Agosto cierra el segundo verano más caluroso en Granada desde que hay datos, con 22 días de más de 40º
Con agosto se ha cerrado el segundo verano más caluroso en Granada desde que hay registros en la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Si bien aún falta hasta el 21 de septiembre para que acabe oficialmente el verano, considerando los meses de junio, julio y agosto, únicamente 2017 estuvo unas décimas por encima del verano extremo que hemos soportado este año en Granada y en la mayor parte de España.
Tras un junio que fue el tercero más cálido y el de más días por encima de 40º, julio -el mes tradicionalmente más caluroso del año- no dio tregua y fue el segundo con más temperaturas extremas (solo superado por julio de 2015). Y agosto tampoco ha otorgado respiro y ha terminado como el segundo agosto con máximas más altas desde que hay registros, un promedio de 37,3º, medidos en la estación meteorológica del aeropuerto. Únicamente agosto de 2017, con tres décimas más (37,6º) fue más cálido, según indican los datos de Aemet.
La media de temperaturas máximas de agosto ha estado más de 3 grados por encima del promedio 1981-2010, tomado como referencia por Aemet. Lo normal en agosto son 34,2º de media en las máximas, y este año hemos llegado en Granada a 37,3º.
Por más que todavía haya personas que vean el calor extremo de este verano como normal -"siempre ha hecho calor en verano" es una de las frases más recurrentes-, lo cierto es que no lo es. Así lo evidencian los datos.
La siguiente tabla recoge la media de las temperaturas máximas en Granada en cada agosto de lo que llevamos de siglo, así como los días de agosto en que se han superado los 40 grados y las jornadas cuya máxima ha estado por debajo de los 30º:
Año | Temperatura media de las máximas | Días por encima de 40º | Días por debajo de 30º |
2001 | 34,7º | 0 | 0 |
2002 | 32,3º | 0 | 6 |
2003 | 34,8º | 1 | 1 |
2004 | 33,8º | 1 | 2 |
2005 | 34,9º | 2 | 1 |
2006 | 34,6º | 0 | 5 |
2007 | 33,5º | 0 | 2 |
2008 | 34,4º | 0 | 1 |
2009 | 34,3º | 0 | 1 |
2010 | 34,3º | 0 | 3 |
2011 | 35,9º | 1 | 0 |
2012 | 35,9º | 4 | 0 |
2013 | 36,6º | 3 | 2 |
2014 | 36,8º | 3 | 1 |
2015 | 35,9º | 4 | 2 |
2016 | 36,9º | 1 | 0 |
2017 | 37,6º | 10 | 2 |
2018 | 36,8º | 4 | 0 |
2019 | 36,1º | 0 | 1 |
2020 | 36,9º | 6 | 1 |
2021 | 36,6º | 6 | 0 |
2022 | 37,3º | 4 | 0 |
Fuente: Meteosolana.net y Datosclima.es con datos de Aemet correspondientes a la estación del aeropuerto de Granada.
El promedio de las máximas se ha ido elevando paulatinamente -con altibajos- desde los 33-34º habituales en la primera década del siglo a los 36-37º de los últimos años.
Pero las otras dos columnas de la tabla son todavía más ilustrativas de cómo el calor se ha ido extremando con los años por el calentamiento global, uno de los signos del cambio climático causado principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero producto de las actividades humanas.
Días a más de 40º y por debajo de 30º
En la primera década del siglo se registraban más días de agosto por debajo de 30º que por encima de 40º: entre 2001 y 2010 hubo en esos agostos hasta 22 días en que no se llegó a los 30º de máxima, y solo 4 días en que se rebasaron los 40º.
Sin embargo, en la segunda década del siglo, entre 2011 y 2020, se contabilizaron menos de la mitad de días suaves, 9 por debajo de 30º, mientras se dispararon las jornadas extremas, de más de 40º, con nada menos que 36, cuatro veces más. Y en los dos años que llevamos de la tercera década, 2021 y 2022, no ha habido ningún día de agosto con máxima menor de 30º y, por contra, 10 jornadas por encima de los 40º.
En conjunto, el verano de 2022 es el segundo más extremo en Granada del que se tienen datos. El periodo junio, julio y agosto ha promediado una temperatura máxima de prácticamente 37 grados (36,9), unas décimas por debajo del verano de 2017, cuando el promedio histórico es de 33,3º. Y hemos sufrido la racha más larga de días por encima de los 35º: todo el mes de julio y los 14 primeros días de agosto, 45 jornadas consecutivas en total.
Lo verdaderamente normal, hasta que se empezó a acelerar el calentamiento global, era que los veranos alternaran días de calor extremo con otros más suaves. Pero eso ha cambiado: las jornadas sofocantes son cada vez más numerosas, mientras que las suaves prácticamente han desaparecido.