Las Brigadas Internacionales en la Alpujarra
El insolente viento de Poniente irrumpió súbitamente sobre la plaza de Castell de Ferro, haciendo tambalear el frágil atril que constituía todo el escenario, y generando una inusitada agitación de banderas tricolores. Allí nos habíamos concentrado, en aquella tarde de febrero, un centenar de personas convocadas por las asociaciones memorialistas con la finalidad de colocar una humilde placa en recuerdo del médico canadiense Norman Bethune, que el once de febrero de 1937 había alcanzado la población en auxilio de los refugiados de la carretera de Málaga a Almería y de los aviadores del Potez 540 de la Escuadrilla España de Malraux que había sido derribado en su costa.
A punto de terminar el acto, una señora, cuyo castellano contundente y escueto delataba su origen centroeuropeo, solicitó leer, en nombre de su marido, un pequeño texto que la emoción y el escaso dominio del idioma le impedían hacer por si mismo. Y así fue como los allí reunidos tuvimos conocimiento del paso por estas tierras de Heinrich Fritz, nacido en Austria en 1908 y, con él, los voluntarios internacionales de los batallones Tchapaiev y Henri Vuillemin que fueron desplazados en febrero de 1937 por la República española para proteger la retirada de los refugiados que huían desde Málaga.
Desde allí se ofreció como voluntario en las Brigadas Internacionales, llegando a España a mediados de noviembre de 1936, y quedando encuadrado en el batallón nº8, Tchapaiev, de la XIII Brigada Internacional, con el nombre clandestino de Julius Schacht
Las Brigadas Internacionales se constituyeron en octubre de 1936 como respuesta internacionalista al bloqueo que las principales potencias europeas impusieron a la República española, y ante la evidencia del envío de fuerzas militares de Italia y Alemania en apoyo a los militares golpistas. De este modo llegaron a nuestro país del orden de 40.000 voluntarios de más de 50 naciones, la mayor parte de ellos activistas antifascistas que debieron abandonar sus hogares de forma clandestina y emprender un largo viaje, en la mayor parte de los casos, trágico. Ese fue el caso de Heinrich. Llegó a España tras un largo periplo por Europa tras haber participado en el levantamiento de los trabajadores austriacos en febrero de 1934, huir hacia Suiza y, posteriormente, a la Unión Soviética. Desde allí se ofreció como voluntario en las Brigadas Internacionales, llegando a España a mediados de noviembre de 1936, y quedando encuadrado en el batallón nº8, Tchapaiev, de la XIII Brigada Internacional, con el nombre clandestino de Julius Schacht.
Los batallones de la XIII B.I. intervinieron por primera vez la noche del 26 de diciembre de 1936 en la batalla de Teruel con unas enormes pérdidas. El Tchapaiev quedó reducido a la mitad de sus efectivos, mientras que los batallones 10 y 11 tuvieron que ser refundidos, lo que obligó a que fuesen trasladados a Utiel y Requena para su reorganización. Allí se encontraban cuando el día 8 de febrero de 1937 recibieron la orden de movilizarse rápidamente hacia Almería, ante la ofensiva desplegada por las fuerzas italianas sobre la ciudad de Málaga y el empuje irrefrenable del Ejército sublevado al mando de Queipo de Llano.
La compañía polaca Mickiewitcz avanzó por la carretera de Albuñol a Órgiva hasta alcanzar Puerto Camacho, mientras que el resto del batallón progresó por la costa ocupando Castell de Ferro el día 15 y Calahonda el 16
El día 11 las primeras unidades de la contraofensiva republicana sobrepasaron Almería hasta alcanzar Albuñol donde Miguel Gallo, al mando los efectivos de la 6ª Brigada Mixta, había establecido la defensa. El día anterior había llegado a Aguadulce el Estado Mayor de la XIII Brigada Internacional y el 13 de febrero, tras tres días ininterrumpidos de viaje en camiones, lo hacia el Tchapaiev que, apenas sin descansar, fue enviado de forma inmediata a la vanguardia. La compañía polaca Mickiewitcz avanzó por la carretera de Albuñol a Órgiva hasta alcanzar Puerto Camacho, mientras que el resto del batallón progresó por la costa ocupando Castell de Ferro el día 15 y Calahonda el 16. De su aventura costera tenemos constancia gráfica gracias a las imágenes que los fotógrafos Robert Capa y Gerda Taro tomaron de ellos.
Mientras el batallón Tchapaiev estabilizaba el frente en la costa de Granada, el Ejército sublevado inició una maniobra un poco más al norte, en la Alpujarra, con el objetivo de cortar su retaguardia y embolsar a estas unidades. Para contrarrestar esta acción, Gallo decidió taponar la brecha con el envío del recién llegado 10º batallón de la XIII B.I, Henri Vuillemin, a los altos de la Contraviesa y la Sierra de Lújar, a más de 1.800 metros de altitud, donde las copiosas nevadas lo dejaron aislado y sin aprovisionamiento durante los cinco días posteriores. Allí murieron por disparos de artillería Edmón Marnier, Achiel Debruyne, Eugene Meunier y Victor Claude.
