'Granada en la encrucijada'
Quiero comenzar alertando, para que estemos preparados, que vamos a leer y oír, durante los próximos meses, de manera repetida hasta lo cansino, que “las próximas elecciones son históricas, que nos jugamos el futuro”; en esto no van a diferir mucho unos y otras.
Se trata, se debería de tratar, de evaluar la gestión de alcaldes/as y concejales/as, de los gobiernos regionales en su caso, en este mandato y de renovar, o no, la confianza en los que aspiren a gobernar y en los programas que presenten
Sí encontraremos bastantes diferencias entre los que están empecinados en confundir el debate y en meter ‘ruido’, sobre el objetivo en juego. Oigan lo que oigan, lean lo que lean, el domingo 28 de mayo la cita con las urnas son unas elecciones municipales (además de autonómicas en las comunidades que les toque). Se trata, se debería tratar, por tanto, de hacer balance de lo realizado por los gobiernos locales y autonómicos estos cuatro últimos años y de comparar los proyectos para los cuatro próximos. Se trata, se debería de tratar, de evaluar la gestión de alcaldes/as y concejales/as, de los gobiernos regionales en su caso, en este mandato y de renovar, o no, la confianza en los que aspiren a gobernar y en los programas que presenten.
El otro empeño del aparato mediático conservador es el de crear una sensación de que ya está todo hecho, de que la suerte ya está echada
Pero, si escuchamos a Feijóo, Ayuso o Bonilla, parece que lo que se dirimiera es “derribar a Sánchez” ya que están planteando la partida como un paso previo al asalto a La Moncloa. Esta estrategia les sirve, además, para esconder su gestión y tapar sus programas, no fuera a suceder que pase, “un poner”, como con las propuestas que alardeaban, de manera monotemática, el año pasado de ‘menos impuestos’; las mismas con las que la primera ministra británica accedió al cargo y su ‘mágica’ solución fue vista y no vista.
El otro empeño del aparato mediático conservador es el de crear una sensación de que ya está todo hecho, de que la suerte ya está echada, campañas que se convierten en vergonzosas, (si la tuvieran o la tuviesen), cuando se hacen con dinero público como ha ocurrido con la burda manipulación por el gobierno andaluz de las encuestas del CENTRA cuyo rigor es cuestionado hasta por un estudiante de primero de sociología.
Feijóo ha inventado el centro-ultraderecha, que estos no dan puntada sin hilo, para agrupar en torno al PP a todo el voto conservador, una vez autoliquidado/aniquilado Ciudadanos, y asumido el trago de pactar con Vox si es necesario
Feijóo ha inventado el centro-ultraderecha, que estos no dan puntada sin hilo, para agrupar en torno al PP a todo el voto conservador, una vez autoliquidado/aniquilado Ciudadanos, y asumido el trago de pactar con Vox si es necesario. Y a esa estrategia consagran todas sus energías que complementan con una campaña paralela que tiene como objetivo desmovilizar al electorado de izquierdas, induciendo a la abstención y alentando la división. Tontos útiles que se prestan (o se venden) a este juego haberlos, haylos.
Pero hay a quien no le interesa este debate y como digo va a intentar que se hablen de otras cosas, van a embarrar el terreno de juego y a jugar con la pierna por encima de la cintura
Las elecciones en Granada, en cada uno de los pueblos y ciudades de nuestra provincia, deberían centrarse en valorar el trabajo hecho por los que la han gobernado estos cuatro años y analizar las propuestas para los próximos, así como las personas y los equipos que componen las candidaturas que los diferentes partidos ofrecen para llevarlas adelante. En esto consiste la esencia de la democracia y debería enfocarse una campaña para unas elecciones municipales. Pero hay a quien no le interesa este debate y como digo va a intentar que se hablen de otras cosas, van a embarrar el terreno de juego y a jugar con la pierna por encima de la cintura. Ya es casualidad que la candidata del PP arrancara la campaña hablando de juego limpio (excusatio non petita...accusatio manifesta).
