'La voz de Amelia Tiguanus'

Blog - Punto de fuga - Cristina Prieto - Jueves, 27 de Octubre de 2022
Amelia Tiganus, destacada activista contra el sistema prostitucional y autora del libro 'La revuelta de las putas'.
Amelia Tiganus, destacada activista contra el sistema prostitucional y autora del libro 'La revuelta de las putas'.

No conozco personalmente a Amelia Tiganus pero he seguido on line muchas de sus intervenciones en jornadas, seminarios o congresos. Siempre me ha impresionado su fuerza, la rotundidad con la que habla, el contenido de lo que explica y cómo ha logrado superarse a sí misma después de haber sido prostituida durante cinco años. Sin embargo, en estos días está pidiendo ayuda al movimiento feminista ante el acoso que está sufriendo por parte del lobby proxeneta que intenta frenar sus intervenciones públicas en las que deja al descubierto el gran negocio internacional de la explotación de mujeres y niñas. Y es que Amelia ha tocado lo que para el gran negocio de la explotación de mujeres es tabú. El despertar de las conciencias y, con ellas, la fuga de dinero.

Desde entonces, recorrió más de cuarenta burdeles y a los veintitrés dejó a atrás ese mundo para convertirse en una activista contra el sistema prostitucional

En su libro La revuelta de las putas, Amelia Tiganus relata su vida. Desde su infancia en Galati (Rumanía) hasta el discurrir diario de las mujeres en los prostíbulos a los que ella denomina “campos de concentración”, el caminar de esta abolicionista no ha sido fácil. Las páginas en las que cuenta su niñez, en un país donde el capitalismo entró a saco después de salir de la órbita de la extinta URRSS, proyectan la imagen de una niña con mucha personalidad y poca disposición a asumir los mandatos impuestos sin explicación. Fue violada por cinco hombres a los trece años en el portal de su casa y vendida a un proxeneta español a los diecisiete por 300 euros. Desde entonces, recorrió más de cuarenta burdeles y a los veintitrés dejó a atrás ese mundo para convertirse en una activista contra el sistema prostitucional.

Amelia Tiganus se encarga también de cuestionar los discursos que hablan del “orgullo de ser puta” para terminar con cualquier intención de despertar en la mujeres prostituidas su sentido crítico. “Es mucho más sencillo fabricar putas orgullosas que putas feministas” explica

Sus charlas y conferencias en congresos no pasan desapercibidas y el lobby proxeneta ha puesto el foco en ella. Abre los ojos a los auditorios y ataca directamente a la raíz del problema, el gran negocio que supone el cuerpo de las mujeres y niñas para un entramado internacional que necesita continuamente mercancía nueva que obtiene en entornos económicos con dificultades y que constituye “una estrategia de desarrollo para países con altas tasas de pobreza”, como explica Rosa Cobo en el prólogo del libro. Amelia Tiganus se encarga también de cuestionar los discursos que hablan del “orgullo de ser puta” para terminar con cualquier intención de despertar en la mujeres prostituidas su sentido crítico. “Es mucho más sencillo fabricar putas orgullosas que putas feministas” explica.

Se acerca el debate sobre la Ley Orgánica para la Abolición del Sistema Prostitucional y quienes viven de este negocio no ocultan su preocupación. Amelia molesta, su discurso incomoda. Tan nerviosos están que están instrumentalizando los discursos de algunas mujeres prostituidas en vídeos colgados en las redes sociales para desvirtuar las verdades que Amelia explica en sus conferencias. Incluso han creado una plataforma en defensa de la prostitución en la que aseguran que las mujeres esclavizadas por proxenetas, vigilantes o “mamis” desarrollan su “trabajo” en completa libertad. Reto a cualquier putero a que nos cuente cómo fue rechazado, ‘libremente’, por alguna de estas mujeres en cualquier burdel del país.

Lo que ya parece menos entendible es que una opción que se llama de izquierda, como Unidas Podemos, se haya colocado al lado de los puteros

Que las personas que se lucran de este negocio lo defiendan, entra dentro de la lógica más elemental. Terminar con el sistema prostitucional significa poner fin a la entrada de dinero, muchísimo dinero, procedente de la explotación de los cuerpos de mujeres y niñas. Lo que ya parece menos entendible es que una opción que se llama de izquierda, como Unidas Podemos, se haya colocado al lado de los puteros. Aunque, a estas alturas, ya casi nada sorprende de esta formación que apuesta abiertamente por eliminar el concepto jurídico mujer y destruir la salud de niñas y niños sanos atiborrándoles de hormonas que no necesitan.

Es decir, parece asumir los postulados de los proxenetas, puteros y quienes integran la plataforma en defensa de la prostitución donde pintan el mundo feliz de las mujeres que gozan de total libertad en los burdeles porque ellas lo han ‘elegido’

El texto de la Proposición de Ley presentado por el PSOE señala que "el hecho de convenir la práctica de actos de naturaleza sexual a cambio de dinero u otro tipo de prestación de contenido económico, será castigado con multa de doce a veinticuatro meses". Este mismo partido propone la reforma del artículo 187 del Código Penal para decir que "se impondrá la pena de prisión de uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses a quien, con ánimo de lucro, promueva, favorezca o facilite la prostitución de otra persona, aun con el consentimiento de la misma". Esta última frase suponía para los socialistas la abolición del proxenetismo en todas sus formas, sin exigir una relación de explotación. Sin embargo, Unidas Podemos que considera la prostitución un ‘trabajo’, sigue creyendo que la clave está en la explotación y, con ella, la relación de subordinación y dependencia. Es decir, parece asumir los postulados de los proxenetas, puteros y quienes integran la plataforma en defensa de la prostitución donde pintan el mundo feliz de las mujeres que gozan de total libertad en los burdeles porque ellas lo han ‘elegido’.

Amelia sólo lo ha tenido que decir una vez y el movimiento feminista se ha puesto en marcha para apoyar a una mujer que ha demostrado, con creces, saber de lo que habla aunque haya quienes quieran silenciar su voz sin más argumento que la ceguera producida por los neones de colores.

 

 

 

Imagen de Cristina Prieto

Madrileña afincada en Andalucía desde 1987, primero en Almería y posteriormente en Granada donde he desarrollado mi carrera profesional como periodista. Me licencié en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, cursé mi suficiencia investigadora en la Universidad de Granada dentro del programa Estudios de la Mujer y leí mi tesis doctoral en la Universidad de Málaga.