La asociación Buxus lamenta que la Charca de Suárez no esté aún incluida en la Red Natura 200 pese a sus "indudables valores ambientales"
La asociación ecologista Buxus de Motril ha lamentado que la Charca de Suárez, en Motril, todavía no esté aún incluida en la Red Natura 2000 pese a sus "indudables valores ambientales". La Red Natura 2000, que en estos días celebra s Día Europeo, reúne más de 27.000 espacios naturales de toda Europa que se han declarado para conservar y proteger determinadas especies y hábitats. Además de proteger especies singulares, su declaración permite una gestión ambiental coordinada y el acceso a fondos de financiación europeos.
Buxus explica en un comunicado que, pese a contar con la aprobación municipal y el informe favorable de la Delegación en Granada de la Consejería de Desarrollo Sostenible, "el expediente para su inclusión en esta red sigue paralizado, pese a sus indudables valores ambientales que han determinado su propuesta de inclusión como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves)".
Esta categoría engloba a “zonas naturales de singular relevancia para la conservación de la avifauna amenazada de extinción", de acuerdo con lo establecido en la directiva comunitaria 79/409/CEE y modificaciones subsiguientes («Directiva sobre la Conservación de Aves Silvestres» de la UE). La convención parte del reconocimiento de que las aves del territorio europeo son patrimonio común y han de ser protegidas a través de una gestión homogénea que conserve sus hábitats. Bajo la directiva, los estados miembros de la Unión Europea asumen la obligación de salvaguardar los hábitats de aves migratorias y ciertas aves particularmente amenazadas.
La Charca de Suárez constituye el último humedal de la Costa de Granada. Su origen se encuentra ligado al proceso de formación del delta del Río Guadalfeo durante los últimos 500 años, en concreto, a la conformación de zonas palustres en su desembocadura y en las zonas marginales situadas en el borde de su lóbulo principal. Posteriormente, el manejo realizado por el hombre, transformando el espacio físico (el delta) en un espacio cultural (la vega), esencialmente ligado a la introducción de la caña de azúcar en el siglo VIII, condujo a la reducción de los humedales hasta su práctica desaparición a mediados del siglo XX.
Salvada de ser urbanizada
En 1983, el Plan General de Ordenación Urbana del municipio clasificó las últimas 20 hectáreas que restaban de humedal como urbanizables y en 1991 comenzaron las obras de desecación con destino a la construcción de un albergue municipal. La fuerte respuesta de las asociaciones conservacionistas junto con el apoyo del colectivo de enseñantes y de alguna formación política, permitió la paralización de la obra y el inicio de un proceso lento y tortuoso que condujo a la desclasificación del suelo, su adquisición por el ayuntamiento de Motril y, finalmente, su protección como Reserva Natural Concertada el 17 de febrero de 2009. Actualmente recibe más de 14.000 visitas anuales.
Pese a su importancia, siguen sin resolverse problemas graves que afectan a este espacio, como son el problema de la entrada de aguas contaminadas procedentes de las actividades y viviendas irregulares, la puesta en marcha del centro de recepción de fauna accidentada, el vallado de la Reserva, su ampliación o la insuficiencia de medios materiales y humanos, que solo se suple con el equipo de voluntarias y voluntarios que siguen comprometidos con este espacio y un personal técnico entregado más allá de sus competencias, explica la asociación.