Rituales mágicos de San Juan
Hay muchas pruebas objetivas de que la magia es real, para quien quiera verlas: curaciones espontáneas, desapariciones inexplicables, casualidades increíbles… y cuando estudiamos las distintas religiones y tradiciones del mundo comprobamos que una de las noches más especiales para aunar elementos mágicos con actividades lúdico festivas es la de San Juan.
La importancia de esta fecha se remonta a la época de Jesús de Nazaret, ya que supuestamente el 24 de junio nació San Juan Bautista, quien preparó a la humanidad para la llegada del Mesías. Pero es que además, este nacimiento está muy cerca del solsticio de verano en el hemisferio sur de la Tierra, del 21 al 22 de junio: la luz gana la batalla a la oscuridad y convierte a esa noche en la más corta del año.
Todo esto se ha adaptado a las distintas costumbres para desarrollar ritos mágicos combinados con actividades lúdico-festivas cuyo elemento principal es el fuego o el agua, ambos contrapuestos.
Uno de los recuerdos de mi infancia que nunca he olvidado es el de la guerra de globos de agua disparados a diestro y siniestro en las noches de San Juan de mi pueblo vasco, donde las sorgiñak (brujas) danzaban con anchos vestidos negros alrededor del fuego de las hogueras simulando un akelarre, cuyo efecto era purificador de todos los pecados y malas energías.
Los gallegos consideran que es necesario saltar 9 veces sobre dichas fogatas, mientras que en Valencia se conforman con hacerlo 7 veces. Si en el momento del salto se lanza a la persona amada una trenza de flores o cintas de colores y ésta la recoge al vuelo, eso significa que habrá felicidad y amor durante todo el año.
Si bien las hogueras de San Juan son uno de los elementos más tradicionales en nuestro país, no es el único. Sin ir más lejos, Lanjarón se ha hecho aún más famoso gracias a su fiesta del agua, precisamente en esta tarde noche de San Juan. Desde los balcones, terrazas o a pie de calle, cientos de personas se dedican a lanzar agua alrededor, refrescando a todos los presentes en ese día tan largo.
Claro que si alguien piensa que San Juan sólo se celebra en España está equivocado. En Oporto, sin ir más lejos, las verbenas surgen por doquier, los fuegos artificiales iluminan el firmamento y se golpea a los demás con martillos de juguete para transmitirles suerte; en el yacimiento megalítico de Stonehenge (Gran Bretaña) miles de personas se colocan alrededor de las piedras alineadas con los dos solsticios con el fin de sentir la espiritualidad que emana el lugar y disfrutar del amanecer de la noche más corta del año; en Finlandia, San Juan carece de noche y se engalanan las ciudades con flores y banderines para celebrar el inicio de las vacaciones: se hacen barbacoas, se pesca y se erigen fogatas junto a los lagos, como dicta una antigua tradición en honor al dios Ukko para pedir buena cosecha y éxito en el amor.
De forma que en distintas partes del mundo, San Juan se considera una fecha mágica y destinada a la fiesta. Y para esta noche hay infinidad de rituales mágicos:
– Saltar 7 o 9 veces sobre una hoguera. Si lanzas durante el salto una trenza de flores o cintas de colores a tu pareja y la coge al vuelo, eso asegura la felicidad y la armonía entre los dos.
– Llenar un cuenco de agua con sal marina y joyas personales y talismanes. Dejarlo toda la noche bajo la luz de la luna para conseguir que al día siguiente estén descargados de malas energías y nos traigan suerte. Una vez extraídos los objetos, el líquido se guarda y de vez en cuando, se vierte un chorro en un cubo con agua y friegasuelos para limpiar la casa de energías indeseables.
– Bañarse en el mar por la noche, de espaldas y saltando 9 olas, traerá fortuna y bienestar a quién lo haga.
– Echar en la hoguera de San Juan un papel con los deseos escritos para que se quemen hará que se cumplan.
– Colocar dos velas rojas en el dormitorio para atraer al amor. Si conoces su nombre, lo puedes escribir en un papel junto a la cera sobrante tras consumirse la vela y lo pones bajo la almohada para dormir sobre ella.
– Quemar una vela blanca y escribir en un papel tus deseos. Pon dicho papel junto a un poco de hiedra bajo la almohada. Al día siguiente quema el deseo junto a la cera derretida sobrante de la vela y entierra la hiedra. Tus deseos se cumplirán.