Sobre la ‘peligrosa’ rotonda La Zubia
Imagen de la rotonda, aportada por la firmante de la carta.
Como usuaria, tanto en transporte público, como -disculpen- en vehículo privado, cuando el bus metropolitano no llega a la hora o en ocasiones excepcionales, escribo esta carta al director de El Independiente de Granada, con la esperanza de que este periódico digital la difunda y llegue a quienes corresponda.
Y, cuidado, porque si vas por el carril derecho y entras al Zaidín, la curva hacia la derecha es muy peligrosa y más, si circulas en paralelo con otro vehículo. Si es un autobús, debes detener la marcha, obligatoriamente por el giro que el transporte público debe hacer, obligatoriamente le obliga a invadir tu carril
Les voy a habar sobre la rotonda de La Zubia, que también podría llamarse mejor, de Huétor Vega, Cájar o Monachil, porque es paso para la circulación desde y hacia estos municipios, aunque la gente le suele llamar la rotonda de Marifrán, de tanto que la anunció cuando estaba en la Junta.
Lo primero es su estado de conservación, que es deplorable. Supongo que por las prisas para inaugurarla, debieron utilizar una pintura asfáltica muy barata, porque, pese a lo transitado, no se justifica que esté como está. Desde hace meses, cuando la rotura de una tubería en Huétor Vega hicieron obras, aún se mantiene (como la pintura, a duras penas, pero está) una X en amarillo, que parece, y digo parece, indicar que el carril para el transporte público -en azul, ahora celeste- ya no es hábil. Lo que implica que buses no circulen por hí, coches sí lo hagan. Un caos.
Luego está el trazado. En menos de un kilómetro desde que la encaras hasta que entras al Zaidín, había más curvas que en una de las carreteras de La Alpujarras. Y, cuidado, porque si vas por el carril derecho y entras al Zaidín, la curva hacia la derecha es muy peligrosa y más, si circulas en paralelo con otro vehículo. Si es un autobús, debes detener la marcha, obligatoriamente por el giro que el transporte público debe hacer, obligatoriamente le obliga a invadir tu carril.
Y para terminar, creo sinceramente que la rotonda no ha terminado de solucionar los cuellos de botella en horas punta. Un despropósito.
Gracias por su publicación.
Antonia Guzmán Calvente