Para seguir
Una fábrica de colores. Se llama Nuestra Señora de La Esperanza. Esperanza, sí, esperanza. Alguien pintó en el muro, “¿Para qué sirve la utopía?” Para qué servirá. Lo responde en la fachada Eduardo Galeano, al que evocamos: Para caminar.
Para seguir. Para pensar que todo no está perdido, aunque lo parezca. Aunque nos lo pongan difícil o casi imposible. Aunque quieran confundirlo y casi, casi, lo consiguen.
Pese a todo y a todos. Nunca olvidar que existe la utopía. La esperanza.