LUIS LÓPEZ-DÓRIGA MESEGUER (1885-1962)

El deán de la Catedral que coronó a las Angustias y fue excomulgado por 'rojo'

Ciudadanía - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 12 de Mayo de 2019
Una historia recuperada que te sorprenderá de Luis López-Doriga, un singular personaje que forma parte del pasado de Granada, por el investigador Gabriel Pozo Felguera, que te invitamos a leer y disfrutar.
Luis López-Dóriga (bajo la flecha roja) y Pedro Fernández Gutiérrez asisten al arzobispo José Meseguer en la coronación de la Virgen de las Angustias.
Foto de Martínez Rioboó.
Luis López-Dóriga (bajo la flecha roja) y Pedro Fernández Gutiérrez asisten al arzobispo José Meseguer en la coronación de la Virgen de las Angustias.
  • Luis López-Dóriga, sobrino del arzobispo Meseguer, fue secretario y maestrescuela encargado de tramitar la coronación de la Virgen de las Angustias, en 1913

  • Siendo deán de la Catedral, salió elegido diputado en la lista del Partido Republicano Radical Socialista (1931) y defendió tesis progresistas y “rojas” en el Congreso

  • La Iglesia católica le suspendió a divinis y acabó excomulgándole en 1933; tras la guerra, se casó y murió exiliado en México

Deán: “El que hace de cabeza del cabildo después del prelado, y lo preside en las iglesias catedrales” (DRAE). Ese cargo ocupaba en la Catedral de Granada el joven sacerdote Luis López-Dóriga Meseguer, cuando se le ocurrió presentarse a las elecciones constituyentes de 1931. Lo hizo dentro de la lista del Partido Radical Socialista (PRS). Y salió elegido diputado. Tenía una vasta formación intelectual, dominaba varios idiomas, era un alto cargo del Seminario, una conciencia social muy arraigada… y un rojo hasta la médula. La jerarquía eclesiástica no pudo permitir sus ideas tan avanzadas para aquellos momentos: fue suspendido de todo cargo eclesiástico y, como perseveró en sus convicciones, el Vaticano lo excomulgó. De una fulgurante y prometedora carrera en el seno de la Iglesia descendió a los infiernos. La guerra civil lo llevó al exilio tras haber sido apoyado por el Rey, por la nobleza, por Azaña, etc. Se casó a edad avanzada y murió en México intentando que Roma levantara su excomunión. Mientras tanto, en Granada se borró todo vestigio de un hombre brillante. Sólo se salvó un retrato suyo en lugar muy destacado. Por eso escribo esta semblanza sobre su vida, para recordar que existió.

Luis López-Dóriga Meseguer (Oviedo, 23 de febrero de 1885-México,  febrero 1962) pasó en Granada los mejores años de su vida. Llegó en 1905, con veinte años, y permaneció hasta principios de 1934. En Granada dijo su primera misa como sacerdote; en el Palacio Arzobispal se ocupó de la secretaría del arzobispo; fue profesor y vicerrector del seminario pontificio; responsable del periódico católico la Gaceta del Sur; coordinador del Círculo de Obreros Católicos; creador del movimiento juvenil Scout de Andalucía; promotor del Patronato de Casas Baratas, etc., etc., hasta ser nombrado deán de la Catedral de Granada en 1921. Uno de los deanes más jóvenes de la historia reciente.

Al llegar la II República se metió en política y eso supuso el final de su brillante carrera eclesiástica y casi su desaparición de la Historia.

De origen aristocrático

Sus apellidos le emparentan con dos familias de origen clerical y aristocrático. Las raíces maternas se encuentran en Vinaroz, Castellón, donde nació su madre (Hilaria Meseguer i Costa). Ésta era sobrina del arzobispo y senador José Domingo Costa i Borrás (1805-1864), y hermana del también arzobispo José Meseguer i Costa. Hilaria acompañó a su hermano José a Oviedo; allí conoció al asturiano José María López-Dóriga del Busto, un médico que falleció muy joven.



Hacia 1910, en Vinaroz. Luis López-Doriga (detrás del arzobispo José Meseguer), con su madre en el centro, su hermana Rosario a su derecha, su tío sentado junto al arzobispo, el sacerdote Jaime González a la derecha y un joven seminarista a su lado.

