El Instituto Carlos III cifra en 18 las muertes atribuibles al calor este verano en Granada
El seguimiento de la mortalidad diaria que lleva a cabo el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), organismo estatal referencia para la Salud Pública y la investigación en este terreno, cifra en 18 las muertes atribuibles al calor que se han registrado en la provincia de Granada desde que comenzó el verano el pasado 20 de junio hasta el 10 de agosto.
Así, según esta estadística, denominada sistema MoMo, en la provincia se han notificado en estas semanas de verano 1.094 muertes. De ellas, 18 son atribuibles al exceso de temperatura. No hablamos de muertes por golpes de calor, sino que esas altas temperaturas están detrás -por ejemplo- del agravamiento de patologías graves que terminan en fallecimientos.
La mayoría de esas 18 muertes atribuibles al exceso de temperaturas corresponden a personas mayores de 65 años, de acuerdo a los datos recogidos en la página web del Instituto. El año pasado las cifras fueron parecidas. En concreto, entre el 20 de junio y el 10 de agosto se registraron 15 muertes atribuibles a las altas temperaturas. En todo el verano fueron 29.
Para elaborar esta estadística, en la que también se mide el impacto de las bajas temperaturas -en ese caso son muertes atribuibles al "defecto de temperaturas"-, se utilizan tres fuentes de datos:
- Las defunciones diarias por todas las casusas de los últimos diez años, sin incluir aquellas del año 2020 (por su comportamiento debido a la pandemia de Covid-19). Esta serie se obtiene de los datos consolidados del Instituto nacional de Estadística (INE), hasta la fecha en la que están disponibles, y a partir de entonces del Ministerio de Justicia que proporciona defunciones diarias por todas las causas procedentes de los registros civiles informatizados de municipios que corresponden a un 94% de la población española.
- Las temperaturas según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) a nivel provincial en el mismo periodo de tiempo, incluyendo el año en curso.
- La población por grupo de edad, sexo y provincia, extraídos del INE.
Para más información sobre este sistema de seguimiento, pulse en el siguiente enlace: MoMo.
Más de 47.000 personas murieron en Europa como consecuencia de las altas temperaturas en 2023, el año más cálido registrado a escala mundial y el segundo más cálido en Europa. Así lo estima un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicado en Nature Medicine.
El equipo científico señala que la vulnerabilidad al calor de las sociedades europeas ha disminuido progresivamente a lo largo del presente siglo y estima que, sin estos procesos de adaptación de las sociedades, la carga de mortalidad relacionada con el calor durante el pasado año habría sido un 80% mayor.
El estudio, recogido por la Agencia SINC, reproduce la metodología utilizada el año pasado en otro trabajo publicado en Nature Medicine, que estimaba que el calor causó más de 60.000 muertes durante el verano de 2022, lo que representaba la mayor carga de mortalidad relacionada con el calor de la última década. Dos episodios de altas temperaturas a mediados de julio y finales de agosto habrían sido responsables de más del 57 % de la mortalidad global estimada.
En resumen, se emplearon registros de temperatura y mortalidad de 823 regiones de 35 países europeos durante el periodo entre 2015 y 2019 para ajustar modelos epidemiológicos y estimar la mortalidad relacionada con el calor en cada región europea durante todo el año 2023.
A diferencia del verano de 2022, que se caracterizó por temperaturas extremas persistentes en la parte central de la estación desde mediados de julio hasta mediados de agosto, en 2023 no se registraron grandes anomalías térmicas durante las mismas semanas. Sin embargo, dos episodios de altas temperaturas a mediados de julio y finales de agosto habrían sido responsables de más del 57 % de la mortalidad global estimada, con más de 27.000 muertes.
Los países del sur de Europa, los más afectados
Los resultados muestran un total de 47.690 muertes estimadas en 2023 en el conjunto de los 35 países, de las cuales 47.312 se habrían producido en el periodo más caluroso del año (entre el 29 de mayo y el 1 de octubre).
Si se tiene en cuenta la población, los países con mayores tasas de mortalidad relacionada con el calor se encontraban en el sur de Europa, concretamente Grecia (393 muertes por millón), Bulgaria (229 muertes por millón), Italia (209 muertes por millón), España (175 muertes por millón), Chipre (167 muertes por millón) y Portugal (136 muertes por millón).
En línea con estudios anteriores, los datos muestran una mayor vulnerabilidad de las mujeres y las personas mayores. En concreto, tras tener en cuenta la población, la tasa de mortalidad relacionada con el calor fue un 55 % más alta en mujeres que en hombres, y un 768 % más alta en personas mayores de 80 años que en personas de entre 65 y 79 años.
En el estudio se advierte que estas cifras pueden subestimar la carga real de mortalidad relacionada con el calor. Debido a la falta de disponibilidad de registros de mortalidad diarios y homogéneos durante el año 2023, se tuvo que utilizar recuentos semanales de muertes de Eurostat.
En un estudio reciente publicado en Lancet Regional Health - Europe, el mismo equipo mostró que el uso de datos semanales conduciría a una subestimación de la carga de mortalidad relacionada con el calor, y describió una metodología para corregir este sesgo.
Teniendo esto en cuenta, las y los investigadores estiman que la cifra probable de muertes relacionadas con el calor en 2023 podría haber sido en realidad del orden de 58.000 muertes en los 35 países estudiados, aunque solo podría obtenerse una estimación más precisa si se pusieran a disposición de la comunidad científica bases de datos de mortalidad mejoradas.
