Faldas también para los niños

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Viernes, 13 de Noviembre de 2020
Alumnos con falda, en respuesta al movimiento impulsado por Mikel.
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Alumnos con falda, en respuesta al movimiento impulsado por Mikel.

Llevo varios meses escuchando en los medios de comunicación que los jóvenes son unos insensatos, unos irresponsables, que hacen fiestas sin mascarilla, que organizan botellones, que se ríen del virus o se reúnen en tal casa para beber en masa… Se está confeccionando un retrato irreal de una juventud a la que estamos pidiendo la responsabilidad que los propios adultos evitamos. Conozco a infinidad de chavales que solo salen a la calle para ir a clase, que llevan mascarilla, que se preocupan por su familia y amigos, que tienen conciencia social y entienden que no deben poner en riesgo a nadie, pero no parece interesante hablar de ellos.

Prefiero fijarme en el ejemplo de un chaval bilbaíno que está revolucionando la sociedad por una valiente medida que adoptó en solitario y sin consultarlo. Mikel Gómez tomó la determinación de colocarse una falda a la hora de ir al instituto después de ver algunas movilizaciones feministas en Canadá que reivindicaban esta prenda para los hombres con el fin de caminar hacia una mayor igualdad y para romper con los estereotipos

Pues hoy me apetece hacerlo a mí. Y no quiero entrar de nuevo en el tema de la pandemia, que ya nos rebosa de las orejas. Prefiero fijarme en el ejemplo de un chaval bilbaíno que está revolucionando la sociedad por una valiente medida que adoptó en solitario y sin consultarlo. Mikel Gómez tomó la determinación de colocarse una falda a la hora de ir al instituto después de ver algunas movilizaciones feministas en Canadá que reivindicaban esta prenda para los hombres con el fin de caminar hacia una mayor igualdad y para romper con los estereotipos. Aseguraba tener cierto pudor y pidió a algunas amigas que le acompañaran en su gesto. Al llegar a clase, dice que tuvo «muchísimos problemas porque hacían comentarios malos sobre mí», aunque supo sobrellevarlos porque los sufre desde que hace un par de años salió del armario y empezó a llevar ropa diferente a la de los demás. Lo más grave, sin embargo, se produjo a tercera hora, cuando en medio de la clase de matemáticas, la sicóloga del centro lo hizo llamar para hablar con él y con un discurso aparentemente conciliador, que es el que más se presta a la manipulación, le incitó a quitarse la falda aludiendo al frío que hacía fuera, pero el mismo Mikel recordaba que solo le habían llamado a él y no a sus amigas que llevaban la misma prenda y, además, a ellas no les hicieron la misma propuesta aunque la temperatura exterior e interior era la misma para todos.

Y cuando digo momentáneamente es porque el chaval explicó su historia y pidió en un vídeo que subió a su canal de Tik Tok que se normalizase llevar falda entre los chicos. La propuesta ha obtenido tal éxito que se ha extendido como la pólvora; tanto, que ya hay incluso profesores que se han sumado a la iniciativa #todosconfalda

Así que lo que iba a ser para él un sueño cumplido, porque hacía tiempo que había deseado acudir con falda al colegio, se convirtió momentáneamente en una frustración. Y cuando digo momentáneamente es porque el chaval explicó su historia y pidió en un vídeo que subió a su canal de Tik Tok que se normalizase llevar falda entre los chicos. La propuesta ha obtenido tal éxito que se ha extendido como la pólvora; tanto, que ya hay incluso profesores que se han sumado a la iniciativa #todosconfalda. Cientos de miles de personas para defender a un chico de 15 años que comenzó en solitario y cuenta ahora con una legión de apoyos a sus espaldas.

Y esta iniciativa que puede parecer ser una nimiedad es uno de esos gestos que sirven para cambiar el mundo. Porque en pleno siglo XXI todavía hay profesores que siguen segregando a los alumnos en función de su sexo, porque pese a que hemos avanzado y ahora muchos colegios cuentan con un servicio de sicólogo, nos podemos aún encontrar con la cerrazón de algunos profesionales a los que les escandaliza que un niño vaya vestido con una supuesta prenda de niña, porque muchos centros aún siguen sin estar concienciados a fondo con la diversidad sexual, con el apoyo a la diferencia y a las minorías y mantienen un sistema de estudios que en poco difiere con el que recibimos los chavales de mi generación.

