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Artículo de opinión

'Las heridas abiertas de América Latina'

Ciudadanía - Francisco Vigueras - Martes, 12 de Octubre de 2021
El periodista Francisco Vigueras reflexiona en este artículo sobre el significado del 12 de octubre, para el que reclama "rigor científico", y aboga por convertirlo en una jornada de encuentro y diálogo.

En el año 1499, siete años después de la conquista de Granada, los Reyes Católicos autorizaban al cardenal Cisneros a quemar, en la Plaza de Bib Rambla, más de 5.000 libros en lengua árabe, procedentes del asalto a la Biblioteca de la Madraza. Aquel acto vandálico supuso la primera violación de las Capitulaciones que sus católicas majestades se habían comprometido a respetar “para siempre jamás”. Años después, fray Diego de Landa siguió el ejemplo del cardenal inquisidor, quemando en la península de Yukatán miles de manuscritos en lengua  maya, durante la conquista de México.

Las dos hogueras de la intolerancia tenían el mismo objetivo: reducir a cenizas la memoria escrita de los vencidos, primero en Al-Andalus y después en América. Es decir, la Inquisición también viajó en las carabelas para imponer allende los mares su dios prepotente y obsesionado con el oro. Pues bien, el escritor Mario Vargas Llosa, a pesar de ser Premio Nobel de Literatura, parece haber olvidado semejantes atentados contra la cultura y el patrimonio bibliográfico.

El escritor peruano acusa al presidente de México, Manuel López Obrador, de ser un populista de izquierdas por haber pedido al Rey Felipe VI, heredero de la monarquía española, que se disculpe por los abusos cometidos durante la conquista del país azteca: “una afrenta imperdonable -dice-, pues Hernán Cortés no debe ser considerado un conquistador, sino un liberador de los pueblos indígenas oprimidos”

El escritor peruano acusa al presidente de México, Manuel López Obrador, de ser un populista de izquierdas por haber pedido al Rey Felipe VI, heredero de la monarquía española, que se disculpe por los abusos cometidos durante la conquista del país azteca: “una afrenta imperdonable -dice-, pues Hernán Cortés no debe ser considerado un conquistador, sino un liberador de los pueblos indígenas oprimidos”. El chivo de Arequipa también ha olvidado que Hernán Cortés, como la mayoría de los conquistadores, fue un aventurero con pocos escrúpulos y mucha codicia, que asedió Tenochtitlan, provocando una masacre en la antigua capital mexicana. Y tampoco recuerda la matanza provocada por Francisco Pizarro, que conquistó Perú, el país de Vargas Llosa, abriendo fuego contra los indígenas rebeldes e indefensos, y ejecutando con garrote vil al emperador inca Atahualpa. Sin embargo, para Vargas Llosa: “Cortés y Pizarro sólo cometieron unos excesos”.

Ante esta actitud amnésica y negacionista, es necesario recordar, más que nunca, las investigaciones con rigor científico sobre la conquista de América

Ante esta actitud amnésica y negacionista, es necesario recordar, más que nunca, las investigaciones con rigor científico sobre la conquista de América. El cronista uruguayo Daniel Vidart nos dice que los capitanes de la conquista advertían a la población indígena sobre las consecuencias de no convertirse a la santa fe católica: “Si no lo hiciereis, yo entraré poderosamente contra vosotros y os haré la guerra. Os sujetaré al yugo y obediencia de la iglesia y de su Majestad, y tomaré vuestras mujeres e hijos y los haré esclavos”. Incluso, Francisco López de Gomara, cronista de guerra que acompañaba a los conquistadores, confiesa: “Denuncié en numerosas ocasiones los excesos de violencia y de codicia de los soldados españoles y su comportamiento contrario a los principios cristianos”.

“La mayor masacre en la historia de la humanidad. Eso ocurrió aquí, en nuestra Latinoamérica, y no hay ni un triste museo del holocausto indígena”, recuerda John Maximino Telles

Asimismo, John Maximino Muñoz Telles, especialista en Cultura Indígena Latinoamericana, añade que, en el siglo XVI, españoles y portugueses exterminaron a más de sesenta millones de indios: “La mayor masacre en la historia de la humanidad. Eso ocurrió aquí, en nuestra Latinoamérica, y no hay ni un triste museo del holocausto indígena”. Por tanto, la conquista de América no se hizo con poesía y música celestial, sino con la cruz y la espada, sobre todo, con la espada. Fue la historia de un genocidio. Es más, cuando la población indígena quedó gravemente diezmada por la explotación y las epidemias traídas del viejo continente, la sustituyeron por mano de obra esclava procedente de África. Y todo esto debería reconocerlo el Estado español, pues está muy bien documentado y no es ninguna leyenda negra, como pretenden algunos.

Por su parte, Eduardo Galeano añade: “América Latina es la región de venas abiertas. Desde el Descubrimiento hasta nuestros días, la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos se acumulan en lejanos centros de poder. Nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otro. Entre los 280 millones de latinoamericanos, hay 50 millones de desocupados o subocupados, cerca de 100 millones de analfabetos y la mitad de los latinoamericanos vive apiñada en viviendas insalubres”.

Tal día como hoy, tenemos que enviar un mensaje de solidaridad a los pueblos hermanos de América Latina que lo están pasando mal y convertir el 12 de octubre en una jornada de encuentro y diálogo con los inmigrantes iberoamericanos que nos han devuelto la visita. Vecinos nuestros, que viven y trabajan con nosotros, para mejorar la ciudad de Granada.

Francisco Vigueras es periodista.