Carlos Cano y Antonina Rodrigo por una Granada Abierta
Siempre he dicho que Carlos Cano sigue vivo a través de sus canciones, que nos sirven de inspiración para conceder el premio que lleva su nombre. Este año, hemos premiado a Antonina Rodrigo, biógrafa de Mariana de Pineda, que representa a la Granada Abierta con la que Carlos soñó.
Carlos Cano era un cantautor comprometido con la justicia social. Por eso, dedicó sus primeras canciones a los marginados y excluidos. Todos recordamos La hoguera, La muralla, Duerme duerme negrito, Canción para Lucrecia y, por supuesto: La Miseria:
Vengo de abajo,
de un valle podrío de yerba,
dónde no existe el futuro,
sólo la Miseria.
También fue un defensor incansable de la cultura popular andaluza, estampando su firma en tres manifiestos. En 1972, participó en el primer homenaje mundial que hizo la UNESCO a Federico García Lorca, en París. Y empezó su actuación con las siguientes palabras: "Represento a un movimiento andaluz que se llama Manifiesto Canción del Sur, que canta a la sensibilidad del andaluz de hoy y a sus problemas sociales y culturales".
En la capital francesa conoció a Paco Ibáñez, Ian Gibson, Elisa Serna o Lluís Llach, entre otros.Y formó parte de la resistencia artística y cultural contra la dictadura, junto con otros andaluces como Salvador Tavora, que puso en marcha el teatro de la Cuadra y su Quejío; José Menese y Manuel Gerena, cantando a la libertad; Enrique Morente y su homenaje flamenco a Miguel Hernández, o Mario Maya y su obra Camelamos Naquerar (queremos hablar) en la que denunciaba la situación injusta del pueblo gitano.
Unos años más tarde, en 1976, Carlos Cano firmó también aquel mítico Manifiesto del Cinco a las Cinco, considerado el primer homenaje a Federico García Lorca. Un acto celebrado en la plaza de Fuente Vaqueros, el 5 de junio a las 5 de la tarde, día y hora en la que nació Lorca.
Había muerto el dictador, pero el régimen franquista seguía reprimiendo y sólo permitió media hora de libertad. En aquel pueblo de la Vega granadina, que vio nacer a Federico, escuchamos a un joven Carlos Cano cantar la canción que había compuesto para ese día:
A las 5 d'un 5 de junio
Federico, mi hermano,
bajó a la plaza de Fuentevaqueros
y allí con su pueblo
pa siempre quedó...
Y en 1995, Carlos firmó el Manifiesto 2 de Enero para transformar el Día de la Toma en Fiesta de las Culturas. Manifiesto que recibió el respaldo de la UNESCO, y fue firmado también por numerosos artistas e intelectuales, como José Saramago, Pepe Chamizo, Amin Maalouf, Antonina Rodrigo, Antonio Gala o Juan Goytisolo.
"¿Cómo es posible que en una ciudad como Granada, aún se siga conmemorando el día en que fue tomada por los invasores? Es una aberración histórica. Una barbaridad", decía el cantautor
El propio cantautor decía: "Que dejen de celebrar la dichosa Toma de Granada por los ejércitos de los Reyes Católicos, simbolo de uniformidad, intolerancia y ruptura de la convivencia, para que sea sustituida por otro tipo de actos que enaltezcan valores positivos, como la convivencia, el diálogo, el mutuo entendimiento y el respeto. ¿Cómo es posible que en una ciudad como Granada, aún se siga conmemorando el día en que fue tomada por los invasores? Es una aberración histórica. Una barbaridad".
El compromiso de Carlos Cano con la Granada nazarí se inició con sus Crónicas Granadinas, un disco valiente para hacer justicia a los moriscos: Canto al amanecer, El bando, Casida del rey chico o Una sirena en la Alhambra, canciones que compuso tras un viaje a Marruecos, siguiendo los pasos de Blas Infante, donde conoció a la diáspora andalusí. Y por supuesto sus Moros y Cristianos, la canción que se ha convertido en el himno de Granada Abierta.
Y cuando hablamos de Carlos Cano, tenemos que recordar también su compromiso con Andalucía y la canción que le dedicó al líder jornalero Diamantino García:
En el tiempo de los gigantes
de la lucha por el hombre
tú llegabas con la verdiblanca
por la causa de los pobres.
Levantando por los caminos
Diamantino el horizonte
la Esperanza de los campesinos
dentro de los corazones.
El corazón de Carlos se apagó el 19 de diciembre del año 2000, pero nosotros seguimos cantando la Murga de los Currelantes, que es como la Internacional con acento andaluz, y su Verde, blanca y verde, que es el color de nuestro corazón.