Los jóvenes, afortunadamente, son más espontáneos, más inconscientes, más valientes, más impulsivos, calibran menos los riesgos,… y gracias a ello, un asunto aparentemente trivial que se habría diluido en el pantano de denuncias manuscritas diversas ha despuntado y ha revolucionado a todo el sistema educativo

Seguramente, un adulto, un padre que hubiera detectado una discriminación como la que Mikel sufrió y que estuviera de acuerdo con el chico habría acudido a la dirección del colegio para pedir explicaciones o quizás, en un alarde de defensa hacia el menor, habría buscado respuestas en la propia psicóloga o incluso en la Delegación de Educación correspondiente; es un camino muy largo y que la mayoría de las veces conduce a callejones sin salida, a laberintos administrativos que sirven para que el tiempo calme la tempestad y acabe con nuestras reivindicaciones. Los jóvenes, afortunadamente, son más espontáneos, más inconscientes, más valientes, más impulsivos, calibran menos los riesgos,… y gracias a ello, un asunto aparentemente trivial que se habría diluido en el pantano de denuncias manuscritas diversas ha despuntado y ha revolucionado a todo el sistema educativo. Su acción, arropada en principio por muchos coetáneos, ha permitido un salto evolutivo que ha concienciado mil veces más a los jóvenes que cualquier campaña de sensibilización. Y lo ha logrado sin mucha planificación, sin intención de hacer ruido o de lamentarse, solo con el fin de reivindicar algo que el menor consideraba justo.

Y ahora vamos los adultos, esos que alardeamos de ser responsables y de estar escrupulosamente mentalizados con las medidas de seguridad frente al virus y nos congregamos en bares sin distancias de seguridad, invitamos a los vecinos a casa porque allí nadie se va a enterar de que estamos reunidos u ocultamos que empezamos a sentir síntomas por temor a que nos confinen. Y para colmo, criticamos, juzgamos y responsabilizamos del descontrol de la pandemia a los jóvenes, sin distinciones, a todos por igual.

Las soluciones se alcanzan caminando unidos hacia adelante; por eso, Mikel es para mí desde ahora el símbolo de una futura generación que se preocupa por la discriminación, por los problemas sociales y que, si bien es cierto que cuenta con individuos descerebrados, como ocurre en todas las edades, también lo es que otros están dando ejemplo silencioso de madurez, de fortaleza y de estoicismo 

No creo que la responsabilidad de que el virus esté por doquier sea de los chavales, ni de los adultos, ni siquiera de los gobernantes, aunque a decir verdad todos, en mayor  o menor medida, hemos cometido errores.

Las soluciones se alcanzan caminando unidos hacia adelante; por eso, Mikel es para mí desde ahora el símbolo de una futura generación que se preocupa por la discriminación, por los problemas sociales y que, si bien es cierto que cuenta con individuos descerebrados, como ocurre en todas las edades, también lo es que otros están dando ejemplo silencioso de madurez, de fortaleza y de estoicismo al no contestar siquiera a los injustos insultos diarios de los adultos, que prefieren girar su mirada hacia la minoría que se equivoca que a la mayoría que se comporta.

Y no solo Mikel me devuelve la esperanza en el ser humano, sino también todos esos alumnos y alumnas que se han sumado a esta campaña rompedora que reivindica que tratemos a las personas por lo que son y no por cómo se visten, porque en mitad de una pandemia es posible seguir defendiendo valores como la igualdad entre los hombres y las mujeres y trabajar para reducir la discriminación, esa que los mayores transmitimos a las nuevas generaciones hasta que ellos mismos se rebelan contra nuestras, a veces, equivocadas enseñanzas y dan ejemplo de cómo evoluciona más rápido una sociedad.

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).