Los internacionales llamaron a esta operación “Nuestra victoria más bonita”
Contenida la situación, Gallo decidió pasar a la contraofensiva. El Batallón Tchapaiev fue relevado en la costa por efectivos de la 55 Brigada Mixta y desplazado a la Alpujarra, hacia Juviles. Desde aquí, y tras 10 horas de marcha nocturna a pie, atacaron la población de Trevélez a las 6.00 horas del día 21 de febrero enfrentándose a tres compañías de Regulares. El avance continuó, ocupando Pitres y Pórtugos, y posteriormente, Busquístar, Ferreirola y Mecina, recuperando gran cantidad de material militar y liberando a un grupo de milicianos. Los internacionales llamaron a esta operación “Nuestra victoria más bonita”. El conocido brigadista suizo Eolo Morenzoni, recuerda especialmente este asalto en sus memorias, donde su amigo Romeo Nesa perdió un brazo al estallarle una granada de mano.
En los días siguientes, los internacionales ascendieron hasta alcanzar la cumbre del Mulhacén bajo unas condiciones extremas de frio en el invierno de Sierra Nevada.
Heinrich Fritz lo relató así:
El saldo de su estancia para los internacionales fue de 9 muertos y 20 heridos
En la Alpujarra y la Contraviesa, los batallones de la XIII Brigada Internacional combatieron entre el 21 de febrero y el 27 de marzo. El saldo de su estancia para los internacionales fue de 9 muertos y 20 heridos. Las bajas por el frío fueron considerablemente más altas, ya que solo en los primeros días hubo que evacuar a más de 50 brigadistas de la línea del frente con congelaciones. Entre los fallecidos se encontraban el jefe de la 3ª Compañía, el húngaro Jenö Winkler, y los austriacos Karl Fokker y Georg Lutz.
El día 27 de marzo de 1937 los internacionales abandonaron el frente Motril-Mulhacén al recibir la orden de traslado al sector de Pozoblanco. La XII B.I. fue diezmada en varias ocasiones, siempre utilizada como unidad de choque. Tras su desmovilización, en octubre de 1938, algunos de sus miembros quedaron en España luchando integrados en otras unidades, hasta su paso definitivo a Francia por el puerto de Le Pertús, el día 7 de febrero de 1939.
En noviembre de 1942 fue trasladado al campo de exterminio de Dachau donde permaneció hasta el 29 de abril de 1945
Heinrich Frizt también lo hizo junto a miles de combatientes. En Francia fue retenido en el campo de Saint-Cyprien, de donde escapó en 1940 para incorporarse a la Resistencia francesa. De nuevo fue apresado y encarcelado en Chalon-sur-Saône. En noviembre de 1942 fue trasladado al campo de exterminio de Dachau donde permaneció hasta el 29 de abril de 1945. Posteriormente volvió a Austria donde siguió su actividad política. Tras su muerte, en mayo de 1997 en Viena, su hijo Ernst encontró entre sus pertenecías la bandera de la compañía con la que estuvo en Sierra Nevada. Y aquella tarde ventosa de febrero se acercó a Castell de Ferro para dar testimonio de este ejemplo de solidaridad internacional que fueron las Brigadas Internacionales.
A ellos homenajeamos el próximo 17 de julio en las mismas cumbres donde dieron sus vidas por defender las libertades de personas a las que no conocían, pero que sentían como miembros de la gran fraternidad internacional por la que lucharon.
La información del artículo ha sido extraída de las siguientes fuentes:
- Alcalde, F., Ayala J., Cañadas, M, Ramos, A. y Salguero, A. (2019): La Guerra en las Alpujarras. Vol III. Diputación de Granada-Ayuntamiento de Motril.
- Alcalde, F (2019). Las Brigadas Internacionales en la Desbandá. Las fotografías de Robert Capa y Gerda Taro. Ed. Asociación 14 de abril.
- Bavaud, P. y Bégui, J.-M. Les obubliés. trois Suisses de la Guerre d’Espagne. Ed. Cabédita, Bière, 1998.
- Fritz, Ernst, 2017. Entrevista personal
- Kantorovich , Alfred: "Tschapaiew", das Bataillon der 21 Nationen, Madrid, Imprenta Colectiva Torrent, 1938. Traducción del párrafo por Luis Cano.
- Maassen, Hanss: Die Söhne des Tschapajew, Verlag des Ministeriums für Nationale Verteidigung, Berlin 1960. Traducción del capítulo a cargo de Wolfgang Piller.
- Montero Barrado, Severiano. (2015) Las Brigadas Internacionales en Andalucía. Publicación electrónica de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales. Madrid