Pido perdón por haber estado a favor de la moción de censura a Rajoy, debatida entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 2018. En mi defensa alegaré que era insoportable que continuara un gobierno acosado por los casos de corrupción de los de su partido, incluido un tal MpuntoRajoy, y la del Partido Popular, que como institución acababa de ser condenado el 24 de mayo por la Audiencia Nacional como resultado de las investigaciones del llamado "Caso Gürtel"; quedó demostrada  la existencia, desde la fundación del partido en 1989, de una estructura de contabilidad y financiamiento ilegal en las finanzas del PP, que se desarrollaba en paralelo a lo que el propio partido informaba oficialmente. Vamos lo que se conoce la ‘caja B’ de Bárcenas.

En mi defensa está también el hecho de que la Audiencia Nacional confirmó que la reforma de la sede de la calle Génova, había sido realizada con dinero negro proveniente de empresas beneficiadas por contratos

En mi defensa está también el hecho de que la Audiencia Nacional confirmó que la reforma de la sede de la calle Génova, había sido realizada con dinero negro proveniente de empresas beneficiadas por contratos. A pesar del anuncio de que la iban a abandonar, sigue siendo la sede nacional del PP y fue el escenario, sin rubor, de la celebración del triunfo en las elecciones municipales y autonómicas el domingo pasado.

En aquel momento Rajoy pudo convocar elecciones, hacer que fueran los españoles, (los españoles muy españoles, que la gente de bien y los que no estamos en esa categoría), los que resolvieran en las urnas la salida a aquella delicada situación política provocada por la corruPPción. Recuerdo que hasta el último momento Pedro Sánchez le ofreció esa vía, aunque la última vez le pilló en un bar ‘recluido’.

Y pido perdón especialmente por haberme alegrado de que la moción triunfara con un amplio apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara, por 180 a 169, y por estar satisfecho de la gestión del gobierno, en minoría y en solitario, durante aquellos meses.

Pido perdón, me viene a la cabeza la canción de Antonio Orozco al repetir esta expresión, por haber apoyado en las elecciones generales del 2019, en las dos ocasiones, por lo que soy reincidente, a los candidatos y candidatas del PSOE que fueron, en sendas ocasiones, los vencedores de las elecciones; esta victoria se produjo en parte como premio a la buena labor realizada por el gobierno socialista surgido tras la moción de censura. 

Es curioso que toda aquella conjunción de poderes que reclamaban la necesidad de apoyar a Rajoy con base en este argumento haya después hecho todo lo posible por desestabilizar desde el minuto 0 al gobierno de Pedro Sánchez, en esa estrategia confesada del PP de que cuando ellos no gobiernan ‘leña al mono’

En la primera ocasión no hubo posibilidad de gobernar ya que no estaba dispuesto el PP a abstenerse para que gobernara la lista más votada. Lo que la derecha había pregonado antes y el PSOE facilitó en junio de 2016, tras la repetición de las elecciones celebradas en diciembre de 2015, tres años después, ya no era válido. Aquella solución alimentada desde múltiples instancias, con la idea de la estabilidad que necesitaba el país, condujo a la salida de Pedro Sánchez de la secretaría general, forzado por las élites del partido, a la que volvería posteriormente aupado por las bases socialistas. Es curioso que toda aquella conjunción de poderes que reclamaban la necesidad de apoyar a Rajoy con base en este argumento haya después hecho todo lo posible por desestabilizar desde el minuto 0 al gobierno de Pedro Sánchez, en esa estrategia confesada del PP de que cuando ellos no gobiernan ‘leña al mono’, aunque se deteriore la economía, aunque los cimientos institucionales se resientan.

Da risa escuchar ahora a Feijóo reclamar que se deje gobernar a la lista más votada, en contra de lo que indica nuestro ordenamiento jurídico que señala a la mayoría de la Cámara, y en contra de lo que hacen ellos. Está claro que el Partido Popular se deja llevar, también en este punto, por la ley del embudo y pretende que se aplique solo cuando ellos son la lista más votada.

¿Qué hubiera ocurrido si nos pillan pandemia, guerra, volcán, Filomena, sequía... en manos de un gobierno del indeciso Rajoy, o de los insolventes Casado o Feijóo?