El adolescente huérfano Luis López-Dóriga fue apadrinado por su tío José Meseguer, quien le planificó los estudios en Tarragona y Lérida; en la ciudad catalana permaneció de obispo entre 1889 y 1905, en que fue destinado a Granada. Tío y sobrino llegaron a nuestra ciudad en 1905, cuando el joven seminarista tenía mediados los estudios de teología

El adolescente huérfano Luis López-Dóriga fue apadrinado por su tío José Meseguer, quien le planificó los estudios en Tarragona y Lérida; en la ciudad catalana permaneció de obispo entre 1889 y 1905, en que fue destinado a Granada. Tío y sobrino llegaron a nuestra ciudad en 1905, cuando el joven seminarista tenía mediados los estudios de teología. En el seminario de Granada se hizo sacerdote; cantó su primera misa en la capilla del Palacio Arzobispal el 21 de junio de 1908. A partir de ese momento, el joven cura inició una carrera meteórica dentro de la jerarquía eclesiástica granadina. Era bastante inteligente, agradable de trato, educado y de aspecto físico agraciado. Nada más ser ordenado, inició formación complementaria en varios países europeos, donde estudió ciencias sociales. Hasta que se estableció definitivamente en Granada en 1912, aunque cada año dedicaba un mes a viajar y continuar formándose por Alemania, Francia e Inglaterra.

A partir de 1912 su tío el arzobispo le encargó importantísimas responsabilidades en el gobierno de la Iglesia granadina. Fue canciller de la Curia, profesor de física, química, historia natural, astronomía y agricultura en el Seminario; consejero delegado del periódico católico Gaceta del Sur (creado por el arzobispo a su llegada a Granada); maestrescuela de la Catedral;  responsable del Círculo Católico de Obreros, del Sindicato Agrario Católico, etc. etc.

El año 1913 fue importantísimo en la biografía del joven sacerdote Luis López-Dóriga Meseguer debido a dos acontecimientos que dejaron huella en la ciudad

Su intensa actividad le llevó a imbricarse de lleno en todo tipo de círculos católicos y sociales granadinos. Incluido el político; se relacionó con el PSOE y la UGT, llevado de su amistad con Fernando de los Ríos, también recién llegado a Granada, y Manuel Yudes, responsable del PSOE granadino.

Coronación de las Angustias y Scouts

El año 1913 fue importantísimo en la biografía del joven sacerdote Luis López-Dóriga Meseguer debido a dos acontecimientos que dejaron huella en la ciudad.

El primero fue la creación de la agrupación de Scouts de Granada, primera de Andalucía. Fue López-Dóriga quien trajo a los pequeños exploradores tras conocerlos en alguno de sus viajes veraniegos por Europa. Él fue el primer responsable provincial y encargado de extender una semilla que actualmente está muy arraigada en Granada. Salió infinidad de veces con la juventud a sus excursiones campestres y con ellos organizó otras actividades de tipo social y cultural. No le importó quitarse la sotana de cura y ponerse el traje de scout. En las revistas de aquellos años existen infinidad de referencias a sus actividades escultistas. López-Dóriga incluso insufló el gusanillo scout al Duque de San Pedro de Galatino y éste, a su vez, a los hijos del rey Alfonso XIII. Diego Quesada Cañaveral, el Duque, llegó a ser el presidente nacional de los Scout.



López-Dóriga, siendo ya deán de la Catedral de Granada, vestido con el traje de scout.


Junta local de Scout, 1916, en una reunión en Láchar. López-Dóriga, sentado segundo por la izquierda, vestido de sacerdote.

El segundo hecho importante en la biografía de López-Dóriga, también en 1913, fue la coronación de la Virgen de las Angustias. La Hermandad de la Basílica y la prensa venían alentando la posibilidad de coronar la imagen, toda vez que se iban a cumplir los veinticinco años de su proclamación como copatrona de Granada (el otro patrono es San Cecilio). La Hermandad de la Virgen de las Angustias efectuó la solicitud al arzobispo José Meseguer i Costa a finales de 1912. Se creó una comisión para iniciar los trámites ante el Vaticano. A partir de ese momento fue el canciller de la Curia (Luis López-Dóriga) y maestrescuela catedralicio quien empezó a mover la burocracia ante Roma y se encargó allí de todas las gestiones.