Uno de los objetivos del estudio era evaluar si se ha producido una disminución de la vulnerabilidad al calor en Europa, un proceso que generalmente se entiende como una adaptación al aumento de las temperaturas. Para ello, el equipo ajustó el mismo tipo de modelo a los datos de temperatura y mortalidad de los periodos 2000-2004, 2005-2009, 2010-2014 y 2015-2019. A continuación, introdujeron las temperaturas y las cifras de mortalidad de 2023 en cada uno de los cuatro modelos para estimar el número de muertes que se habrían producido en cada periodo si las temperaturas hubieran sido tan altas como en 2023.
Utilizando este método, se calculó que si las temperaturas registradas en 2023 se hubieran producido en el periodo 2000 a 2004, la mortalidad estimada relacionada con el calor habría superado la cifra de 85.000 muertes, es decir, un 80 superior a la vulnerabilidad al calor en el periodo de 2015 a 2019.
En el caso de las personas mayores de 80 años, el número de muertes se habría más que duplicado, pasando de 1.102 a más de 2.200 muertes relacionadas con el calor.
"Nuestros resultados muestran cómo ha habido procesos de adaptación de la sociedad a las altas temperaturas durante el presente siglo, que han reducido drásticamente la vulnerabilidad al calor y la carga de mortalidad de los últimos veranos, especialmente entre las personas mayores", señala Elisa Gallo, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
"Por ejemplo, vemos que desde el año 2000, la temperatura de mínima mortalidad -la temperatura óptima con menor riesgo de mortalidad- se ha ido calentando gradualmente de media en el continente, pasando de 15 ºC en 2000-2004 a 17,7ºC en 2015-2019. Esto indica que somos menos vulnerables al calor de lo que éramos a principios de siglo, probablemente como resultado del progreso socioeconómico general, las mejoras en el comportamiento individual y las medidas de salud pública, como los planes de prevención del calor puestos en marcha tras el verano récord de 2003", añade Gallo.
Agencia SINC. Fuente ISGlobal
Julio cerró en la provincia de Granada casi 4 grados más cálido de lo normal y con nueve días por encima de los 40 grados
Hasta el pasado fin de semana se han contabilizado cuatro olas de calor en Andalucía. La primera de ellas se registró a mediados de julio, un mes que cerró en la provincia de Granada casi 4 grados más cálido de lo normal y con nueve días por encima de los 40 grados. Esas olas de calor han dejado avisos amarillos y naranjas en la provincia, fundamentalmente en la Cuenca del Genil, aunque el impacto ha sido generalizado.
Como indica la Junta de Andalucía, las altas temperaturas que experimenta Andalucía durante el verano afectan especialmente a las personas mayores, personas con discapacidad y en situación de dependencia. Por ello, desde el 6 de junio (cuando se inicia la campaña) al 31 de julio, desde el Servicio Andaluz de Teleasistencia se han gestionado un total de 2.328 llamadas en la provincia de Granada (20.693 en toda Andalucía) con recomendaciones para prevenir los efectos de las altas temperaturas y para reforzar el seguimiento de sus personas usuarias durante las alertas por calor.
Además, por primera vez este año 2024, se ha introducido el SMS como herramienta útil para trasladar las distintas recomendaciones a las personas usuarias del servicio de teleasistencia, reforzando así la labor de prevención. Hasta el cierre de julio, se han remitido un total de 83.266 mensajes a través de los dispositivos móviles (392.102 en Andalucía), que cada vez están más generalizados entre la población mayor.
La preocupación ante el impacto de las altas temperaturas ha llevado en los últimos años a implantar, en sectores como la construcción, la jornada continua para tratar de evitar golpes de calor. Para vigilar su cumplimiento sindicatos como CCOO llevan a cabo campañas y exigen no solo el cumplimiento de esos horarios, sino medidas de prevención como descansos regulares, zonas de sombra o protección solar.
Algunos consejos recogidos por el 112 Andalucía
Lo fundamental es beber agua de forma periódica, cada dos horas como máximo, incluso aunque no se tenga sensación de sed. Hay que prestar una especial atención a personas mayores, enfermos crónicos y niños pequeños; hay que asegurarse de su correcta hidratación y evitar que salgan a la calle en las horas centrales del día.
Se recomiendan durante estos días de altas temperaturas las comidas ligeras, frías y frescas, con alto contenido acuoso, evitando las copiosas y muy calientes.
El 112 aconseja, durante las horas centrales del día, cerrar bien las ventanas, cortinas y persianas más expuestas al sol y usar, cuando sea necesario, el ventilador o el aire acondicionado. Si no se dispone de estos aparatos, lo más aconsejable es permanecer en las habitaciones más frescas de la casa, así como tomar baños o refrescarse la piel con toallas húmedas.
Hay que evitar salir a la calle en las horas de más calor, y cuando haya que salir se debe usar protección solar, sombrero o gorra y gafas de sol homologadas para protegernos del sol. Es mejor vestir con ropas claras y de tejidos ligeros y llevar siempre una botella de agua, también en los desplazamientos en coche, para permanecer hidratados. Se debe dejar el ejercicio y los esfuerzos físicos para las primeras horas del día o el anochecer. Y hay que recordar siempre que no se puede dejar a nadie, tampoco a las mascotas, en el interior de vehículos parados.
Fotos: archivo Clara Espinosa e IndeGranada