Familiares de la fallecida en el terremoto de Italia inician los trámites para la repatriación
Los familiares de Ana Huete, la joven granadina de 27 años fallecida en el terremoto de Italia, han señalado que iniciarán "a nivel privado" los trámites de repatriación del cadáver y volarán este viernes por la mañana a Roma para comenzar el proceso que les permita traerla a Granada.
Nicolás Espigares, tío político de la fallecida, ha explicado a los periodistas que la Embajada les aconsejó que esperaran un día para trasladarse a Italia dada la situación que atraviesa la zona tras el seísmo registrado en la madrugada del miércoles, que ha provocado la muerte de al menos 247 personas.
Ha confirmado que ha sido la pareja de la víctima, de origen italiano, quien ha identificado su cadáver. Ambos se encontraban de vacaciones en el pueblo italiano de Illica, una fracción de Accumoli, lugar del epicentro del terremoto.
En el momento del seísmo, ella se encontraba en la parte de abajo de una vivienda afectada junto a otras mujeres, mientras que los hombres que les acompañaban estaban en una parte superior. La pareja de la víctima, que fue quien alertó a la familia de lo sucedido, ha sufrido heridas leves, según ha precisado este portavoz de los familiares.
El Ayuntamiento de Víznar, donde reside la familia de la víctima, iniciará los trámites oportunos para decretar varios días de luto oficial en señal de duelo por el fallecimiento de Ana Huete.
El alcalde de la localidad, Joaquín Caballero (IU), ha señalado a Europa Press que los vecinos de este municipio de 800 habitantes están consternados tras confirmarse su muerte en este devastador terremoto.
El Ayuntamiento ya se ha puesto a disposición de la familia, que está "destrozada", para lo que pueda necesitar y ha hecho un llamamiento para que este delicado asunto sea tratado con el "respeto" y derecho a la intimidad que merecen los familiares en estos "dolorosos" momentos.
Desde el miércoles por la tarde se vivieron escenas de nerviosismo y dolor en el entorno de la vivienda familiar en Víznar, hasta donde se desplazaron familiares y amigos para preguntar por el estado de la joven, que regentaba una pizzería junto a su pareja en la capital granadina, donde habían fijado su residencia.