En la capital granadina esta cita del 28M es ‘particular’, por lo vivido los últimos años en torno a la Plaza del Carmen y tiene algunas singularidades que me gustaría compartir. Hagamos un poco de memoria
En la capital granadina esta cita del 28M es ‘particular’, por lo vivido los últimos años en torno a la Plaza del Carmen y tiene algunas singularidades que me gustaría compartir. Hagamos un poco de memoria. Tras las dos últimas citas electorales hemos vivido mandatos irregulares.
En 2015 las elecciones las ganó, sin mayoría suficiente, el Partido Popular, con Torres Hurtado a la cabeza de un equipo en el que estaban Sebastián Pérez (ahora ¿quién sabe dónde?) y del que había escapado ya María Francisca Carazo, (la im-puesta ahora como candidata a la alcaldía), iniciando su carrera andaluza. En la ‘cuadrilla’ estaba Isabel Nieto imputada en múltiples casos judiciales por corrupción urbanística, y estaban también, entre otros, Rocío Díaz, recolocada luego en la Alhambra sin el concurso público que se había anunciado, César Díaz (‘aparcado’ hace solo unas semanas en el Consorcio Metropolitano de Transporte como premio de consolación al no poder optar a su aspiración personal, legítima, de encabezar la lista municipal) o Fernando Egea (que ha recalado recientemente en una delegación de la Junta). También estaban por aquél entonces en el ‘equipazo’ María Francés, caída por los contratos ‘fantasma’ en la empresa de los muertos como Juan Antonio Fuentes, otro que tal baila, con sus pufos en la TG7.
Torres Hurtado tuvo que dimitir, junto a Isabel Nieto, la concejala de Urbanismo y nuestra ciudad se hizo famosa por los nombres de las múltiples causas judiciales (Nazarí, Serrallo, Mulhacén, Agreda…)
Hay que recordar, aunque provoque bochorno, que en 2016 el alcalde salió entre cartones del ayuntamiento, escoltado por la Policía Nacional y Granada se convirtió en la capital de España de la corruPPción, con dos Pes de Partido Popular. Torres Hurtado tuvo que dimitir, junto a Isabel Nieto, la concejala de Urbanismo y nuestra ciudad se hizo famosa por los nombres de las múltiples causas judiciales (Nazarí, Serrallo, Mulhacén, Agreda…). En la caída fue arrastrado también Sebastián Pérez, (que luego sería el candidato del PP en 2019), aunque nunca fue aclarado este asunto y la relación que guardaba con los distintos ‘Casos’, en su caso. Lo que no estaba claro es por qué tenía que irse si no estaba implicado.
Poca ayuda, aparte del voto de investidura, tuvo del resto de grupos municipales, a izquierda y a derecha, que durante un tiempo pareció que lo habían investido más para ‘quemarlo’ que para sacar a la ciudad del hoyo en el que la habían sumergido
En la votación para elegir nuevo alcalde ganó, (16 votos frente a 11), Paco Cuenca, que tomó las riendas de un ayuntamiento contaminado por las múltiples causas judiciales y en la UVI desde el punto de vista económico. Poca ayuda, aparte del voto de investidura, tuvo del resto de grupos municipales, a izquierda y a derecha, que durante un tiempo pareció que lo habían investido más para ‘quemarlo’ que para sacar a la ciudad del hoyo en el que la habían sumergido.
Pero aun así, la buena y valiente gestión en esta difícil coyuntura política fue premiada por los votantes granadinos que otorgaron en las elecciones siguientes, en 2019, una victoria al PSOE, con Cuenca a la cabeza. No sólo no se respetó la lista más votada, sino que un pacto conocido como “de los trapos sucios”, y cocido fuera de Granada, colocó a Luis Salvador, con sólo cuatro concejales, en la alcaldía al frente de un gobierno de coalición PP + Ciudadanos, con el apoyo necesario del voto de la ultraderecha de Vox. Eso de la lista más votada que ahora enarbolan los del PP queda claro que sólo es una norma que quieren aplicar cuando les conviene a ellos. Y Granada fue entregada, vendida, a cambio de unos pactos en Murcia y Málaga entre las cúpulas nacionales de azules y naranjas.
