CCOO y UGT rinden homenaje a los tres obreros asesinados
Representantes de las delegaciones de la construcción de los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y UGT han recordado este martes en Granada a Manuel, Antonio y Cristóbal, los tres obreros asesinados mientras participaban en una manifestación en defensa de mejoras laborales durante la huelga en el sector de la construcción del 21 de julio de 1970, hace 45 años.
En el acto, al que han asistido familiares de las víctimas, se han guardado cinco minutos de silencio en memoria de los obreros fallecidos y se ha realizado una ofrenda floral en el monumento que se levanta en La Caleta en homenaje a las víctimas que perdieron la vida en aquella movilización.
"El sindicato es el alma más poderosa que tiene la clase obrera; lo que más estorba a los que mandan". Quien así se expresa es Nati Bullejos, que recuerda los años de lucha sindical al finalizar el homenaje en La Caleta. Relata cómo prepararon la movilización, con reparto de octavillas que acabaron finalmente con todos los jóvenes implicados entonces en esa tarea detenidos. Todos menos ella, destaca. "Porque no me delataron". Tampoco tuvo condena el más joven de los activistas -era menor de edad, recuerda-. Su marido, Pepe Cid de la Rosa, fue el primer secretario de CCOO. Junto a ella, en La Caleta, conversa Luis López García, al que encomendaron afiliación y finanzas del sindicato. Su profesión, pintor de la construcción. Y cuenta cómo repartía los primeros carnés del sindicato que llegaron a Granada. 5.000 para Maracena. Los números comenzaron en el 130.000. Y precisa orgulloso que el suyo era el 130.001. Y hay más compañeros de los fallecidos, y familiares, y sindicalistas más jóvenes. Como cada año se reúnen para recordarlos. Para contar la marca de un disparo que quedó en la persiana del estanco frente al antiguo edificio de los sindicatos. Para recordar cómo los familiares de los fallecidos no encontraban respuestas. Para que recordar, porque no quieren que se olvide. /M.A.
Para el secretario general del sindicato provincial de Metal, Construcción y Afines de UGT en Granada, Francisco Ruiz-Ruano, la huelga del 70 y las muertes "deben inspirar a los trabajadores en estos momentos en que los derechos están en cuestión por la codicia de especuladores financieros, empresarios sin escrúpulos y leyes injustas como la Ley mordaza que pretenden callar y que no se defiendan los derechos en la calle".
A algunos, ha dicho el sindicalista, "les gustaría que se olvidaran estas muertes porque quien no tiene memoria ni recuerdos difícilmente puede tener objetivos o referentes para el futuro" aunque ha incidido en que "el mejor homenaje es no resignarse como no lo hicieron ellos" y ha abogado por "seguir revelándose contra las condiciones laborales indignas sin consentir que el trabajador sea esclavos al servicio del empresario".
El representantes de UGT se ha mostrado "dispuesto" a "dar respuesta a cualquier agresión contra los derechos de los trabajadores" y ha asegurado que la generación de empleo no sirve si no conlleva "calidad, estabilidad y derechos que lo conviertan en un trabajo digno" por lo que ha mencionado la "eliminación de la reforma laboral y la mejora en los salarios y en las condiciones de los trabajadores.
"Estas muertes no fueron inútiles, fueron la contribución de la clase trabajador a la llegada de la democracia", ha apostillado el representante sindical.
Por su parte, el secretario general de Construcción y Servicios de CCOO en Granada, José Sánchez Cano, ha reconocido que la lucha obrera de los tres "compañeros" cimentó "los derechos que actualmente se disfrutan" porque "no se consiguen sin lucha, se conquistan y se defienden" y es por tanto "una obligación" reconocer el papel de los asesinados y de los compañeros que en unas condiciones de "miseria y represión levantaron su voz contra la injusticia y el abuso".
Durante aquella huelga, Antonio Cristóbal Ibáñez Encinas, marmolista natural de Granada y de 43 años; Manuel Sánchez Mesa, domiciliado en Armilla, de 27 años y Antonio Huertas Remigio de 21 años y vecino de Maracena, resultaron mortalmente heridos y sus familiares apenas pudieron identificarles.
La policía armada efectuó 113 detenciones de trabajadores que fueron puestos a disposición de la autoridad militar, algo que para CCOO no fueron muertes causales sino que respondieron a la "necesidad de la dictadura de atajar unas movilizaciones en las que se estaba exigiendo dignidad, en las condiciones de trabajo y en el salario que permitieran vivir a los trabajadores y sus familias sin miseria".
Por último, se ha referido el representante sindical a la reforma del Código Penal y la Ley de Seguridad Ciudadana que lo que "persiguen es acallar la protesta social frente a las políticas de recortes y de ataque a los derechos sociales y laborales" y pretenden, entre otras muchas cosas, que "se limite gravemente el ejercicio del derecho de huelga, dando carta de naturaleza a la ofensiva penal y administrativa contra este derecho que tiene a 300 sindicalistas encausados y limita los derechos de reunión, manifestación, expresión, libertad sindical y de huelga".