'Si nos ven los extraterrestres'
El Gobierno ha llegado a un acuerdo con la banca para evitar el impacto que ya se está produciendo en nuestra sociedad por culpa de la subida del Euribor y a algunos nos sigue oliendo a chamusquina, no porque sea negativo ese pacto, al contrario, bienvenida sea cualquier medida que ayude a los más vulnerables; el caso es que ese desproporcionado incremento de este tipo de interés ya ha contribuido a que el sector bancario se meta en el bolsillo ocho mil millones de euros. Y uno que es ignorante en economía, pero sabe gestionar los gastos de su propia casa, no entiende el motivo por el que nosotros somos los que les rescatamos cuando les va mal y ellos siguen beneficiándose del conjunto de ciudadanos cuando peor nos va.
Cuando se produce una invasión en un país ubicado en Europa, parece que nos dicen que los estados más importantes se echan las manos a la cabeza, pero en realidad utilizan la coyuntura para incrementar sus ganancias
Sufrimos por la crisis de 2008, por la pandemia, por las consecuencias de la guerra de Ucrania, mientras los mismos de siempre siguen llenándose los bolsillos a manos llenas. Las diez personas más ricas del mundo vieron incrementar sus fortunas durante la pandemia a un ritmo jamás antes registrado y su dinero supera al conjunto del PIB de 85 países.
Cuando se produce una invasión en un país ubicado en Europa, parece que nos dicen que los estados más importantes se echan las manos a la cabeza, pero en realidad utilizan la coyuntura para incrementar sus ganancias. No es creíble que en pleno siglo XXI, las principales naciones mundiales no sean capaces de encontrar la solución para llegar a una paz supuestamente tan ansiada, pero en vez de ponerse el foco en este aspecto, es mejor establecerlo en cómo abordar una subida exagerada de la inflación inevitable generada por culpa de la guerra.
De nuevo son las clases medias y obreras las que asumen que lo que hace un mes valía un euro, ahora cueste euro y medio
De nuevo son las clases medias y obreras las que asumen que lo que hace un mes valía un euro, ahora cueste euro y medio. Nos bombardean con informaciones que consideran indispensable este incremento para que las empresas puedan subsistir, pero algunos siguen beneficiándose de ello y no somos los que estamos pagando todo el coste.
Asistimos al demencial espectáculo de ver cómo hay personas que deben buscar dos trabajos porque con uno no les alcanza para llegar a fin de mes, mientras se invita a los mayores de cuarenta años a montar su propio negocio cuando se quedan en paro, como si todo el mundo estuviera capacitado para emprender, pese a que de la sensación de que sea una manera de reducir los datos del paro momentáneamente sin mover un solo dedo desde la instancias oficiales.
Hay empresarios que incluso se ríen cuando se les plantea un aumento, aunque no se acerque ni de lejos a la subida del IPC, y las cifras de personas en riesgo de exclusión social se incrementan exponencialmente
Negocios centenarios que se van a pique después de varias generaciones de profesionales al frente de los mismos porque ya no pueden subsistir más, porque el gasoil cuesta 1,80 euros el litro y debemos dar gracias porque ha bajado de los dos euros, la luz es tan costosa como una hipoteca y la hipoteca se encarece mientras los sueldos de la mayoría de la población apenas varían por uno u otro motivo desde hace más de diez años. Hay empresarios que incluso se ríen cuando se les plantea un aumento, aunque no se acerque ni de lejos a la subida del IPC, y las cifras de personas en riesgo de exclusión social se incrementan exponencialmente.
¿Y qué podemos esperar en una sociedad cuyo modelo es un país que no es capaz de atajar los datos de pobreza en su interior, que sobrepasan la cifra de 40 millones de personas, por culpa de un sistema que carece de una red firme de protección social o apoyo a los ingresos de los más vulnerables?
Si la realidad fuera un sueño, al despertarme sonreiría y, al recordarlo, me parecería tan absurdo que no sería capaz de comprender el motivo por el que he sido capaz de creer que todo era real y por ese motivo siento algo de pudor por los extraterrestres
Si la realidad fuera un sueño, al despertarme sonreiría y, al recordarlo, me parecería tan absurdo que no sería capaz de comprender el motivo por el que he sido capaz de creer que todo era real y por ese motivo siento algo de pudor por los extraterrestres, sí porque esos señores, señoras, lagartos o lo que sean, pueden estar observándonos desde hace décadas y están viendo cómo somos incapaces de ayudarnos unos a otros para vivir todos bien, con el fin de perpetuar un sistema que premia a los ricos con más fortuna y a los pobres con más calamidades y escaseces. Me los imagino, (a los extraterrestres, digo), meándose de risa ante las barbaridades que cometemos en contra de nosotros mismos, como si camináramos como un pollo sin cabeza.
Es completamente absurdo que unos miles de personas, que son los que acumulan todo el poder y la riqueza
Es completamente absurdo que unos miles de personas, que son los que acumulan todo el poder y la riqueza, tengan la capacidad de subyugar a cerca de ocho mil millones de almas, sin que nos planteemos que somos más, tenemos más fuerza, y podemos acabar con tanta desigualdad solo con proponérnoslo.
Asistimos impertérritos a la contemplación de cómo nos van quitando privilegios, servicios, posibilidades, sin que movamos un dedo por evitarlo, acogiéndonos a la justificación de que necesitamos las migajas que nos esparcen para seguir respirando. Y esto solo conduce a seguir por este camino. A no ser que haya un cambio de tendencia, una chispa de luz contagiosa, un virus de la cordura que se extienda y nos haga despertar del letargo en el que poco a poco nos estamos sumiendo irremediablemente.