Aquel engendro no funcionó como todos sabemos y se atascó de nuevo la gestión municipal y la credibilidad del ayuntamiento volvió a colocarse bajo mínimos
Aquel engendro no funcionó como todos sabemos y se atascó de nuevo la gestión municipal y la credibilidad del ayuntamiento volvió a colocarse bajo mínimos. Dos años negros, perdidos, hasta que estalló la bomba; Sebastián Pérez reclamó que se cumpliera el Pacto del 2+2, para relevar en la alcaldía a Luis Salvador; pero se cocinó una salida a la situación, de nuevo gestada muy lejos de aquí, en la que el PP dejó solo a Ciudadanos, abandonó sus responsabilidades de gobierno de manera irresponsable y rompiendo de camino por la mitad a la formación naranja, ya en franca descomposición en esos momentos en todo el país.
Es normal que algunos/as no quieran hablar de estas cosas, no quieran que nos acordemos de este pasado reciente turbio, pero este es el balance con el que llegan algunas formaciones políticas como el PP que se las quieren dar de nuevas y como que no han tenido nada que ver con “estos líos”, como los llama el alcalde
Es normal que algunos/as no quieran hablar de estas cosas, no quieran que nos acordemos de este pasado reciente turbio, pero este es el balance con el que llegan algunas formaciones políticas como el PP que se las quieren dar de nuevas y como que no han tenido nada que ver con “estos líos”, como los llama el alcalde. Pero esto es lo que ocurrió y lo cuento como sucedió.
El caso es que en el verano de 2021 de nuevo toma las riendas del gobierno municipal Paco Cuenca y su equipo, imponiéndose en el Pleno Municipal en esta ocasión por 15 votos a 12 a Francisco Fuentes, (finalmente corrió hasta el número 6 la candidatura popular), consiguiendo el nuevo alcalde los 10 votos del grupo municipal socialista, mayoritario en la Corporación, más los 3 concejales de Adelante Granada, y 2 de Ciudadanos; el candidato del PP obtuvo los 7 votos de su propio grupo, incluido el del ya escindido Sebastián Pérez, los otros 2 restantes de Ciudadanos y los 3 de Vox.
El nuevo equipo de gobierno se puso de inmediato las pilas y en poco tiempo, que podemos considerar récord, Granada recobra el rumbo perdido y hemos llegado a esta ya precampaña electoral con una ciudad en la que se recupera la confianza en el ayuntamiento como institución, en la que se habla de nuevo modelo productivo, una Granada más verde, más cultura y deporte…
El nuevo equipo de gobierno se puso de inmediato las pilas y en poco tiempo, que podemos considerar récord, Granada recobra el rumbo perdido y hemos llegado a esta ya precampaña electoral con una ciudad en la que se recupera la confianza en el ayuntamiento como institución, en la que se habla de nuevo modelo productivo, una Granada más verde, más cultura y deporte… una Granada que de nuevo podemos decir que funciona. Y una de las claves es que Paco Cuenca ha conseguido nuclear una serie de acuerdos entre instituciones y partidos políticos que han puesto el futuro de Granada por encima de otros intereses como es el Pacto de los Mártires y además ha conseguido sacar unos Presupuestos e importantes inversiones que se están ejecutando en la ciudad, especialmente los logrados con los proyectos que cuentan con Fondos Europeos como los Next Generation o los EDUSI.
Que Granada funciona, es mucho más que un buen eslogan… pero es que además Granada también ambiciona, ha recuperado la ilusión y la autoestima y hay un proyecto de ciudad, por primera vez en muchos años. Una Granada de la Ciencia, del Conocimiento, la Innovación... Una Granada más amable y con más justicia urbana. Una Granada que llega a las próximas elecciones pensando en las próximas generaciones, con un “ojo en el camino y otro en el porvenir”, que diría Silvio Rodríguez.
Por eso, teniendo en cuenta el relato de lo acontecido en estos últimos años, podemos caer en el tópico con el que iniciaba este artículo y decir que Granada está en una encrucijada, en la que nos jugamos el futuro y que las elecciones del 28M serán ‘históricas’. En mi opinión no deberíamos caer en el mito de Penélope y volver a tejer y destejer en el próximo mandato sino continuar la senda emprendida. Por mi parte, como socialista y, sobre todo, como granadino, yo apostaré por el actual alcalde que se ha currado, que se ha ganado, el bastón de mando de la ciudad y le cantaré el “sigue, sigue, no pares”.