Pido perdón también solemne y públicamente por haber considerado que la mejor opción, o la menos mala si se quiere, tras las segundas elecciones celebradas en 2019, era la formación de un gobierno de coalición progresista. Malgré tout, y tras lo vivido, y sufrido, en esta legislatura que se ha encontrado con enormes dificultades de origen, más las sobrevenidas, pienso que ‘menos mal’ que en estos tiempos tan difíciles hemos tenido un gobierno que ha pensado en la gente basado en un respaldo en una mayoría de progreso que ha conseguido sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado en tres ocasiones y aprobar más de 200 leyes y decretos-ley que suponen importantes avances sociales en muchos campos.

Suelo pedir a mis amigos que hagan un esfuerzo de imaginación e intenten pensar qué habría pasado en diferentes escenarios:

¿Qué hubiera ocurrido si nos pillan pandemia, guerra, volcán, Filomena, sequía... en manos de un gobierno del indeciso Rajoy, o de los insolventes Casado o Feijóo?; ¿qué hubiera sido del liderazgo español en estos momentos difíciles en Europa con un presidente insulso y aislado, sentado en la esquina de la mesa? Ni excepción ibérica, ni Fondos Next Generation, ni pollas, dicho ‘en roman granaíno’.

¿Qué hubiera pasado si el PSOE hubiera gobernado en solitario, si Podemos no se hubiera integrado en el gobierno, y se hubiera sumado a la oleada de ataques, completando desde el otro frente, la campaña de acoso y derribo a los socialistas?

¿Qué hubiera pasado si el PSOE hubiera gobernado en solitario, si Podemos no se hubiera integrado en el gobierno, y se hubiera sumado a la oleada de ataques, completando desde el otro frente, la campaña de acoso y derribo a los socialistas?

Comprendo que son especulaciones, a estas alturas quizás gratuitas, pero aunque los ‘socios’ hayan sido un coñazo en muchas ocasiones, hayan pecado de falta de sentido del Estado en otras y se hayan comportado deslealmente en más de una ocasión, pienso que el escenario hubiera sido también bastante peor y los principales beneficiados hubieran sido las derechas extremas y las extremas derechas y los mayores perjudicados la gente más humilde, la que más necesita de la atención de los poderes públicos. Ya sabemos cómo se las gastan ‘los liberales’ en las crisis.

Ni se ha roto España, (hoy hay menos independentistas y en la legislatura ha avanzado la convivencia en Cataluña), ni el terrorismo es un problema 

Pido perdón porque humildemente creo que el balance de esta legislatura es positivo, muy positivo. Valdría con considerar que no se han cumplido los pronósticos de los agoreros y de los profetas del apocalipsis. Ni se ha roto España, (hoy hay menos independentistas y en la legislatura ha avanzado la convivencia en Cataluña), ni el terrorismo es un problema (hace muchos años que desapareció ETA), ni ha habido temporada otoño-invierno negra con la que nos querían meter el miedo en el cuerpo.

Sé que lo que no van a perdonar, lo que no nos van a perdonar, lo que más les fastidia, y por eso inventan relatos, montan bulos y/o mienten con descaro, es que el gobierno progresista haya demostrado que había otra forma de salir de la crisis, intentando que nadie quedara atrás

Sé que lo que no van a perdonar, lo que no nos van a perdonar, lo que más les fastidia, y por eso inventan relatos, montan bulos y/o mienten con descaro, es que el gobierno progresista haya demostrado que había otra forma de salir de la crisis, intentando que nadie quedara atrás; los que salvaron a los bancos y recortaron derechos y conquistas sociales,  no van a perdonar que se hayan puesto en evidencia los dogmas liberales de que si se subía el salario mínimo, si se subían las pensiones o se implantaba el salario mínimo vital, el empleo iba a caer y la economía se iba a desplomar. Porque Bildu, la unidad de España y ahora la puesta en cuestión del sistema electoral han tenido que desplazar el debate sobre la economía, (su economía), que es lo que les importa de verdad a los poderosos, los que se pasan por el forro la democracia. Han tenido que cambiar el foco porque España presenta unos datos, (empleo, crecimiento económico, inflación…) de los mejores de Europa, aunque intentan minusvalorar, cuestionar o manipular las cifras. Eso es lo que no van a perdonar, aunque en este caso no pido perdón, me siento muy orgulloso de haber apostado por un gobierno progresista.

