El metro que no llega
El otro día me enfrenté a una situación más que curiosa…Un increíble atasco en la rotonda de la pastelería La Isla porque el semáforo para el paso del metro se había puesto en rojo. Sabía que estaban haciendo pruebas en el trazado, pero lo que más me llamó la atención fue la palpable extrañeza de los conductores. Miraban a todos lados como si no se creyeran que se trataba del Metro de Granada.
No me sorprende. Cuando llegué a Granada coincidió con la primera victoria de Torres Hurtado. Recuerdo que el proyecto estaba prácticamente finalizado, pero el nuevo alcalde consideró que había que iniciarlo de nuevo y tirar el anterior. No le gustaba. Estaba en su derecho.
En la primavera de 2006 se licitó el primer tramo y nos dijeron que para 2010 acabarían las obras. ¡Qué ilusos fuimos de creérnoslo! Sobre todo, los pobres comerciantes del Camino de Ronda, muchos de los cuales acabaron cerrando las puertas de sus negocios por la escasa afluencia de público, habida cuenta de las dificultades de los peatones para acceder a ellos y por la demora en terminar las obras.
La fecha para la puesta en marcha del famoso metro se ha alargado y alargado hasta que los propios granadinos nos hemos acostumbrado a ver las vías vacías y a oír que se pospone la inauguración.
La fecha para la puesta en marcha del famoso metro se ha alargado y alargado hasta que los propios granadinos nos hemos acostumbrado a ver las vías vacías y a oír que se pospone la inauguración. Todavía no tengo claro si ese día va a haber menos gente de la que esperan, porque muchos no nos vamos a creer que acaben poniéndolo en funcionamiento de verdad. Claro que, algo similar sucedió con el centro Nevada y el día en que abrió sus puertas, los atascos llenaban de vehículos toda Granada, así que no me atrevo a asegurar que no suceda lo mismo con el metro.
Casi 16 kilómetros, uno de los trazados más largos de Andalucía para un metro que atravesará tres municipios: Albolote, Maracena y Armilla, además de Granada, y la gran duda de si el número de pasajeros será suficiente como para rentabilizar el servicio. Todavía podría ocurrir que dentro de unos años se decidiera que no se han cubierto las expectativas y que no vuelve a salir a la calle. ¡Ojalá que no! Aunque hay algunos datos que dificultan el éxito del metro, a mi parecer.
Todavía no tengo claro si ese día va a haber menos gente de la que esperan, porque muchos no nos vamos a creer que acaben poniéndolo en funcionamiento de verdad
El precio establecido, 1,35 euros por viaje, es excesivamente caro. ¡Vale! Se puede reducir comprando la tarjeta monedero y de otras formas, pero ese es el precio estipulado. Teniendo en cuenta que un billete en Madrid cuesta 1,50 para atravesar toda la capital, esos 15 céntimos menos no dejan de ser simbólicos. Madrid tiene 13 líneas de metro, más un ramal, Granada sólo va a contar con una. Y eso por no hablar de la diferencia de salarios entre la capital de España y la de nuestra provincia. Permítanme que dude de que alguien que viva en un pueblo de alrededor de la capital, aparte de los tres afectados, vaya a considerar utilizarlo con asiduidad. Si yo tengo que ir con mi pareja y mi hijo al camino de Ronda, voy a pagar 8,10 euros. Con ese dinero puedo perfectamente coger el coche, dejarlo en un parking y aún ahorro dinero. No sé si seré el único que lo piensa, pero el transporte público es caro y no anima a dejar de lado el coche para utilizarlo. Es más, cuando uno lo hace es más por no contaminar tanto y por su carácter cívico que por ahorrar dinero. Faltan medidas para ayudarnos a cambiar la mentalidad. Y en los albores de este nuevo tranvía urbano vaticino que ese precio es excesivo para un medio de transporte que ni siquiera te lleva a cualquier punto de la capital.
En los inicios del proyecto se hablaba de una segunda línea que conectaría la primera con el centro de la capital: la zona de Reyes Católicos, Gran Vía, etc. Hoy día, y después de unas obras tan interminables nadie se atreve a recordarlo. Nos conformamos con que se abra esa línea y quién sabe si ya, dentro de 40 ó 50 años, cuando haya un presidente de gobierno granadino más sensible a los problemas de esta provincia, tome la decisión de planteárselo.
El otro día, en plena rotonda, me topé con una imagen que rozaba el peligro porque el semáforo de la carretera de acceso a la ronda sur estaba rojo y los coches llegaban a atravesar las vías. Si en ese momento hubiera pasado el metro tendría que haberse detenido para no arrollar a varios vehículos. ¿De verdad van a poder alcanzar la media de 20 kilómetros por hora que están planteándose para poner en marcha el servicio?
Tantos años de obras nos han acostumbrado a un paisaje urbano de vías siempre vacías y nada peligrosas. Y ahora que ha comenzado su andadura en pruebas uno se siente más inseguro frente a semáforos que no tiene claro si están en ámbar o a punto de ponerse en rojo.
A todo se acaba acostumbrando uno, incluso a los retrasos. Nos dicen ahora que el 23 de mayo se reunirán para decidir la fecha de inauguración y que mantienen que será antes de finalizar mayo. ¿Hay apuestas en contra?