La Virgen de las Angustias fue coronada canónicamente el 20 de septiembre de 1913 por el arzobispo de Granada. Le acompañaban varios arzobispos y altos jerarcas de la Iglesia española, además de una representación en nombre de Alfonso XIII. En el Embovedado del Darro-Fuente de las Batallas-Puerta Real-Campillo se dieron cita unas 40.000 personas

La Virgen de las Angustias fue coronada canónicamente el 20 de septiembre de 1913 por el arzobispo de Granada. Le acompañaban varios arzobispos y altos jerarcas de la Iglesia española, además de una representación en nombre de Alfonso XIII. En el Embovedado del Darro-Fuente de las Batallas-Puerta Real-Campillo se dieron cita unas 40.000 personas.

Sobre el entarimado y parihuelas que montaron para ensalzar la imagen de la Virgen se situaron el arzobispo Meseguer (que le puso su cruz, su anillo y la gran corona), el arcediano Pedro Fernández Gutiérrez y el maestrescuela Luis López-Dóriga Meseguer. Son los personajes vestidos con terno que aparecen en la histórica fotografía que recoge el instante.

Unos cuantos años después, en 1916, un incendio destruyó el camarín de la Virgen en la Basílica de las Angustias. Su reconstrucción no fue acabada hasta el año 1929

Aquella fotografía de José Martínez Rioboó fue publicada y referenciada en periódicos y revistas los meses siguientes. También se hicieron postales y calendarios con ella.

Unos cuantos años después, en 1916, un incendio destruyó el camarín de la Virgen en la Basílica de las Angustias. Su reconstrucción no fue acabada hasta el año 1929, con proyecto del arquitecto Wilhelmi y del escultor-pintor Manuel Garnelo y Alda. Este artista hizo la pintura al fresco que hay sobre la cabeza la Virgen, a partir de una interpretación de la fotografía de Martínez Rioboó. En ella aparece el maestrescuela Luis López-Dóriga.



Otro momento de la coronación; López-Dóriga ha subido un peldaño más con relación a la primera instantánea. Foto de Rioboó publicada en prensa.

Arzobispo preocupado por la feligresía

La llegada del arzobispo José Meseguer i Costa a Granada ­-un hombre moderado respecto a predecesores y sucesores- supuso un importante revulsivo para su provincia eclesiástica. Granada atravesaba un cúmulo de problemas sociales y políticos. La pobreza y el paro eran exagerados. El caciquismo estaba muy presente. El prelado alentó la creación de instituciones benéficas, asilos de San José, San Rafael y la Asunción. Creó cooperativas de trabajo en la Vega, cooperativas de consumo,  los círculos católicos de obreros, incluso intentó crear la caja de ahorros del Círculo Católico (que no llegó a cuajar). En lo religioso, fundó el Consejo Diocesano de Acción Social Católica y nueve centros obreros en la capital.



Edificio del Círculo Católico de Obreros en Gran Vía, 48 (Demolido en la década de los setenta).


Fragmento del retrato oficial del arzobispo José Meseguer i Costa, en el Palacio Arzobispal de Granada.

El periodo 1912-20 fue muy fructífero para el Arzobispado de Granada en cuanto a fomento social. Y a la sombra del prelado siempre estaba su sobrino y mano derecha Luis López-Dóriga. El joven sacerdote nunca cayó bien a los círculos católicos más conservadores. Era demasiado moderno y demócrata para una ciudad provinciana como Granada. Se relacionaba con todo el mundo, especialmente con el entorno de Fernando de los Ríos y los progresistas. Solía acudir semanalmente a la tertulia del catedrático en su casa del Paseo de la Bomba. Incluso posteriormente también a la de Manuel de Falla. Verdaderos nidos de progres.

A pesar de ser sobrino del arzobispo, sufrió infinidad de denuncias anónimas ante el Nuncio de Madrid y el Vaticano. Se le acusaba de tener ideas demasiado modernas. E incluso de que no respetaba el celibato. En suma, había dudas sobre su vocación sacerdotal. Pero nada le ocurrió porque se movía bajo el paraguas de su tío arzobispo.

