad, la ocultación de datos, la no asunción de errores… el Gobierno andaluz, el mejor pupilo de Isabel Díaz Ayuso, con el grave perjuicio para Granada.