'Golpe a golpe'

Blog - Punto de fuga - Cristina Prieto - Jueves, 13 de Abril de 2023
a nadadora Riley Gaine, a la que se ve acorralada en la Universidad de San Francisco después de dar una conferencia de la que tuvo que salir escoltada.
a nadadora Riley Gaine, a la que se ve acorralada en la Universidad de San Francisco después de dar una conferencia de la que tuvo que salir escoltada.

La nadadora estadounidense Riley Gaines tuvo que permanecer encerrada en una oficina de la Universidad de San Francisco, protegida por varios policías, para escapar de los violentos manifestantes trans que acorralaron a la deportista después de ofrecer una conferencia en la que habló de la inquietante y creciente tendencia a que hombres biológicos compitan en los equipos femeninos y de los intentos del transactivismo de silenciar a las deportistas que se atreven a alzar la voz ante esta injusticia. Tras contestar todas las preguntas que formuló el auditorio, soportar abucheos e insultos, varios integrantes de colectivos trans irrumpieron en la sala al término de la conferencia y se dirigieron violentamente a Gaines a la que acorralaron en el escenario. La rápida intervención de una agente de policía camuflada consiguió sacar de allí a la nadadora, que ya había recibido varios golpes, y, junto a otros agentes uniformados, lograron introducirla en una oficina donde permaneció tres horas mientras se sucedían los gritos, las amenazas y los insultos al otro lado de la puerta. “No me hicieron callar y no me harán callar. Su comportamiento no apagó mis argumentos. Al contrario, demostró que son misóginos alimentados por el odio”, ha manifestado Riley Gaines.

La irrupción de hombres biológicos autoidentificados como mujeres trans se está convirtiendo en un verdadero problema y una enorme injusticia para las deportistas

La irrupción de hombres biológicos autoidentificados como mujeres trans se está convirtiendo en un verdadero problema y una enorme injusticia para las deportistas. Ellas están perdiendo sus medallas y sus podios, y, consiguientemente, sus becas, ante la presencia de deportistas desarrollados como varones cuyas capacidades físicas no pueden igualarse con las de las mujeres. El caso de Riley Gaines, a la que Lia Thomas (anteriormente Will Thomas) ha usurpado su medalla, no es el único y constata lo que ya ocurrió hace unos años en los Juegos Olímpicos de Río 2016 cuando tres atletas nacidos varones compitieron en la prueba de 800 metros femeninos y se hicieron con las medallas de oro, plata y bronce ante la desolación de las atletas. Y no es casual. Los entrenadores profesionales están buscando este tipo de deportistas para conseguir aumentar el medallero de sus países. A costa de las mujeres, claro.

Sophie Rebecca, primera persona transgénero en aprobar el examen de la conocida Royal Academy of Dance.

El borrado de las mujeres del que se habla desde el feminismo no es un invento ni una queja gratuita o desproporcionada. Y está pasando ya en distintos campos, no sólo en el deporte

El borrado de las mujeres del que se habla desde el feminismo no es un invento ni una queja gratuita o desproporcionada. Y está pasando ya en distintos campos, no sólo en el deporte. Sophie Rebecca, de 35 años, piloto de rallys como James durante una década, ha sido la primera persona transgénero en aprobar el examen de la conocida Royal Academy of Dance, dedicada a formar a profesionales de la danza, después de que sus responsables decidieran cambiar las reglas en 2013 para dar entrada a personas trans. Con una estatura de 1,90 metros y su correspondiente peso para estas dimensiones, no será fácil encontrar una pareja que pueda elevar semejante envergadura. Asegura que su sueño siempre fue bailar pero, lo que no se entiende es su empeño en hacerlo como mujer. ¿Qué problema tenía en ser un bailarín masculino? Hay miles en compañías de todo el mundo. Debe ser que los tutús transmiten técnica, conocimiento, versatilidad, ligereza, destreza y capacidades asociadas que no pueden conseguirse con unas buenas mallas.

Veremos todo esto en España sin tardar demasiado e, incluso, podremos ir aún más lejos

Veremos todo esto en España sin tardar demasiado e, incluso, podremos ir aún más lejos. Yolanda Díaz, que en su proceso de escucha para montar su partido tiene orejas para todos menos para las feministas, ya ha manifestado que la recientemente aprobada Ley Trans se le queda corta y es necesario ampliarla más. Susurrándole a un oído tenía a Carla Antonelli, que abandonó el PSOE por sus discrepancias tras ocupar un escaño en la Asamblea de Madrid desde 2011, en el otro tenía a Mar Cambrollé, de la mano llevaba a Marina Sanz y pululando cerca estaba Rafaella Corrales, cabeza de lista por Podemos en Guadalajara. Todes juntes y Yolanda Díaz quieren incluir modificaciones en la Ley para incorporar a los no binarios, a las no binarias y a les no binaries. Y, así, podemos seguir incluyendo categorías hasta hartarnos porque tenemos ya 72 géneros entre los que se incluyen las personas antrosexuales o las panrománticas.

Con golpes físicos, como los recibidos por la nadadora Riley Gaines, o con golpes legales convertidos en leyes, lo cierto es que nunca se ha conocido un colectivo oprimido tan influyente, capaz de violentar a cualquiera que discrepe de sus creencias sin ninguna consecuencia y sobrerrepresentado para hacernos creer que los cuerpos equivocados existen

Con golpes físicos, como los recibidos por la nadadora Riley Gaines, o con golpes legales convertidos en leyes, lo cierto es que nunca se ha conocido un colectivo oprimido tan influyente, capaz de violentar a cualquiera que discrepe de sus creencias sin ninguna consecuencia y sobrerrepresentado para hacernos creer que los cuerpos equivocados existen y las almas se van posando erróneamente en las realidades corpóreas. Sólo hace falta pararse a pensar un poco y observar cómo se están intentando normalizar situaciones que escapan a toda lógica y dañan mental y físicamente a quienes compran este discurso, especialmente los más jóvenes. Cuesta creer que en un programa de la televisión pública sobre cocina y en horario de máxima audiencia, se normalice la doble mastectomía de una joven concursante. Esta banalización costará caro a una generación a la que se le está validando sus delirios con la complicidad de una sociedad adormecida.   

 

Imagen de Cristina Prieto

Madrileña afincada en Andalucía desde 1987, primero en Almería y posteriormente en Granada donde he desarrollado mi carrera profesional como periodista. Me licencié en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, cursé mi suficiencia investigadora en la Universidad de Granada dentro del programa Estudios de la Mujer y leí mi tesis doctoral en la Universidad de Málaga.