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La Asamblea Ciudadana para el Clima creada por el Ministerio de Transición Ecológica "es una farsa", sostiene Extinction Rebellion

Ciudadanía - IndeGranada - Viernes, 15 de Octubre de 2021
Los dos activistas de XR, durante los últimos días de huelga de hambre frente al Ministerio.
XR spain
Los dos activistas de XR, durante los últimos días de huelga de hambre frente al Ministerio.

El Ministerio de Transición Ecológica aprobó este jueves la orden ministerial para crear una Asamblea Ciudadana para el Clima, una de las reivindicaciones del colectivo medioambiental Extinction Rebellion, dos de cuyos integrantes, uno de Granada, Grian A. Cutanda, y otra de Ibiza, Karen Kileen, han mantenido una huelga de hambre de 33 días para exigir medidas drásticas del Gobierno contra el cambio climático. 

Sin embargo, los dos activistas sostienen que esa asambiela "no va a ser otra cosa que una farsa, una simulación de participación ciudadana y democracia participativa, cuando en realidad van a hacer lo que consideren oportuno para beneficiar a las grandes multinacionales y bancos, prescindiendo de la opinión de la comunidad científica y de la voluntad del pueblo que les ha votado", afirman en un comunicado que reproducimos en su integridad:

"El pasado 29 de septiembre, tras 33 días de huelga de hambre pidiendo una reunión con la vicepresidenta tercera del gobierno y ministra de Transición Ecológica, la señora Teresa Ribera, finalmente se nos ofreció tal encuentro, en el que también participó su jefe de gabinete, el señor Marc Pons.

Durante alrededor de 15 minutos con la vicepresidenta, y de otros 45 minutos más con su jefe de gabinete, les vimos asentir como conocedores de la gravedad de la situación, con previsiones de entre 200 y mil millones de refugiados climáticos, y las advertencias de la comunidad científica de una más que posible extinción humana a lo largo de este siglo.

En vista de que eran conscientes de la gravedad del problema, estuvimos intentando convencerles de que, a la hora de tomar medidas contra el cambio climático, dejen de escuchar a los mercados y escuchen, en cambio, a la comunidad científica. Y les pedimos que, antes que tomar decisiones en beneficio de unos pocos privilegiados en grandes corporaciones y bancos, tomen las decisiones pensando en el bien común del pueblo que les ha votado. Finalmente, hablamos de la ley de Asamblea Ciudadana para el Clima que, ayer mismo, la vicepresidenta anunciaba a bombo y platillo como un ejemplo de democracia participativa… una Asamblea Ciudadana que va a nacer con gravísimos defectos y no va a cumplir la función que debería tener.

Si con esta Asamblea pretenden hacernos creer que desean escuchar la voz de la sociedad civil española, ¿Cómo es que, durante la reunión del pasado día 29, se negaron en redondo, una y otra vez, a que subieran a hablar con ellos nuestras expertas en Asambleas Ciudadanas?

¿Cómo es que, cuando les propusimos demorar la salida de esta ley y que mantuvieran reuniones regulares con la sociedad civil a través de la Plataforma de Asambleas Ciudadanas –en la que participan más de 30 colectivos de la sociedad civil– se negaron en redondo a mantener esas reuniones?

¿Cómo es que ni siquiera han respondido a las alegaciones que esta Plataforma presentó en junio, cosa que les advertimos en la reunión? Se nos dijo que pasarían una nota para que nos respondieran, pero han lanzado antes su ley que nos han respondido.

¿Cómo es que, cuando les sugerimos que, al menos, hicieran una Asamblea Ciudadana homologable a las del resto de Europa, metodológicamente impecable, como la que se había hecho en Francia, se cerraron en banda y dijeron que la suya era mejor, cuando en modo alguno sería representativa de la población española?

"No se ha escuchado a la sociedad civil"

En el Ministerio de Transición Ecológica NO se ha escuchado a la sociedad civil a la que ahora dicen que van a escuchar con la Asamblea Ciudadana por el Clima. De hecho, el proyecto de Asamblea Ciudadana se puso en marcha en enero de 2020. Han tenido casi dos años para escuchar a la sociedad civil y pedirles su participación; y, sin embargo, no lo han hecho.

Por otra parte, si finalmente nos escucharon a las dos personas de Extinction Rebellion a las que nos concedieron la reunión con la vicepresidenta fue después de 33 días sin comer y tras varios rifirrafes por teléfono con propuestas de reunión que no buscaban otra cosa que desactivar nuestra protesta antes de tener un cara a cara con la señora Teresa Ribera. Nos llegaron a proponer reunirnos el 11 de octubre, es decir, cuando ya hubieran lanzado la ley de Asamblea Ciudadana y cuando hubiéramos cumplido 44 días sin comer. Con ello buscaban, evidentemente, que dejáramos la huelga de hambre antes de reunirnos, menguado así la fuerza de nuestra protesta, al tiempo que respondían a nuestras pretensiones con una política de hechos consumados.

Es por todo ello que nos atrevemos a afirmar que esta Ley de Asamblea Ciudadana por el Clima no va a ser otra cosa que una farsa, una simulación de participación ciudadana y democracia participativa, cuando en realidad van a hacer lo que consideren oportuno para beneficiar a las grandes multinacionales y bancos, prescindiendo de la opinión de la comunidad científica y de la voluntad del pueblo que les ha votado. Es decir, han hecho oídos sordos a todos los intentos de la sociedad civil por participar activamente en la construcción de una Asamblea Ciudadana que, supuestamente, era para escuchar a la sociedad civil. ¡Grandísima paradoja!

Al menos, nuestra postura como miembros de Extinction Rebellion España les quedó clara cuando vimos que se negaban en redondo a todas las propuestas y sugerencias que les llegamos a hacer:

―Entonces, nos tendréis enfrente en las calles–, les dijimos con tristeza, pero con determinación.

Como ya dijimos durante la huelga de hambre, parafraseando las palabras de Gandhi, la verdadera fuerza no la tiene quien ostenta el poder, la verdadera fuerza la tienen quienes disponen de una voluntad indomable, y en Extinction Rebellion hemos demostrado que disponemos de una voluntad indomable.

Si queremos justicia social y ecológica, vamos a necesitar una insurrección ética de la sociedad civil, tal como decía José Saramago en sus entrevistas; una insurrección no-violenta, como la esbozada por el Premio Nobel en su Ensayo sobre la lucidez.

Nos vemos en las calles". termina el comunicado.