'Vallés, móntate un 'late night show''
A estas alturas de la película, monopolizada por un periodismo mercenario, pocos deberían tragarse ya el cuento de la imparcialidad. Pero de ser consciente de la dificultad de alcanzar la objetividad a infantilizar a la población colándole verdaderos panfletos en espacios informativos, hay un trecho grande. Disimula un poco, Vicente Vallés. O no. Si tienes vocación de ser un John Oliver de la derecha española, pero sin ingenio ni gracia, sé honesto y dirige un night show.
No porque un director de informativos piense lo que le dé la gana y lo exprese, sino porque la práctica periodística se está alejando a pasos agigantados y sin tapujos de su noble finalidad de servicio público y garante de la democracia para convertirse exclusivamente en herramienta de difamación, y no a través de editoriales o columnas de opinión, sino en los 'prime-time' de los informativos, en los que el común de la gente espera recibir noticias
Que los cínicos del PP o de un partido que niega la violencia de género como VOX salgan a abanderar los derechos de la mujer resulta increíble, sin embargo, ya estamos acostumbrados a su falta de escrúpulos y de límites a la hora de montar campañas para desgastar al gobierno. Ahora bien, que los grandes grupos de comunicación del país se sumen a esta estrategia de una forma tan avasalladora es muy preocupante. No porque un director de informativos piense lo que le dé la gana y lo exprese, sino porque la práctica periodística se está alejando a pasos agigantados y sin tapujos de su noble finalidad de servicio público y garante de la democracia para convertirse exclusivamente en herramienta de difamación, y no a través de editoriales o columnas de opinión, sino en los prime-time de los informativos, en los que el común de la gente espera recibir noticias.
De manera que cuando Vicente Vallés abre su informativo de la noche del jueves 17 de noviembre diciendo cosas como “una de las características del gobierno de coalición PSOE-Podemos es aprobar leyes con carga política” o bien: “¿ven? Irene Montero quiere someter a los jueces a un proceso de reeducación para que apliquen las leyes según el criterio del gobierno” o esto otro: “son las acusaciones tradicionales de Podemos siempre que alguien no comparte su punto de vista” o “en el gobierno de coalición conviven un punto de vista y su contrario”, por citar algunos ejemplos, el receptor que está en su casa partiéndole el filetito de merluza a su hija con la “tele abierta” de fondo percibe realidades sobre el mundo y no lo que verdaderamente son: opiniones maniqueas amparadas en intereses y no el resultado de un análisis de los datos.
El debate sobre la ley se convierte en una campaña de desinformación conscientemente dirigida en el momento en que este se limita a poner el foco solo en los aspectos que al conservadurismo le interesa para levantar polvareda sobre el gobierno de coalición
No digo que no pueda cuestionarse la ley del “solo sí es sí”. Es más, debe hacerse en el caso de que en la práctica esté traicionando el espíritu y el propósito con el que se concibió esta norma. Pero desde luego el debate sobre la ley se convierte en una campaña de desinformación conscientemente dirigida en el momento en que este se limita a poner el foco solo en los aspectos que al conservadurismo le interesa para levantar polvareda sobre el gobierno de coalición, esto es, las palabras de la ministra sobre el sacrosanto poder judicial y los casos sobre las revisiones de penas (once a fecha de viernes, según la misma Antena 3 que los tacha de “aluvión” en un titular en su web). Sin embargo, no se discute sobre los artículos ni los conceptos recogidos en la ley, ni sobre la eliminación del delito de abuso, lo que dicen los expertos en materia judicial, analogías con el efecto rebote que tuvieron otras normativas dedicadas a legislar nuevas realidades, ni sobre violencia sexual ni, por supuesto, cómo se podría mejorar la ley para evitar que ocurra lo que alarman que podría ocurrir. No, es mucho más fácil simplificar, tergiversar y acotar el debate y pedir que rueden cabezas en el gobierno porque las feministas están sacando a los violadores de las cárceles.
A nadie se le ocurre poner el grito en el cielo porque a los docentes se nos recomiende hacer cursos de formación para aprender a aplicar la reciente LOMLOE, sin embargo se ha tomado como una ofensa inadmisible pedir que el cuerpo de jueces se forme en materia de violencia de género
A nadie se le ocurre poner el grito en el cielo porque a los docentes se nos recomiende hacer cursos de formación para aprender a aplicar la reciente LOMLOE, sin embargo se ha tomado como una ofensa inadmisible pedir que el cuerpo de jueces se forme en materia de violencia de género. Todos los gremios profesionales han de actualizarse y renovar sus conocimientos, por lo que no debería parecer una petición tan descabellada. No se trata de poner en duda la profesionalidad de los jueces (aunque a tenor de algunas sentencias en este ámbito, razones no faltarían para ello), sino convenir que puede ser necesario para conocer determinados aspectos novedosos de una regulación que pretende ser otra pieza dentro de un aparato más amplio que trabaja por erradicar el machismo de nuestra sociedad. El problema está en considerar la perspectiva de género como una cosa de progres y rojos.