A pesar de ser sobrino del arzobispo, sufrió infinidad de denuncias anónimas ante el Nuncio de Madrid y el Vaticano. Se le acusaba de tener ideas demasiado modernas. E incluso de que no respetaba el celibato. En suma, había dudas sobre su vocación sacerdotal. Pero nada le ocurrió porque se movía bajo el paraguas de su tío arzobispo.
 

Jugada para conseguir el deanato

En 1920 falleció José Meseguer i Costa (le enterraron en la Basílica de las Angustias). Y las cosas empezaron a cambiar para su sobrino Luis. El nuevo obispo era Vicente Casanova, un hombre de carácter bastante más conservador que su antecesor que ya venía advertido sobre el liberalismo, forma de actuar y poder de Luis López-Dóriga. El choque entre ambos fue inevitable. [Vicente Casanova se caracterizó por sus malas relaciones con sus subordinados en Granada, especialmente con Medina Olmos y Diego Ventaja, a quienes acabó apartándoles de su lado].

Con sólo 36 años, Luis López-Dóriga comunicó a su arzobispo Casanova que deseaba ascender a deán de catedral. El prelado granadino entendió que quería opositar a deán de la catedral de Zaragoza, que estaba libre en el momento. Y le tendió puente de plata para deshacerse de él. Redactó cartas de recomendación para que le ascendieran a deán en Aragón… Pero la sorpresa de Vicente Casanova debió ser mayúscula al recibir la notificación de Roma de que había sido nombrado deán, pero de la Catedral de Granada. Había sido propuesto por el Rey y por el Duque de San Pedro de Galatino.

Entre 1921 en que fue nombrado deán de la Catedral de Granada y 1930, en que falleció el arzobispo Casanova, la convivencia entre ambos fue sumamente tirante. López-Dóriga se puso de parte, incluso alentó, determinadas huelgas obreras en la convulsa ciudad de Granada

Entre 1921 en que fue nombrado deán de la Catedral de Granada y 1930, en que falleció el arzobispo Casanova, la convivencia entre ambos fue sumamente tirante. López-Dóriga se puso de parte, incluso alentó, determinadas huelgas obreras en la convulsa ciudad de Granada. Desde su puesto de consejero delegado de Gaceta del Sur apoyó a los tipógrafos y electrogasistas durante sus huelgas. La consecuencia fue su cese por el arzobispo y consiguiente prohibición de que escribiese en el diario católico. También fue apartado de otros cargos de tipo social. Ese aumento de tirantez con el arzobispo supuso un acercamiento de López-Dóriga al Defensor de Granada y el apoyo de este medio republicano a las actividades de tipo político que protagonizaba el sacerdote.

Vicente Casanova era primoriverista hasta la médula, íntimo amigo del dictador Miguel Primo de Rivera [Le casó y bautizó a su hijo José Antonio en la parroquia del Buen Consejo, Madrid]. Se las ingenió para que el régimen hiciera la vida imposible al deán de su catedral entre los años 1923-30. López-Dóriga resistió y se fue cobijando cada vez más en posturas izquierdistas, notablemente influido por el diputado Fernando de los Ríos.



Fotografía de Luis López-Dóriga publicada en 1933 en un diario de Madrid, a los pocos días de ser excomulgado.

Los manifestantes aplaudieron al sacerdote al ver que el primer responsable de la Catedral estaba con ellos. Así lo recogió el Defensor de Granada en su crónica de la manifestación.

Hasta que llegó 1930 y ocurrieron dos hechos importantes en la vida del deán: acabó la dictadura de Primo de Rivera y falleció el arzobispo Vicente Casanova. Era el momento en que se adivinaba la muerte de la monarquía y el advenimiento de la República. Y la II República llegó el 14 de abril del año siguiente. López-Dóriga lo celebró desde su cargo de deán catedralicio. Incluso pocas semanas después, el 26 de mayo, Granada organizó una de las mayores manifestaciones para celebrar la libertad republicana y el primer centenario del ajusticiamiento de Mariana Pineda. Más de 50.000 personas se manifestaron por la Gran Vía y pudieron ver cómo del balcón del piso donde vivía el deán colgaban crespones rojos. Los manifestantes aplaudieron al sacerdote al ver que el primer responsable de la Catedral estaba con ellos. Así lo recogió el Defensor de Granada en su crónica de la manifestación.

