'Spiritualized conquistan con su space rock eufórico'
Hay veces que, aunque conozcas a un grupo y hayas escuchado un poco su música, no termina de hacerte “clic” hasta que escuchas un disco o una canción en concreto. Y entonces, de pronto, todo lo que antes habías oído sin demasiada convicción te apasiona. Esto es exactamente lo que me ha pasado con los británicos Spiritualized. El grupo de Jason Pierce, ex-líder de Spacemen 3, siempre había estado en la periferia de mi conciencia musical. Había escuchado “Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space” y alguna otra canción suelta, pero ninguna había llegado a formar parte de mi rotación habitual. Quizás porque no había entendido el poder que tiene escuchar un disco completo de esta banda tan maximalista, tan expansiva. Pero no quería dejar pasar su nuevo álbum sin darle una oportunidad. Y con una bastó: tras la primera escucha, estaba ya totalmente prendado de Everything Was Beautiful, su noveno LP, y me puse inmediatamente a devorar sus trabajos anteriores.
Spiritualized hacen lo que se ha venido a llamar space rock. Esto en la práctica se traduce en una especie de psicodelia barroca, con canciones de factura muy clásica que recuerdan a los clásicos de los sesenta, pero con decenas de instrumentos sonando al mismo tiempo, creando un efecto tipo muro de sonido de Phil Spector
Para quien fuera tan ignorante como yo: Spiritualized hacen lo que se ha venido a llamar space rock. Esto en la práctica se traduce en una especie de psicodelia barroca, con canciones de factura muy clásica que recuerdan a los clásicos de los sesenta, pero con decenas de instrumentos sonando al mismo tiempo, creando un efecto tipo muro de sonido de Phil Spector. Además, el uso recreativo de drogas es una temática habitual de las letras y casi un punto de partida presupuesto para el disfrute pleno de su propuesta. Un gran ejemplo del tipo de emoción que evocan sus mejores canciones es “Always Together with You”, el primer single y primer corte del disco. Tras escuchar el nombre del disco pronunciado por una voz femenina (al igual que ocurría en Ladies and Gentlemen...) y el titilante sonido de un satélite, una luminosa guitarra nos presenta un sencillo bucle de acordes, mientras de fondo flotan sonidos diversos que llenan de color la canción. Pronto Pierce empieza a cantar una letra imposiblemente romántica: anuncia que se convertirá en cualquier cosa que quiera su pareja (una radio, un avión, un cohete, una estrella fugaz, un universo), con tal de estar siempre juntos. Mientras tanto se van sumando desde un xilófono a unas castañuelas, en un crescendo coronado por un coro multitudinario y unas preciosas cuerdas. Menudo subidón.
En el álbum encontramos también otros registros. “Crazy”, el segundo single, es una balada country, con su piano dramático y su steel guitar evocadora complementados aquí por un coro de reminiscencias gospel. “Let It Bleed (For Iggy)” oscila entre los estilos de ambos singles, con unas estrofas de balada melancólica y un estribillo que es puro éxtasis, antes de llegar a una outro que no podía recordar más a los Rolling Stones de finales de los sesenta (hasta en el título). “Best Thing You Never Had (The D Song)” tiene más músculo, con su riff de guitarra garajero, un gran groove de bajo y batería y unos vientos metal sencillamente alucinantes. Pierce está aquí más fanfarrón: le canta a una tal Holly sobre las oportunidades que ha perdido, incluyendo la de estar con él. El disco termina con “I'm Coming Home Again”, la canción más larga y oscura del álbum. Su base instrumental sabe a blues-rock, pero por supuesto estamos ante una versión panorámica de este sonido, con múltiples capas de sintetizadores, unas cuerdas que introducen tensión y unos vientos lúgubres. Pierce entona una y otra vez la misma estrofa con letra ligeramente diferente hasta que entramos en una larguísima outro donde un coro repite el título de la canción, mientras una expresiva y distorsionada guitarra conduce a un clímax realmente escalofriante.
Pero para mí los momentos cumbre del disco son los que siguen el patrón emocional de la primera canción. Después de un par de cortes más pausados, la irrupción de “The Mainline Song/The Lockdown Song” es toda una revelación. Compuesta durante el confinamiento e inspirada por las protestas de Black Lives Matter de hace un par de años, la canción usa sonidos de trenes a lo largo de sus seis minutos, lo cual ayuda a darle su empuje incansable. La sencilla melodía que entona el coro casa a la perfección con los toques de vientos, y cuando Pierce nos invita a “ir a la ciudad esta noche”, parece imposible decirle que no. Lo mejor es que para ser una canción tan sencilla y repetitiva, su dinamismo es espectacular, especialmente gracias a una batería que va del suave acompañamiento a la explosión arrolladora. Por si esto no era suficiente viaje, a continuación suena “The A Song (Laid in Your Arms)”. El comienzo, con esos sintes Casio y la guitarra combinándose en un riff exultante, pronto queda sepultado por un pasaje aún más eufórico, anclado por una línea de bajo excepcional. La letra explora diversos temas, pero vuelve una y otra vez a la idea de que estamos “en tus brazos” (¿los de Dios?). La locura instrumental es quizás más desenfrenada aquí que en ningún otro corte, con pasajes en que la música colapsa sobre sí misma sin que se pierda en ningún momento la sensación de éxtasis.
Creo que ha quedado claro que me encanta este álbum. De hecho, revisitando ahora su aplaudido disco anterior, ...And Nothing Hurt (conectado a este por el título: son las dos mitades de una famosa cita de Kurt Vonnegut en su novela Matadero cinco), diría que este es claramente superior. Pero en cualquier caso tengo por delante unos meses fantásticos de explorar ávidamente su discografía y flipar con ellos. Es impresionante la emoción pura, casi religiosa, que consiguen despertar con sus canciones, gracias a su combinación de sencillez compositiva y barroquismo instrumental. Si ya los conocías, que sepas que siguen a un nivel increíble; si, como yo, aún no estabas entre sus acólitos, estoy bastante seguro de que Everything Was Beautiful te va a convertir en creyente.
Puntuación: 8.8/10