Pido perdón, a sabiendas de que ‘no tengo perdón de Dios’, por estar a favor de la ley del aborto que las derechas recurrieron al Constitucional y tuvieron retenida la respuesta del Alto Tribunal durante años; por estar a favor de la ley de eutanasia, del matrimonio homosexual, derechos que son voluntarios, que no obligan a quien, de acuerdo con sus creencias respetables, no quieran acogerlos, pero que no tienen el derecho de imponernos su moral ni su ideología al resto.

Acepto el resultado democráticamente, pero creo que es injusto con los méritos que han hecho unos y otros y espero que el cambio no suponga volver a las andadas del partido que nos ha metido en los últimos años en líos de corrupción y que vendió la alcaldía con los tejemanejes del poder

Pido perdón finalmente por haber votado y apoyado a Paco Cuenca el pasado 28 de mayo, por haber pensado que para Granada era la mejor opción y por considerarlo el mejor alcalde que ha tenido Granada en las dos últimas décadas. Acepto el resultado democráticamente, pero creo que es injusto con los méritos que han hecho unos y otros y espero que el cambio no suponga volver a las andadas del partido que nos ha metido en los últimos años en líos de corrupción y que vendió la alcaldía con los tejemanejes del poder. No me arrepiento y volvería a votar a Paco Cuenca, con más fuerza si cabe, mañana mismo, porque comparto con él que Granada es lo primero, porque sé que quiere y defiende a Granada y la ha encaminado en un proyecto de cambio en la ciudad que ya ha dado sus frutos.

Sé a ciencia cierta que hay muchos que no me van a perdonar porque, como ha quedado de manifiesto, aunque he hecho el examen de conciencia y en conciencia, no tengo dolor de los pecados, ni propósito de la enmienda.

Estaré en las próximas elecciones a favor de las personas feministas y ecologistas, del sindicalismo de clase; estaré con el movimiento LGTBI, con los pensionistas, con la juventud…

No me arrepiento, volvería a hacerlo (me paso ahora a canturrear con Alaska), de  haber votado en todas las ocasiones señaladas, (ahora lo haría con más convicción vistos los resultados); no me arrepiento, volveré a hacerlo el 23 de julio, votaré a Pedro Sánchez. Aunque vaya contra corriente, y tenga en contra las portadas de los periódicos, tertulias del prime time y los poderes ocultos, no sucumbiré. Estaré en las próximas elecciones a favor de las personas feministas y ecologistas, del sindicalismo de clase; estaré con el movimiento LGTBI, con los pensionistas, con la juventud… Muchos de ellos no son conscientes de lo que se juegan, lo que nos jugamos, en las generales y creen que el resultado ya está escrito y que las cartas ya están repartidas. Eso es lo que nos quieren hacer creer para que nos apuntemos a caballo ganador y/o para desmovilizar el voto progresista. Ni es original la estrategia ni es la primera vez que la usan, con éxito. Porque hoy por hoy hay muchos que piensan que están en el otro equipo, en el otro bando, que creen que basta con ponerse un polo de marca y una pulsera para estar en la élite (es una metáfora simplificadora). Son muchas las personas que pueden estar escupiendo en contra del viento.

Lo diré de otra forma para responder al marco que nos quieren imponer: el 23J estaré contra los que hablan de derogar el sanchismo, mientras se cuela por la ventana el fascismo

Lo diré de otra forma para responder al marco que nos quieren imponer: el 23J estaré contra los que hablan de derogar el sanchismo, mientras se cuela por la ventana el fascismo. Ya pueden llamarme bilduetarra, rompepatrias o lo que quieran. Yo estoy orgulloso de ser socialista y español y de lo que hemos hecho los socialistas españoles (no confundir con lo que dicen que somos y que hemos hecho). Pido perdón de nuevo y finalmente por ello. Pero que como he señalado anteriormente, no me arrepiento, volvería y volveré a hacerlo.