En aquel momento, el Arzobispado de Granada carecía de prelado titular por defunción de Casanova. La sede permanecería vacante unos años más, hasta 1934. Hacía las veces de arzobispo en funciones o vicario episcopal sustituto el obispo de Tabora, Lino Rodrigo Ruesca.



Recorte de El Defensor de Granada, 27 de mayo de 1931.

El deán López-Dóriga se movía en los círculos del PSOE, pero, sin saber por qué, apareció en la candidatura del Partido Republicano Radical Socialista de Marcelino Domingo para las elecciones generales de 1931. Lo hizo como independiente; todo apunta que no acompañó a Fernando de los Ríos en la lista del  PSOE debido a que tenía que ser militante previamente.

López-Dóriga, el deán de la Catedral de Granada desde hacía diez años, salió elegido diputado por Granada en junio de 1931

López-Dóriga, el deán de la Catedral de Granada desde hacía diez años, salió elegido diputado por Granada en junio de 1931. Fue el séptimo más votado de los nueve diputados por las demarcaciones de la capital y provincia (entonces se votaban por separado); incluso en varios pueblos resultó el candidato con más votos. Algo insólito. Las mujeres todavía no tenían derecho a sufragio.





Lista de los 9 diputados elegidos en Granada en las elecciones constituyentes de 1931, con el número de votos recibidos.

En las elecciones constituyentes de la II República salieron elegidos al menos ocho sacerdotes de la Iglesia católica de toda España; López-Dóriga era el de mayor “graduación”. Buena parte de ellos, alineados con partidos de izquierdas. Durante el debate y votación del articulado de la Constitución de 1931 (aprobada el 9 de diciembre), el deán de Granada mantuvo una postura claramente de izquierdas. El Partido Radical Socialista le permitió que votase en conciencia, ya que era independiente dentro de su grupo parlamentario. No obstante, el deán se alineó en la inmensa mayoría de los casos con las tesis progresistas, izquierdistas o rojas: apoyó la separación Iglesia-Estado, votó a favor de la aconfesionalidad del Estado, sobre el divorcio se abstuvo…

Aquella actitud manifiestamente progresista le granjeó grandes aplausos y respeto de la mayoría izquierdista del Congreso. Pero la jerarquía eclesiástica le puso definitivamente en el punto de mira. Fue llamado a capítulo por el vicario sustituto granadino (Lino) y por el nuncio en España

Aquella actitud manifiestamente progresista le granjeó grandes aplausos y respeto de la mayoría izquierdista del Congreso. Pero la jerarquía eclesiástica le puso definitivamente en el punto de mira. Fue llamado a capítulo por el vicario sustituto granadino (Lino) y por el nuncio en España, Federico Tedeschini; se le exigió que rectificara. La Iglesia entendía que había llevado demasiado lejos sus ideas de modernidad.

López-Dóriga entendió que estaba actuando en conciencia con sus ideas, sus sentimientos y con el sentir mayoritario de los obreros católicos españoles. Redactó varios escritos justificativos, que de nada le sirvieron. La respuesta de la Iglesia a la tozudez del deán granadino fue enviarle la suspensión a divinis o entredicho. En la práctica aquello significó que, a partir del 14 noviembre de 1931, no podía oficiar como sacerdote y se le retiraba la condición de deán de la Catedral de Granada. También fue expulsado de la Universidad Pontificia.



Firma del deán de la Catedral de Granada en una de sus cartas remitidas a la Nunciatura.

El sacerdote suspendido continuó actuando como un diputado más del PRS, ya afiliado y sujeto a disciplina de voto a partir de enero de 1932. Mientras, la Iglesia esperaba que el aviso le hiciera regresar al redil de la jerarquía episcopal. No ocurrió así, sino todo lo contrario. López-Dóriga mantuvo que Jesucristo fue uno de los primeros socialistas, que se preocupó más por los pobres y desheredados. Tal como él estaba haciendo. Su manera de practicar el cristianismo no fue entendido en aquella época tan temprana.

