“El que pueda hacer que haga”
Llevo varios días dándole vueltas a esta ya célebre frase que la pasada semana el portavoz, (mejor dicho, el portacoz), del Partido Popular retomaba para utilizarla como resumen de la estrategia de oposición al gobierno de Pedro Sánchez. ¿Qué lejos quedan ya aquellos tiempos en los que se decía que “las estrategias no se cuentan, se ejecutan”?
Fue José María Aznar, el peor presidente de gobierno de la España democrática, aunque su soberbia le hace creer que es el mejor, el que sintetizó en esta frase un mandato a toda la órbita conservadora
Fue José María Aznar, el peor presidente de gobierno de la España democrática, aunque su soberbia le hace creer que es el mejor, el que sintetizó en esta frase un mandato a toda la órbita conservadora. Con esta frase llamaba a un ataque por tierra, mar y aire de acoso y derribo, cada cual con las armas que tenga, “el que pueda hablar que hable, el que pueda hacer que haga, el que se pueda mover que se mueva…”. Faltó apuntar el que sepa mentir que mienta, el que sepa inventar bulos que los fabrique y los que no que los compartan. Así lo formuló sin ningún tipo de rubor JoseMari señalando al presidente como “un peligro para la democracia”.
Y el mensaje caló, y sigue calando, en primer lugar, en la División Acorazada mediática al servicio de las derechas, aunque hay medios y pseudo medios que llevaban tiempo ya metidos en esa faena, con los Pablillo Motos, Herrera, Indas, Losantos, Anas Rosa y toda esa inmensa troupe, que dedican todas sus energías a ese empeño político, aunque debo advertir que la mayoría son mercenarios y lo hacen más por dinero que por ideas. Debido a ello ya hay quien ha pasado de llamar a la prensa “la canalla” a denominarla “la-caya”.
Y caló, y cala, en algunos elementos policiales de las cloacas, y en la cúpula de las organizaciones empresariales… y singularmente en algunos sectores de la Justicia. Recuerdo especialmente cuando la Asociación Profesional de la Magistratura dijo que estábamos ante “el principio del fin de la democracia” o cuando los vocales conservadores del Consejo General del Poder Judicial aseguraban que se estaba “aboliendo el Estado de Derecho”. Estos jueces no sé cómo serán en sus juicios, pero están llenos de prejuicios.
Hay jueces como García Castellón que no necesitan de arengas; ellos están al pie del cañón, al servicio del PP, desde hace mucho tiempo. El recién jubilado de manera forzosa juez de la Audiencia Nacional (ha aguantado y lo hemos aguantado hasta los 72 años) ha cumplido con creces con el PP la contraprestación a los buenos años que estuvo en los puestos mejor remunerados para jueces, nombrado por ministros de Aznar y de Rajoy
Hay jueces como García Castellón que no necesitan de arengas; ellos están al pie del cañón, al servicio del PP, desde hace mucho tiempo. El recién jubilado de manera forzosa juez de la Audiencia Nacional (ha aguantado y lo hemos aguantado hasta los 72 años) ha cumplido con creces con el PP la contraprestación a los buenos años que estuvo en los puestos mejor remunerados para jueces, nombrado por ministros de Aznar y de Rajoy. Aconsejo a quien no sepa de las andanzas de este personaje que eche un vistazo a la wikipedia para hacerse una idea de su trayectoria y de cómo ha sido uno de los principales ‘mamporreros’ en el Poder Judicial (me refiero aquí a la camarilla no al órgano de gobierno de los jueces). Tampoco necesita instrucciones ni motivación externa el juez Juan Carlos Peinado, el que persigue a Begoña Gómez, (de este nos quedan dos años hasta su jubilación forzosa todavía), otro con una carrera acompañada de acusaciones de prevaricación o posibles tratos de favor a partidos y asociaciones de derecha y ultraderecha. Una persona que accedió a la judicatura por lo que en la jerga se conoce como cuarto turno. Vamos que llegó directamente a la carrera judicial sin pasar por las categorías inferiores.
