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Concierto inaugural de la edición de 2024. arsenio zurita/ep archivo

La decepción es responsabilidad, en primer lugar, del decepcionado y de sus expectativas. Y es que no aprendemos: en el proceso selectivo anterior (2012), la prensa dio a conocer, antes incluso de que se publicaran las bases y se conocieran los candidatos, quién “se perfilaba como nuevo director”, que lo era del Archivo Falla. Justo el cargo que ocupa el nuevo director del Festival.

Aprendida la lección, me hago las siguientes preguntas, que tienen que ver con el respeto y la transparencia:

1. ¿Es de recibo que los candidatos no tengamos ninguna comunicación por parte de los responsables del proceso selectivo, y nos enteremos por la prensa? Ni siquiera hablo de una nota de agradecimiento por haber presentado la documentación, incluyendo el proyecto artístico para el Festival y el académico para los Cursos Manuel de Falla ¡a cinco años!

2. ¿Es aceptable que se nieguen, por escrito, a compartir el acta de la reunión de cinco instituciones y administraciones públicas?

3. ¿Qué garantías ofrece un proceso selectivo de veinte candidaturas realizado aparentemente –porque se niegan a dar información–, en “un rato” y en tiempo récord (¡el segundo día después de cerrar la convocatoria!)?

4. ¿Es aceptable que no den explicación alguna sobre baremación de méritos? ¿La han hecho “a ojo”?

5. ¿Hacía falta convocar un “concurso” para llegar a esta resolución?