El resultado fue que para enero de 1933 ya había sido enviada desde Granada y Madrid una propuesta al Vaticano para que fuese excomulgado

El resultado fue que para enero de 1933 ya había sido enviada desde Granada y Madrid una propuesta al Vaticano para que fuese excomulgado. A primeros de febrero ya estaba en Madrid el breve papal que le comunicaba la excomunión; no obstante, el nuncio no se la entregó hasta el día 27 porque en el Congreso se estaba debatiendo sobre las relaciones Iglesia-Estado y no quería tensar más la situación.









La excomunión del sacerdote se convirtió en un gran escándalo en España, todos los diarios publicaron la noticia. Los sectores progresistas e izquierdistas promovieron recogidas de firmas, manifiestos, mítines, comidas de desagravio, etc. El ex deán no paraba de salir en los periódicos dando su versión de lo ocurrido y manteniéndose firme en sus planteamientos.

El 9 de octubre de 1933 acabó la legislatura constituyente. López-Dóriga había dejado de trabajar para la Iglesia y deseaba seguir trabajando como diputado. El PRS decidió no incluirlo en la candidatura de Granada para las elecciones de diciembre de 1933; el ambiente creado contra él por los sectores conservadores granadinos, más la inclusión del voto de las mujeres, desaconsejaron hacerlo. Mejor llevarlo en la candidatura por Castellón, la tierra de su familia materna. Pero ocurrió lo que se temía para Granada: ganaron los partidos de derechas y López-Dóriga se quedó en el paro.

Autoexilio de Granada

Sus relaciones con Granada empezaban a enfriarse. Regresó unos meses a finales de 1933- principios de 1934 para opositar en la Escuela Normal del Profesorado. Su primer intento se convirtió en una confabulación contra él, que lo apartó de la plaza; no así a la segunda,  consiguió sacar la oposición. Pero continuó sin trabajo.

En Castellón hizo algunos trabajos como docente, nadando siempre entre la desconfianza de quienes no acababan de creerse su militancia izquierdista y los conservadores que le veían como un cura condenado al infierno

Decidió desaparecer de Granada y mudarse a Vinaroz, la casa de su familia materna. Allí había acudido frecuentemente durante los dos años anteriores a visitar a su madre enferma. En Castellón hizo algunos trabajos como docente, nadando siempre entre la desconfianza de quienes no acababan de creerse su militancia izquierdista y los conservadores que le veían como un cura condenado al infierno. En aquel ambiente vivió dos años de ostracismo, hasta que en febrero de 1936 volvió a presentarse candidato cunero del PRS por la provincia de León. Tuvo la misma suerte que en el intento anterior: no cosechó los votos suficientes y no salió diputado.

No obstante, habían ganado las elecciones los partidos de izquierdas. López-Dóriga continuaba manteniendo buenas relaciones con quienes gobernaban en España. Pidió ayuda al Gobierno (al ministro de Instrucción Francisco Barnes Salinas) para que le concedieran trabajo en un instituto de Castellón. La respuesta fue positiva, de manera que el 11 de julio de 1936 empezó como profesor de gramática y caligrafía en el instituto de Benicarló.

Una semana más tarde también empezó la guerra civil. Vinaroz, su residencia, fue objeto de quemas de instituciones religiosas y asesinatos de 16 sacerdotes. El ex deán de Granada  estuvo en la lista del pelotón, la desconfianza y confusión eran absolutas. Consiguió salvarse de ser fusilado

Una semana más tarde también empezó la guerra civil. Vinaroz, su residencia, fue objeto de quemas de instituciones religiosas y asesinatos de 16 sacerdotes. El ex deán de Granada  estuvo en la lista del pelotón, la desconfianza y confusión eran absolutas. Consiguió salvarse de ser fusilado. Continuó dando clases. Dejó de militar en el PRS y apareció relacionado con Izquierda Republicana, de la mano de Manuel Azaña.