La derecha lo ha hecho históricamente, tiene muy mal perder democrático y un sentido patrimonialista del poder al que se sienten llamados “por la gracia de Dios”, en esto son muy ‘francos’
Y no escapan de esta estrategia algunos militares como los del chat en el que invitaban a acabar con veinte millones de rojos o las cartas con balas a ministros del gobierno progresista.
El guion común de todas estas acciones es el espíritu golpista inspirado en el “cuánto peor, mejor” que intenta provocar llegar hasta situaciones límite para luego aparecer como salvadores de la patria. La derecha lo ha hecho históricamente, tiene muy mal perder democrático y un sentido patrimonialista del poder al que se sienten llamados “por la gracia de Dios”, en esto son muy ‘francos’.
Y el objetivo confesado de todas estas campañas que se persigue es, y cito palabras textuales: “acabar con el gobierno con todos los medios a nuestro alcance hasta echar a Pedro Sánchez”. Así de francos (ahora en otro sentido), sin matices. Les ha faltado decir, legales o ilegales, morales o inmorales, aunque se intuye
Lo ha sentenciado solemnemente el portavoz del PP, el señor Tellado traído desde Galicia para hacer el trabajo (todavía más) sucio a Feijóo, aunque nunca llegará a la estrategia unipersonal y por su cuenta de la IDA (siglas de Isabel Díaz Ayuso aparte de calificativo personal), que coinciden con el espectáculo bochornoso (otro más) dado en la Asamblea de Madrid la semana pasada en la que de nuevo se erigía en la líder de facto de la estrategia de oposición, dos puntos más de insultos y de histrionismo que el resto. Y el objetivo confesado de todas estas campañas que se persigue es, y cito palabras textuales: “acabar con el gobierno con todos los medios a nuestro alcance hasta echar a Pedro Sánchez”. Así de francos (ahora en otro sentido), sin matices. Les ha faltado decir, legales o ilegales, morales o inmorales, aunque se intuye.
¡Qué pena que esta campaña no sea dedicada a aprovechar la inteligencia colectiva, la suma de los saberes y de las habilidades y capacidades para tareas colectivas más loables!
Una frase tan potente, una idea de extraordinario éxito comunicativo, de enorme fuerza para utilizarse de manera positiva, en favor de una causa justa, “el que pueda hacer que haga”, es desperdiciada con un miserable objetivo además de partidario, sectario.
¡Qué pena que esta campaña no sea dedicada a aprovechar la inteligencia colectiva, la suma de los saberes y de las habilidades y capacidades para tareas colectivas más loables!
Por si están carentes y embotados con el tema de ETA, el independentismo y Venezuela, les sugiero unas cuantas posibilidades aplicables a “el que pueda hacer que haga”
He estado a punto de caer en la tentación de devolver la pedrada y caer tan bajo lanzando el mismo mensaje, pero en el sentido de que el que pueda hacer que haga lo que pueda, y sepa, para desmentir los bulos, para denunciar los abusos, propagar la corrupción pasada, presente y futura de la derecha de ayer, hoy y de siempre. Podría haber argüido que lo hacía en ‘defensa propia’ con todos los elementos necesarios (agresión ilegítima, necesidad nacional de repelerla y falta de provocación).
Una reflexión más serena me ha llevado a una estrategia alternativa que me deja menos cabreado a mí personalmente y que considero más útil y es la de proponerle a los responsables de esa campaña que la reconviertan con propuestas positivas para España y los españoles, los muchos españoles y los que solo lo somos lo suficiente, propuestas sobre los problemas de los que nunca hablan y con los que pueden invertir el sentido del eslogan. Por si están carentes y embotados con el tema de ETA, el independentismo y Venezuela, les sugiero unas cuantas posibilidades aplicables a “el que pueda hacer que haga”:
* problema de la vivienda (con una especial llamada a la colaboración entre administraciones, y también a los particulares para limitar la voracidad y la picaresca).
* el que pueda hacer que haga, también contra la violencia de género, para denunciar, ayudar a las víctimas, y para cambiar la cultura machista que da origen y soporta esta lacra social.
* o bien hacer esta llamada urbi et orbe para disminuir la siniestralidad laboral.
Sírvase querido lector, si ha llegado hasta aquí, en continuar la lista en la que podríamos hacer entre todos si remáramos en la misma dirección.