Su situación política se estabilizó al convertirse Valencia en sede del Gobierno republicano. Por su casa de Vinaroz desfilaron ministros y altas personalidades. Allí recalaron hasta Manuel Azaña y Martínez Barrio. Estas presencias fueron conocidas por el espionaje nacional y a ello se achaca el que fuese bombardeado Vinaroz por la aviación franquista.

Fin de la guerra y exilio a México

En 1938 el avance del ejército sublevado consiguió alcanzar el Mediterráneo por la zona de Vinaroz. Luis López-Dóriga se retiró hasta Valencia durante unas semanas. Allí volvió a coincidir con una joven maestra granadina, familiar lejana suya: Josefina Roca-Fava Meseguer. Ambos habían opositado juntos en Granada. Josefina era militante del Partido Comunista y trabajaba puntualmente en la Escuela Nacional Cossío. La maestra apenas tenía 30 años.



Oficina de Cultura Popular, Valencia 1937, donde trabajó Josefina Roca-Fava durante la guerra civil.

El ex deán y Fina se retiraron a Barcelona. Ella fue enviada a Rusia por el Ministerio de Educación Popular. Iba encargada de un grupo de niños exiliados a Moscú. Permaneció en la Casa Infantil número 1, llamada Pravda, hasta el 24 de enero de 1939 en que regresó a Barcelona.

Mientras tanto, López-Dóriga había permanecido en Barcelona al servicio del Gobierno de la República. Después se trasladó como cónsul a Perpiñán a gestionar la acogida de refugiados españoles y su posterior exilio a México.  En Francia se volvieron a juntar el sacerdote y la joven maestra. Se casaron en Perpiñán, como paso previo a partir también en dirección a América.



Josefina Roca-Fava y López-Dóriga en Santo Domingo, hacia 1950.

Luis López-Dóriga se convirtió en uno más de la extensa colonia española de exiliados por motivos políticos. Debido a su gran formación, no tuvo problemas para encontrar trabajo como profesor en el Instituto Madrid. Aunque una grave enfermedad ocular le dejó prácticamente ciego a mediados de los años cuarenta. El matrimonio –con más de veinte años de diferencia en edad- pasó por diversos altibajos de convivencia. No tuvieron hijos.

Luis López-Dóriga se convirtió en uno más de la extensa colonia española de exiliados por motivos políticos. Debido a su gran formación, no tuvo problemas para encontrar trabajo como profesor en el Instituto Madrid. Aunque una grave enfermedad ocular le dejó prácticamente ciego a mediados de los años cuarenta

Josefina falleció joven, hacia finales de los años cincuenta. Luis sobrevivió hasta febrero de 1962; está enterrado en el Pabellón de España de la capital mejicana.

Represión y damnatio memoriae

En 1931 había un joven sacerdote en Vinaroz que empezó como coadjutor-organista en la parroquia de la Asunción. Se llamaba Vicente Enrique y Tarancón, quien con el tiempo llegaría a ser cardenal primado de España. El estallido de la guerra civil le cogió en Galicia, pero regresó a poner orden en la diócesis de Castellón en junio de 1938, poco después de ser tomada la zona por el ejército de Franco.

Tarancón conocía sobradamente al ex deán de la catedral de Granada. Se encargó de redactar un demoledor informe sobre él para remitirlo a la Comisión Provincial Depuradora del Magisterio. Informó de su pasada actividad política en el seno del PRS, de su participación en el Congreso y de que fue excomulgado por rojo

Tarancón conocía sobradamente al ex deán de la catedral de Granada. Se encargó de redactar un demoledor informe sobre él para remitirlo a la Comisión Provincial Depuradora del Magisterio. Informó de su pasada actividad política en el seno del PRS, de su participación en el Congreso y de que fue excomulgado por rojo. En cuanto a su estancia en Vinaroz (1934-8), destacó su trabajo como maestro de cariz izquierdista. Le describió como un cura que no era tratado como tal por las autoridades republicanas, sino como uno más entre ellos. “Daba la impresión que estaba en connivencia con los que perseguían y mataban a sus compañeros” (curas), especificó Tarancón.

El Tribunal de Responsabilidades políticas le estuvo investigando durante varios años tras la guerra civil. Como en otros muchos casos de rojos, se le acusó de todo lo acusable. Fue condenado en rebeldía a quince años de extrañamiento, inhabilitación absoluta para ocupar cargos durante otros quince años y a la confiscación de todos sus bienes. El palacete de la familia Meseguer en Vinaroz fue convertido en cuartel de la Guardia Civil (Hoy, ya derribado, en su solar hay un hogar de ancianos).



Casa de los Meseguer i Costa en Vinaroz, donde se refugió el sacerdote tras su autoexilio de Granada. Aquí vivió entre 1934 y 1938. Fue demolida a finales del siglo XX.

El Arzobispado se ocupó de aplicarle una damnatio memoriae (condena al olvido). Fue quemado todo documento, fotografía, periódico, folleto, libro, etc. que llevara su nombre o le recordase. 

En cuanto a Granada, el Arzobispado se ocupó de aplicarle una damnatio memoriae (condena al olvido). Fue quemado todo documento, fotografía, periódico, folleto, libro, etc. que llevara su nombre o le recordase. A la organización Scout se le recomendó que olvidase todo lo que hacía referencia a él; suerte similar sufrieron las iniciativas que desde 1912 habían tenido alguna relación con el deán rojo (el Patronato de Casas Baratas de la carretera de Maracena y el Círculo de Obreros).

Quedaron poquísimas fotografías donde él apareciese. Sólo se salvaron las que habían sido publicadas en revistas de Madrid y algunas guardadas por amigos jesuitas, la organización Scout y un convento de clausura de Granada.



Pintura al fresco en el camarín de la Basílica de las Angustias. Reproduce la fotografía de la coronación de 1913. López-Dóriga es el primero por la izquierda.

Nadie reparó en que su figura había sido plasmada en 1929 en el fresco del camarín de la Virgen de las Angustias, justo encima de la corona que él había entregado a su tío arzobispo para que la coronase

Parece que nadie reparó en que su figura había sido plasmada en 1929 en el fresco del camarín de la Virgen de las Angustias, justo encima, izquierda, de la corona que él había entregado a su tío arzobispo para que la coronase. Y si repararon, debieron pensar que el retrato era de perfil, no le hacía justicia y nadie repararía en ello. Así es como el cura que coronó a la Virgen el 20 de septiembre de 1913, excomulgado por rojo, ha sobrevivido hasta nuestros días pintado sobre la cabeza de la Virgen de las Angustias.

En busca del perdón de la Iglesia

Luis López-Dóriga aceptó la suspensión a divinis, pero jamás la excomunión. Era católico de profundas raíces, aunque entendía el cristianismo de una manera muy rompedora para entonces. Ya estando en México y pasada la guerra civil, se rumoreó que había escrito al arzobispo Balbino Santos Olivera (1946-53); el motivo era solicitar el levantamiento de su excomunión y regresar a Granada. Pero Balbino habría contestado que no era el momento más oportuno.

El sacerdote exiliado en México Carlos Moreno Cañada, originario de Granada, conoció al ex deán en México en la década de los años cincuenta en el Instituto Madrid. A través de este exiliado granadino se supo que López-Dóriga continuó insistiendo en que el Vaticano levantase su excomunión. La Santa Sede nombró a dos religiosos mejicanos para que hiciesen una encuesta sobre la vida que llevaba en México. Parece ser que por entonces no hacía vida marital con Josefina Roca-Fava, ya que en su apartamento sólo había una cama individual. Pero, a pesar de todo, se cree que López-Dóriga falleció habiendo recibido el levantamiento de su excomunión. [No he conseguido contrastar este dato a través de la Nunciatura ni del Arzobispado de Granada]

Se cree que López-Dóriga falleció habiendo recibido el levantamiento de su excomunión

Eso debemos pensar, ya que en 2013, con motivo del Centenario Scout de Granada le fue ofrecida una misa en la Catedral de Granada, su catedral, conjuntamente con el homenaje al Duque de San Pedro de Galatino. Al menos, los Scout consiguieron que se le pusiera su nombre a una plaza en el barrio del Zaidín… si bien es en calidad de fundador de los Scout, no en su condición de religioso y/o político de interés para la Historia de Granada.

A lo mejor todavía se está a tiempo de corregir ese olvido



Miguel Alaminos posa delante de la placa colocada en Granada.